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Juicio por el femicidio de Irma Ferreyra Da Rocha (47), día 3

Efectivos policiales entrevistaron a la víctima de femicidio antes de su muerte

El jefe de la Comisaría Quinta pudo hablar con la mujer, quien, con dificultad, susurró las características del agresor que la golpeó y luego incrustó una rama en su cuerpo

viernes 19 de agosto de 2022 | 11:30hs.
Efectivos policiales entrevistaron a la víctima de femicidio antes de su muerte
Otra jornada en la que el Porteño Esteche mantuvo la mirada baja. / Fotos: M. rodríguez
Otra jornada en la que el Porteño Esteche mantuvo la mirada baja. / Fotos: M. rodríguez

La tercera jornada de debate oral por el crimen de Irma Ferreyra Da Rocha (47) comenzó con el testimonio de uno de los hijos de la mujer que falleció luego de agonizar más de 30 horas tras ser empalada y abandonada en un terreno baldío, ubicado en Garupá, el 17 de diciembre de 2016.

Cuando Esteban Da Rocha ingresó al recinto para dar su testimonio, el imputado por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización seguido de muerte”, Alejandro Guillermo “el Porteño” Esteche (34), levantó la vista y lo miró en tres oportunidades.

“Ese día el primero que se enteró fui yo”, afirmó Esteban y continuó: “Estaba en casa y llegaron los oficiales de la policía. Me preguntaron por el nombre de mi madre y me dijeron lo que le pasó eso. Quedé impactado y no sabía qué hacer. Le fui a buscar a mi tía que vivía al lado porque no tenía a quién más buscarle”, declaró.

Por otro lado, el joven comentó que la última vez que vio a su madre fue esa misma tarde. “Sabía que ella iba a salir con Susana porque andaban juntas a todos lados”.

En su breve declaración agregó que desconocía a quienes fueron al baile y que, en ese tiempo, vivía con ella, pero estaba iniciando una relación de pareja, por lo que “no estaba pendiente” de su madre. “No solíamos hablar mucho”, explicó al respecto.

Aseguró que pudo hablar con la amiga de su madre luego del ataque. “La señora Susana estaba muy nerviosa. Dijo que salieron a pasarla bien, que le buscó a mi madre y después se fue del lugar porque no la encontró más”, refiriéndose a que Irma se había ido del baile con un hombre, al cual Susana le dijo que no conocía.

Peritos de rigor

Ante el tribunal conformado por la jueza Viviana Cukla y los jueces Ángel Dejesús Cardozo y César Antonio Yaya, compareció el personal de la Policía de Misiones que acudió al llamado de emergencia la noche que encontraron a Irma y quienes continuaron con las pesquisas hasta hallar al imputado.

Jorge Marcelo Rivero, el uniformado que actuó como jefe de la Comisaría Quinta en diciembre de 2016, relató que a la una de la madrugada recibió una llamada del oficial de servicio, también testigo en la jornada de ayer, Marcelo Rodolfo De Asís, quien manifestó que habían constatado un hecho de abuso sexual. “Le doy la directiva de que llame a la Comisaría de la Mujer de Fátima, a Criminalística y a la ambulancia”.

Fue así que el personal de la Comisaría de la Mujer de Fátima “se hizo cargo del procedimiento” y el jefe de la Quinta, junto a Fabián Báez, personal de la mini brigada de la Quinta, se dirigieron al Hospital de Agudos Ramón Madariaga donde se hallaba la mujer malherida.

La rama astillada mide 58 centímetros.

“Pedimos para hablar con Irma Da Rocha. Observo a Irma que gesticulaba de dolor y gemía”, relató Rivero. “Le pregunté ‘quién te hizo esto’ y con dificultad me dijo ‘el muchacho de MyM que está por Las Américas”.

El uniformado agregó que Irma “susurraba porque le costaba hablar” y que, en cuanto a las características físicas, le dijo que el agresor era alto, delgado, de entre 25 y 30 años de edad, cabellos cortos y negros. Vestía una bermuda blanca y remera oscura.

Por otra parte, el hombre logró preguntarle sobre lo ocurrido y fue allí que la mujer relató que se fueron los dos (con el hombre) al lado del túnel. “Ahí hicimos bien, después él me pegó, me agarró del cuello y me desmayé. Cuando me desperté, estaba muy dolorida con algo incrustado en el cuerpo”, le habría dicho la víctima según el testimonio del uniformado.

“Le pregunté si le conocía y me dijo que sí, ‘siempre está en el lavadero MyM y aparentemente sería familiar de los dueños’. No me supo decir más nada”, puntualizó Rivero.

En ese momento del debate, Esteche se movió unos centímetros y habló al oído a su abogado, Edgardo Cabrera Germain.

Posterior al testimonio de Rivero, el defensor le consultó si finalmente fueron al lugar mencionado. “Fuimos reiteradas veces al lavadero. Tal es así que a raíz de lo que averiguamos, por orden del juez Giménez, se detuvo en principio, al ciudadano Hugo Martínez”.

Seguidamente, el testimonio de Fabián Báez, el policía que acompañó al nosocomio a Rivero, fue similar al de su jefe en relación a las palabras expresadas por Irma en el momento en que ingresaron a la habitación para entrevistarla.

“Ella estaba con muchos dolores. Manifestó que conocía al hombre que frecuentaba o trabajaba en un lavadero sobre la avenida Las Américas de Garupá”.

Asimismo, en su testimonio, Báez mencionó las mismas características físicas brindadas por Irma y agregó que en aquel momento se procedió a la detención de Martínez pero luego del trabajo del personal de la División de Homicidios se ordenó la detención “del señor Esteche”.

El cabo Diego Gamón,  a su turno de declarar, acotó: “Nos entrevistamos con la víctima y después con un señor que había estado en el baldío. Teníamos datos físicos y vestimenta. Que lo apodaban Porteño y que trabaja en un lavadero sobre la avenida Las Américas”.

Por otro lado, Elizabeth Figueredo, quien se encontraba de servicio en la Comisaría de Fátima, explicó que tomó conocimiento del hecho por el llamado que hicieron los uniformados de la Comisaría Quinta.

Por protocolo, resguardaron el lugar y luego encontraron un zapato rojo y un celular gris. En su caso, no lograron entrevistar a la víctima ya que en el nosocomio le informaron que se encontraba en grave estado. “No había forma de dialogar con la señora. El mediodía del domingo nos avisaron que había fallecido”.

El arma mortal

El juicio contó con la presencia del subjefe del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la provincia de Misiones, Carlos Wolhein, quien confirmó ser el autor material de las conclusiones del informe final de autopsia de Irma Ferreyra Da Rocha (47).

El profesional explicó: “El deceso se produjo como consecuencia de la concomitancia de situaciones patológicas y traumáticas”.

La víctima sufrió una lesión en el abdomen, peritonitis, hemotórax, perforación pulmonar y que “el proceso infeccioso rápidamente evolutivo fue quizás el segundo punto importante de la septicemia”. Puntualizó que la autopsia fue objetiva, que no planteó dudas y todos los hallazgos fueron documentados.

Además, el forense refirió que en el examen traumatológico externo advirtió al menos cuatro lesiones en el rostro, efectuadas con un elemento romo, es decir sin aristas o puntas.

En este contexto, el médico legista expresó “la variabilidad que existe en la capacidad de recibir un golpe es amplia”. En ese sentido, ante un supuesto desmayo, aseguró “si no hay aceptación se activan los mecanismos de defensa  y quedarían las marcas en el cuerpo”, marcas que no hallaron.

Wolhein apuntó, en relación a los elementos recolectados en la autopsia, que Irma “pasó por un quirófano, fue asistida por médicos y transcurrió un tiempo por lo que es probable que algunos elementos hayan desaparecido”.

Por más de veinte minutos, la sala de audiencias quedó habitada únicamente por las partes y los empleados judiciales, ya que el profesional solicitó mostrar las imágenes de la autopsia para poder explicar lo referido más allá de las palabras técnicas.

Luego de la explicación a partir de las imágenes, la rama astillada, de casi 60 centímetros, fue exhibida ante el tribunal y el forense expresó que “con absoluta certeza” podría haber sido utilizada por una sola persona para herir de gravedad, como le ocurrió a la víctima. 

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