En el banquillo por abusos y asesinato de Irma Ferreyra

Minutos después de las 8.30 de la mañana de ayer comenzó el juicio que, tras dos suspensiones, debatirá y decidirá sobre la situación procesal de Alejandro Guillermo Esteche (34), imputado por el crimen de Irma Ferreyra Da Rocha (47) ocurrido el 17 de diciembre de 2016 en Garupá.

Alejandro Guillermo Esteche (34) relató otra versión de los hechos. Foto: Marcelo Rodríguez

Esteche, alias el Porteño, fue trasladado al Tribunal Penal Uno de Posadas por el Servicio Penitenciario esposado y, con la mirada gacha, escuchó la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la causa.

La carátula de delito de abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización, seguido de muerte, prevé la pena perpetua para el acusado del atroz ataque sufrido por la mujer que, luego de agonizar por más de 30 horas en el Hospital de Agudos Ramón Madariaga, falleció a causa de un shock séptico y una falla multiorgánica el 18 de diciembre de 2016, según la instrucción llevada adelante por el Juzgado de Instrucción Siete de Posadas.

La hija de la víctima pidió que el peso de la ley caiga sobre el agresor.

Se espera que una treintena de testigos se sienten en el estrado durante las audiencias que tendrá el debate, previo a que se conozca la sentencia del crimen que culminó con la vida de Irma Ferreyra Da Rocha, golpeada y empalada en un descampado.

En el recinto del Tribunal Penal Uno de Posadas, conformado por la jueza Viviana Cukla y los jueces Ángel Dejesús Cardozo y César Antonio Yaya, estuvo presente el representante del Ministerio Público Fiscal, Martín Rau y el imputado Alejandro Guillermo Esteche (34) junto a su defensor Edgardo Cabrera Germain.

Al momento de sentarse en el banquillo, Alejandro Guillermo Esteche (34) dio una nueva versión de los hechos. Expresó que aquella noche, luego de un baile de fin de año en Garupá, se fue con la víctima pero “no llegamos a tener relaciones por el nivel de alcohol”. Sin embargo, en su primera declaración había afirmado que el encuentro sexual ocurrió bajo el consentimiento de ambos.

Es así que continuó y aseguró que se fue del lugar y dejó a la mujer ahí, “quieta”. Caminó erráticamente por el estado de ebriedad, cayéndose en varias ocasiones, hasta llegar a la parada de colectivos donde había mucha gente, según testificó.

Al tiempo, explicó que preliminarmente fue obligado a declarar su culpabilidad tras la golpiza recibida en la comisaría cuando fue llevado a testificar además de recibir amenazas por parte de los oficiales intervinientes de que su hermana también sería detenida y sus sobrinos serían llevados a un hogar de cuidado.

Agregó que su testimonio se debió a que el defensor oficial asignado le aseguró que sería beneficiado y saldría en un año por “la ley del arrepentimiento”.

En cuanto a la jornada de debate, continuará hoy dando inicio a la ronda de testigos. Se espera la presencia de uno de los hijos y a una hermana de la víctima.

Horas de agonía

Según el autoelevación a juicio que fue leído ayer, Irma Ferreyra Da Rocha fue hallada en la madrugada del 17 de diciembre de 2016 en un descampado cercano a La Saladita de Garupá. Un hombre había llegado a la casa de su novia sobre la calle 246 cuando vio salir del descampado a Esteche.

En aquel momento siguió con la mirada al sospechoso y éste salió a correr del lugar. Fue por este motivo que el hombre, un prefecturiano,  bajó del auto para observar la zona donde, finalmente, escuchó unos gemidos.

Las organizaciones sociales acompañan a la familia.

Buscó una linterna y volvió a inspeccionar. Allí se encontró con la mujer en estado de agonía, con los pantalones bajos, con una rama en la zona genital y casi sin signos vitales.

La mujer fue asistida por el servicio de emergencia, al que llegó sin poder responder su nombre y contar lo sucedido. Cerca de las 2 de la madrugada, según la documentación leída en la jornada de debate, fue intervenida quirúrgicamente con una cirugía denominada laparotomía exploratoria.

Doce horas después, alrededor de las 14, su estado general comenzó a decaer y presentó náuseas y dolor general. Allí presumieron un daño intestinal y se constató la perforación del lóbulo del pulmón izquierdo.

Las lesiones perforantes efectuadas por una rama de “longitud considerable” culminó con la vida de Irma que sufrió un shock séptico y falla multiorgánica de la cual no la pudieron reanimar.

Justicia después de años

Una de las hijas de Irma, Silvina de Melo, se mantuvo atenta en el recinto y escuchó los padecimientos que sufrió su madre. Con reiterados suspiros comentó que nunca había visto al hombre que presuntamente atentó criminalmente contra su progenitora.

“Es una agonía escuchar el dolor y todo lo que leen ahí además de ver al hombre por primera vez. Me pregunto qué le pasó por la cabeza para hacer eso. Porque fuera de todo, así haya sido consentido, irse en ese momento ahí yo creo que no justifica a nadie que haga esa brutalidad”, aseveró.

Aseguró que no comprende al ser humano que le hizo eso a su madre y pidió justicia por ella “después de tantos años que se suspendía”.

“Si lo dejan en libertad quién te garantiza que no lo vuelva a hacer con otra. Lo único que espero es que haya justicia, cadena perpetua es lo que se merece, todo el peso de la ley”, puntualizó.