A cuatro meses de la caída del puente del Yabebiry las familias continúan aisladas

El pasado viernes 8 de abril, posterior a una tormenta con mucha lluvia se desplomó una de las cabeceras del puente sobre el arroyo Yabebiry, que conecta la localidad de Mártires con Santo Domingo Savio, comunidad rural que pertenece al municipio de San Ignacio.

Más de cuatro meses pasaron, 130 días para ser exactos, y los habitantes de la zona continúan aislados debiendo -en caso de alguna urgencia por cuestiones de salud u otras necesidades- hacer un rodeo de varios kilómetros por la terrada ruta provincial 210 y luego transitar por la provincial 5 para llegar a Oberá, la ciudad más cercana.

Más allá de eso, muchos menores que tienen domicilio en Santo Domingo Savio asisten a la Escuela Provincial 889 de Mártires y viceversa, en el CEP 22. También adultos de Mártires trabajan en Santo Domingo Savio y otros tantos de Santo Domingo Savio en Mártires, por ende, la situación se volvió dramática.

"Estamos sufriendo demasiado porque el puente para nuestra comunidad siempre fue clave, es la única salida rápida que tenemos hacia Oberá, la ciudad más cercana", graficó Sebastián Gómez, quien en esa línea reveló que hoy tenía turno en el hospital de Oberá por lo que debía transitar hasta la localidad de Alberdi para recién llegar al nosocomio. "Es una vuelta grande pero qué pasa ante una urgencia, ante la necesidad de un traslado inmediato estamos indefensos", sintetizó.

En un primer momento la Policía de Misiones plantó un control preventivo en ambas cabeceras del viaducto, al tiempo que desde Vialidad Provincial se habrían comprometido a evaluar la situación y arbitrar los medios para la reparación, pero tantos meses sin respuestas obligó a los pobladores a buscar la manera de habilitar el cruce entre municipios  para que los chicos puedan estudiar, de uno u otro lado, los adultos mantener sus empleos o acceder al cajero automático de Mártires, por ejemeplo, puesto que caso contrario deben ir hasta San Ignacio u Oberá.

En ese plan improvisaron con troncos y tablas un precario puente que atraviesan cada vez con más frecuencia, y en la víspera eso quedó expuesto a través de un video al que tuvo acceso El Territorio. "Este es nuestro puente Yabebiry, es un ahorro de combustible por eso transitamos por este camino. Estamos esperando por los intendentes pero nada, ningún movimiento y qué se va a hacer, tenemos que transitar, el combustible está caro y tenemos que hacer 35 kilómetros (para llegar a Oberá) cuando acá el pueblo (Mártires) está a solo 5 kilómetros. Falta un pedacito de puente, cuanta vida uno tiene que arriesgar", se escucha decir a los protagonistas de la filmación mientras hacen equilibro tratando de cruzar con una moto pese al riesgo de caer sobre los escombros desde unos diez metros de altura.

"Es súper necesario que nos den una solución y arreglen el puente, que hace meses está así y pese a los pedidos que hicimos continúa en las mismas condiciones, estando nosotros aislados", dijo Nancy Pedrozo, quien detalló el periplo que hace cada semana para cruzar desde Santo Domingo Savio hasta Mártires "porque estoy al frente de un merendero y no puedo dejar de ir, como la mayoría de las personas de acá, también cruzo por la estructura que hicieron para salir del apuro, pero es necesario un puente nuevo".

Los habitantes del lugar se mostraron indignados porque si bien pertenecen al municipio de San Ignacio, sienten que no son tenidos en cuenta por el intendente de dicha localidad, Javier Peralta. "Como estamos en el fondo, lejos, desde San Ignacio no tenemos apoyo de ningún tipo, hicimos varios pedidos pero dicen que como se desplomó del lado de Mártires no pueden hacer nada y así se tiran la pelota, pero no ven la importancia que tiene para nosotros", expresó Daniel Cañete.

En ese contexto, al estar más cerca de Mártires que de San Ignacio, cualquier ayuda social proviene del primer municipio, revelaron.

"Con cualquier urgencia o necesidad cruzábamos el puente y en Mártires conseguíamos una ambulancia, la atención del municipio con algún remedio, hasta usamos el cajero para cobrar la jubilación, el salario, pero desde hace meses estamos aislados y lo peor es que al momento nadie se hizo cargo ni tampoco muestran interés", lamentó Omar Rodríguez, quien en su familia tiene a dos personas con discapacidad.

Misma situación padecen los habitantes de colonia Isolina y Pastoreo. En una reciente nota elevada a las autoridades plantearon también la preocupación por los casos de inseguridad.