Tu legado, nuestra brújula

Es un techo inalcanzable que nos deja Don Adolfo Navajas Artaza. Imposible lograrlo y prolongarlo desde lo individual... Realmente creo que todavía los virasoreños no hemos recobrado la magnitud de su figura. Empresario, y persona, única e incomparable, en su sentido de pertenencia, por nuestra comunidad. Y es hasta normal que nos pase eso, el parir de nuestro pueblo, los primeros pasos de nuestra Virasoro fueron llevados de las manos de un papá tremendamente ejecutivo, comprometido, dedicado, desvelado y hasta peleando en cuanto frente existiera por ese hijo que necesitaba abrir caminos, huellas, senderos, picadas, rumbos, educarse ( eje principal de su desvelo) para comenzar a emerger, dentro de un territorio, tremendamente, conservador.
Caminar nuestro, pueblo es como cuando recorremos el patio de la casa de nuestros padres, en todo está la impronta de ellos. Recorres nuestras calles y en todo está su impronta, sus recuerdo en los docentes, pioneros, en el sacerdote pionero, en los trabajadores pioneros, en los deportistas pioneros, en los chamameceros pioneros.
De allí que lo extraordinario y único pasa a ser normal, nos pasa con nuestros órganos, nuestra vista; qué no daría un ciego por ver simplemente.
Cuántas localidades, ciudades, provincias y el país soñarían por haber, tenido un Don Adolfo Navajas... Ahora está en nosotros tomar su legado, cuál brújula, mirando solo lo que nos une, y tomar de las manos a esos nietos y bisnietos, de nuestro amado Virasoro, y hacer que vuelan a caminar, con un ritmo seguro, pero por sobre todo, en el sendero de la educación, orden, disciplina, amor y compromiso de todos.
Hugo Cesar Machado
Gobernador Virasoro