Pachamama historia y culto a la madre tierra en tucumán

Todos los 1 de agosto se celebra el Día de la Pachamama y en el Norte argentino puede vivirse esta tradición
domingo 31 de julio de 2022 | 6:00hs.
Pachamama historia y culto a la madre tierra en tucumán
Pachamama historia y culto a la madre tierra en tucumán

La provincia de Tucumán es muy rica en historia que no se remonta solamente a la independencia, sino a la historia de aquellos pueblos originarios que ocuparon las tierras y son dueños de ellas antes de la llegada de los colonizadores. Estos pueblos originarios mantienen vivas sus tradiciones, entre ellas el culto de agradecimiento a la Pachamana, la madre tierra, que se celebra todos los 1 de agosto. Desde la comunidad Amaicha del Valle aseguran que “a la madre tierra hay que darle todo lo que nos dio y así ponerse en protección. Con esta ceremonia inicia el ciclo agrícola”.

Durante la celebración de la Pachamama, los Amaichas agradecen a la Madre Tierra y se le pide por las próximas cosechas.

Los orígenes de esta tradición

La ceremonia implica un acto de reciprocidad. Aunque se ha popularizado el primer día de agosto como día principal para su realización, de hecho, se lo practica durante todo el mes, y en muchos lugares también el primer viernes de cada mes. Las ceremonias están a cargo de personas ancianas o de mayor autoridad moral dentro de cada comunidad.

Sector de casas de la comunidad. Bodega de los Amaichas. Fotos: Norma Devechi

Para mostrar la tradición de agradecer en todo tiempo a la Pachamama, los turistas que visitan la zona del Valle de los Amaichas pueden participar del ritual y toman contacto con la cultura al visitar las Ruinas de Quilmes, que están ubicadas en los valles Calchaquíes, en Tucumán.  El espacio está formado por los restos del mayor asentamiento precolombino en nuestro país. Ocupan aproximadamente treinta hectáreas y están ubicadas al pie del cerro Alto del Rey. El lugar fue primero propiedad del pueblo indígena, posteriormente del estado provincial, más tarde de un concesionario privado y finalmente, de los descendientes del pueblo Quilmes. Estas ruinas han sido reconstruidas, por lo que en la actualidad pueden ser visitadas por los turistas.

Al llegar al lugar los guías, que pertenecen a la comunidad originaria, proceden a explicar qué es la Pachamama y por qué es tan importante devolver a la madre tierra lo que da todos los días, el ritual más importante es la challaco. Challaco es una deformación de los vocablos quechuas ch’allay y ch’allakuy, que se refieren a la acción de “dar de comer y beber a la tierra”, con una serie de ofrendas que incluyen comida, bebida, hojas de coca y cigarros.

Ritual de la Pachamama en las ruinas de Quilmes.

Los indígenas conocidos como Quilmes, los primeros habitantes de este lugar, tuvieron una altísima densidad de población, lo que les permitió una mejor distribución de las tareas y una mayor explotación del ecosistema. En los valles Calchaquíes en su totalidad se formaron ciudades con tan alto índice de densidad, que actualmente los especialistas las consideran las primeras ciudades prehispánicas de la Argentina. Hoy tras recuperar las tierras, y una porción de las ruinas, cuentan su cultura a los visitantes.

Ruinas de Quilmes es un lugar ideal para el turismo étnico e histórico: el sitio arqueológico situado a la vera de la Ruta 40 combina una gran variedad de factores. Por un lado, la heroica resistencia de los pueblos nativos ante el avance de los codiciosos y despiadados conquistadores españoles. Por otra, su terrible exilio en Buenos Aires, donde la ciudad de Quilmes y la reconocida cerveza, deben su nombre a estos corajudos nativos.

Entrada de la bodega de los Amaichas.

Lo que el visitante ve hoy en día en la ciudad de los Quilmes, son los cimientos de las construcciones. Estos tienen forma rectangular o circular y forman un complejo habitacional y defensivo. Las casas con vigas de cardón y techo de paja tenían gruesas paredes de piedra. El sitio contaba con dos fortalezas defensivas edificadas para protección contra los ataques de tribus enemigas vecinas y  los españoles. Se pueden divisar desde el cerro estos andenes de hasta 75 metros de largo, así como los corrales para las domesticadas llamas.

Museo Pachamama

El Museo Pachamama, también conocida como “La Casa de Piedra” está ubicado en la localidad tucumana de Amaicha del Valle. En él se exponen rasgos característicos de los Valles Calchaquíes. El museo fue diseñado por el pintor, escultor y artesano autodidacta Héctor Cruz. Del proyecto no participaron arquitectos y llevó seis años hacerse realidad. Este es parte de un proyecto de museos del mundo andino.

El museo está dividido en cuatro salas de exposición, divididas en cuatro categorías: geología, etnología, tapices y pinturas, y un patio donde se puede observar un sinfín de esculturas.

En la sala de geología se exhiben todos los minerales que se pueden encontrar en el suelo de la región, más una maqueta a escala de los Valles Calchaquíes. En la sección de etnología se pueden encontrar trabajos y esculturas de las diferentes culturas precolombinas de la región. También se pueden observar maquetas de las viviendas indígenas, vasijas y utensilios de la cultura Tafí –entre 600 al 200 A. C., herramientas de trabajo, vestimentas e instrumentos de música, presumiblemente usados como medio de comunicación a distancia.

Las dos salas restantes muestran el arte de Héctor Cruz, en una de ellas muestra una colección de pinturas en diferentes estilos, y los otros tapices realizados con lana de los animales de la zona.

El patio deja totalmente anonadados a los visitantes, es similar a una fortaleza de piedra donde se pueden encontrar esculturas de la Pachamama, el Inti que es el dios Sol, Quilla, la diosa Luna, la víbora bicéfala de la cultura awada, el guerrero de la luna y la mesa de los 12 caciques entremezclados con cardones y cactus, típicos de la zona, todo realizadas con rocas de la región.

El Museo Pachamama fue creado en el año 1996 sobre la ruta provincial 307 en el acceso a Amaicha del Valle. Tiene una dimensión de 10.000 metros cuadrados de superficie están distribuidos meticulosamente los salones de Geología, Antropología y Ciencias Naturales.

Este museo esta abierto al público en temporada alta: de 8.30 a 19 (verano, invierno y semana santa). Y temporada baja de 8.30 a 12.30 y de 14 a 18.30.

Los Amaichas y la ruta del vino

La comunidad Amaicha del Valle no solamente es reconocida por venerar a la Pachamama, sino que es famosa es a nivel mundial porque cuenta con una de las tres bodegas comunitarias del mundo. La misma esta ubicada a unos 160 kilómetros de la capital tucumana, a unos 2300 metros sobre el nivel del mar. No solo es una bodega novedosa por estar en una zona que no es vitivinícola, sino porque además tiene un concepto comunitario a partir de su origen vinculado a unas 60 familias descendientes de pueblos originarios de la zona.

La construcción y puesta en marcha de la bodega demandó unos cinco años desde su proyecto inicial en 2011. Es totalmente circular donde dentro de cada círculo se realizan actividades específicas. La producción anual totaliza 50.000 litros, repartidos en viñedos de propiedad comunitaria que producen mayoritariamente las variedades Malbec (80%) y Criolla (20%)

Su principal etiqueta es Sumak Kawsay que significa «Buen Vivir» en lengua quechua Son vinos de altura de media gama y marcada identidad y también tiene la particularidad que su precio de venta al público es consensuado en una asamblea que establece un valor tal que permita a las familias productoras continuar reinvirtiendo y haciendo crecer el emprendimiento colectivo. Bodega Los Amaichas da trabajo a 60 familias indígenas de Amaicha del Valle.

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