Moschner, Evita y el destino de un cuerpo

Hoy se conmemora el 70º aniversario del fallecimiento de Eva Perón. En ese marco, más allá de los actos políticos, es la fecha elegida por la productora Non Stop y la plataforma Star+ para estrenar Santa Evita, la serie basada en la novela homónima de Tomás Eloy Martínez sobre la muerte de Evita.

Con un reconocido elenco internacional encabezado por Natalia Oreiro (Eva Perón), Ernesto Alterio (coronel Moori Koenig) y Diego Velázquez (Mariano Vázquez), con la participación especial de Francesc Orella (doctor Pedro Ara) y Darío Grandinetti como Juan Domingo Perón, la nueva producción de ficción suma en el personaje clave de Cifuentes, al talentoso misionero Iván Moschner.

Grabada a principios de 2021, cuando el aislamiento y las restricciones por la pandemia seguían siendo la regla, Moschner destacó la inversión de la producción para lograr un producto técnicamente admirable a pesar de los contratiempos.

‘‘Es mi primera vez en este caso de una gran producción que es extranjera que había mucho dinero para producirla. Y además fue una época muy dura porque toda la filmación se dio en tiempo de aislamiento, pero creo que resultó, al menos lo que se vio hasta ahora, se ve todo muy bello muy afinado’’, comenzó diciendo ayer en Radioactiva en la previa de la premiere que anoche tuvo lugar en el Teatro Colón.

Moschner fue seleccionado tras un riguroso casting, que incluyó un mano a mano con el director de la serie, Rodrigo García (hijo del reconocido Gabriel García Márquez). El papel que le fue asignado fue el de Cifuentes, un civil encargado de asistir al coronel Moori Koenig (Ernesto Alterio), encargado de lidiar con el cuerpo de Evita tras la caída de Perón.

‘‘El tema de la serie es la muerte de Evita, por más que en la primera parte ella todavía está viva y la ficción transita entre esos mundos. A mí me toca estar en la parte posterior, cuando murió, siguiendo el periplo del cuerpo hasta el final. Son siete capítulos y yo participo de seis’’, graficó Moschner en diálogo con María Marta Fierro.

Asiduo lector, Moschner recordó que ni bien se lanzó la novela de Martínez, la curiosidad lo llevó a leerla, pero entre tanta mudanza, el libro se perdió en el camino. Tras ser elegido para el papel en la serie, volvió a leerla y detalló que ‘‘la adaptación me gustó porque la conocía muy bien la historia y estaba la historia en el guión’’.

Fue escrita por Marcela Guerty (que también cumple el rol de Adela) y Pamela Rementería.

La súper producción tuvo la participación de 120 actores y actrices, y 1.300 extras e implicó un meticuloso proceso de reconstrucción de época, con equipos locales de fotografía, arte y vestuario. Más de 80 autos antiguos fueron parte y se confeccionaron prendas exclusivas.

Cuenta con la producción ejecutiva de la actriz y productora mexicana Salma Hayek Pinault y José Tamez (ambos de la productora Ventanarosa) y con la dirección del realizador Rodrigo García, quien también se desempeña como productor ejecutivo, y del cineasta, actor, director teatral y guionista argentino Alejandro Maci, a cargo también de la producción artística.

Moschner estuvo en alrededor de 20 jornadas de grabación, que incluyeron un traslado particular, a raíz de las restricciones, e hisopados constantes (dos por semana) para cuidar a todo el elenco.

En su mayoría eran a la par de Alterio y de Diego Velázquez, que interpreta al alter ego del autor de la novela, que hace la investigación de qué paso con el cuerpo de Eva.

Sobre el papel de Cifuentes, reflejó que profundizó en entender los motivos de su accionar y personalidad. ‘‘El personaje pareciera no existir en la realidad, pero es representativo. Él tiene un odio casi ancestral con Evita, no se manifiesta más que en algunas palabras, porque ella ya está muerta, pero yo busqué su convicción de vida, la razón por la que él hacía ese trabajo y las cosas que decía y es que su familia había tenido un diario, varios cines y todo le había sido confiscados por el gobierno peronista, la época anterior y él se había quedado prácticamente sin nada. Ese era el motor que le encontré para explicar el personaje’’, detalló el misionero.

Moschner interpreta al asistente del militar encargado del cuerpo de Eva.

En cuanto a la relación con estas ideologías en juego, Moschner destacó que su niñez estuvo signada por la imagen de Evita y que luego, al formarse, fue creando su propias conclusiones. ‘‘Yo no tengo una animosidad especial con Evita, pero tampoco soy un ferviente fanático de ella. Sí es un personaje a respetar históricamente’’, consideró. En esa línea, recordó a sus abuelos maternos, ligados a la militancia peronista y unas revistas con la imagen de Eva que se debían mantener escondidas en lo recóndito de un cajón hogareño.

Ya en la adultez, comulgando siempre con las ideas del Partido Obrero, ‘‘comprendiendo la realidad de la posguerra, tras la revolución soviética de 1917, acá en la Argentina la función de Perón fue como disciplinar a las masas que estaban pidiendo y reclamando por sus condiciones de vida. Él viene a hacer esa tarea de nacionalismo burgués, más allá de que la canción diga ‘combatiendo al capital’, eso es un verso literal del himno, no es una convicción real, entonces en esos términos, Evita fue una acérrima militante de los derechos de los trabajadores, pero, además, ferviente confrontadora de los comunistas de los sindicatos de la época’’, relató sobre su visión histórica.

Más allá de la controversia que pueda atraer aparejada la serie, Moschner destacó por sobre todo la libertado de expresión y lejos de divinizar el rol, recordó que incluso Madonna supo ponerse en la piel de Eva, en pleno gobierno peronista. ‘‘Es importante el tema para comprender históricamente y es un personaje que hay que estudiarlo y analizarlo, pero cuando aparece la cuestión de censura, ahí ya no acuerdo nada. Que cada uno piense lo que quiera y pueda hablar de lo que quiera’’, resaltó entusiasmado por ver el resultado final de la edición.