La historia de la secretaria y lo que el alcohol mató

domingo 24 de julio de 2022 | 6:05hs.
La historia de la secretaria y lo que el alcohol mató
La historia de la secretaria y lo que el alcohol mató

Ella era secretaria de un banco; él administrativo. Ella no logró recuperar su cotidianeidad, deambula por los pasillos y los pabellones con ropa vieja dejando al descubierto ciertas partes. Él está irreconocible en las calles, es un señor. Atrás quedaron los episodios en los que iba desnudo manejando su auto por la avenida.

Susana tiene 38 años y cuatro hermanos varones. Se buscó la externación pero los que pueden contenerla tienen hijos pequeños y temen de que se presenten situaciones fuera de control. El equipo esperará un tiempo y lo volverá a intentar.

A diferencia de otros pacientes, Susana tenía una vida relativamente estable con trabajo y afectos. Pero el alcohol, poco a poco, fue apoderándose de su voluntad. Se alejó de sus hermanos para que no la controlasen y fue peor, se escapó hasta que su estado llegó a tal punto que fue perdiendo incluso su capacidad de razonar. La internaron, la madre preocupada la visitaba con frecuencia hasta que se enfermó y las visitas eran menos. Un día, ya no hubo más visitas, la madre había muerto.

“Cuando la familia se aleja es que la mamá está enferma o es grande o se murió. Porque las madres son de acero, tienen aguante, no es lo mismo que un hermano o un sobrino que rápido suele abandonar las visitas. El paciente psiquiátrico termina enfermando a toda la familia, pero nosotros siempre le decimos que tienen que darle unos minutos de su día, un rato, no pedimos a los familiares que vayan a cumplir horario sino que estén cerca, que ellos los vean un ratito porque sino nosotros terminamos siendo su única familia”, expresa con cierto pesar, el jefe de Enfermería, Julio Gómez, quien trabaja en el Carrillo hace quince años y además de desempeñarse en el complejo mundo de la salud mental, se rebusca como asalariado. De lunes a viernes se moviliza en colectivo desde su casa, cerca de La Placita, al trabajo. El auto es sólo para los fines de semana, los días que le corresponde guardia activa.

En cuanto al señor ahora “irreconocible en las calles”, fue un caso con final feliz. “Cuando llegó era incontrolable, pidieron su internación por oficio judicial; el hombre salía completamente desnudo en auto y sus dos hijos en el asiento de atrás. De repente un día, dejó de conectar con la realidad, estaba fuera de si” cuentan los que asistieron al paciente.Estuvo meses internado, no se convirtió en  crónico; se recuperó, salió adelante con medicación y tratamiento ambulatorio.

“Lo veo por la calle y no lo reconozco, todo un señor”, remarca Julio.

 

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