Alejo Avalos, el artista urbano que cautiva en el microcentro de Posadas

Todos los días, cerca del mediodía, Alejo Avalos (32) llega con su guitarra electro-acústica y su parlante amplificador a la plaza 9 de Julio de la ciudad de Posadas, y con su música logra cambiar la energía del lugar. Las caras largas se convierten en sonrisas, las preocupaciones se dejan de lado por unos segundos y la prisa deja de ser tan importante.

Con un variado ritmo, que va desde covers de la Konga (cuarteto), hasta bandas internacionales como Depeche Mode, Alejo comparte su talento para ganarse el pan de cada día por medio de las colaboraciones que las personas van dejando en el estuche de guitarra.

“Es muy lindo el calor de las personas en Posadas, el aprecio por el arte acá es invaluable. Le debo todo a esta sociedad por eso todos los días salgo a ponerle la mejor onda, para que la gente escuche algo medianamente bueno (ja)”, comentó con gran humildad.

Esta iniciativa tiene sus inicio en el 2020, cuando Alejo comenzó a trabajar de artista urbano, pero pese a que su desempeño mejoraba día a día, el inicio de la pandemia cambiaría todo.

“Con la cuarentena los músicos no podíamos salir a trabajar, nos valiamos de los streaming, de la música en las redes sociales, pero era difícil sacar plata, vivir de eso. Pero por suerte recibimos ayuda de la Secretaría de Cultura de la Provincia”, recordó el duro momento que le tocó atravesar hace dos años.

A pesar de las adversidades, poco a poco utilizó esa ayuda para salir adelante. Fue así como regresó al arte urbano, pero esta vez con más ganas y más herramientas para desenvolverse en diferentes ritmos.

Hoy es una de las perlas que se pueden encontrar en el microcentro de la capital misionera, y pese a que el público lo recibe con gran alegría, él cree que esta etapa es pasajera. Sus sueños van más allá del espacio que le brinda la plaza posadeña. Aspira grabar sus propias canciones y recorrer el país llevando sus raíces misioneras como bandera. “Me gustaría dejar una huella misionera donde vaya”, imaginó.

La música como estilo de vida

Tomar la decisión de vivir del arte no fue nada fácil para el jóven misionero. Según explicó, de niño ya se interesaba por la música pero sus padres no veían en esta disciplina una actividad rentable.

“En mis tiempos el arte estaba mal visto, te decían: ‘dejá de tocar la guitarra y anda a trabajar o estudiá para hacer otra cosa’, recordó.

Pero su amor por el arte pudo más. “Gracias a Dios no oí esas voces, sino más bien seguí lo que yo quería hacer, escuché lo que dictó mi corazón que era seguir mi pasión y me puse a estudiar canto y guitarra”.

Fue así como a los 13 dio inicio a su carrera artística. Con estudios y vocación, encontró en las melodías un estilo de vida, capaz de transmitir esa alegría que lo caracteriza al momento de entonar una canción.

 “La música más que una terapia es una medicina en estos tiempos tan difíciles que vivimos,  y le invitó a los artistas a que se sumen, puede ser desde cualquier instrumento, desde lo tengas, todo aporta a la sociedad”, expresó el artista.

La historia de Alejo sorprende e inspira a los artistas que aún no se animan a lanzarse en la música. Al fin y al cabo, vivir de lo que uno ama suena bien.