El asesinato ocurrió el 17 de mayo en Nemesio Parma

Crimen de Claudia: la prueba de una campera y un corte de pelo

Por el femicidio de Claudia Benítez (34) se encuentra detenido su marido, Andrés Rodríguez (39). La acusación se sostiene sobre tres declaraciones del expediente
domingo 03 de julio de 2022 | 10:00hs.
Crimen de Claudia: la prueba de una campera y un corte de pelo
Crimen de Claudia: la prueba de una campera y un corte de pelo

La investigación sobre el asesinato de la taxista Claudia Benítez (34) avanza con el mismo hermetismo con el cual las autoridades del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas se manejaron desde que su vehículo apareció carbonizado. Por el hecho están detenidos quien era su marido, Andrés Rodríguez (39), y Franco Ramos, un hombre que espera juicio por un crimen casi idéntico.

Sobre Ramos se conoció que se habría comunicado con la víctima dos días antes y se sabe que fue él quien vendió el teléfono de la taxista.

Sobre Rodríguez, hay antecedentes de violencia de género y declaraciones dispares sobre la relación de la pareja, que vivía en el barrio Itaembé Miní con sus dos hijos menores de edad. “Si todavía está detenido por algo es”, señalan las hermanas de Benítez, lo que evidencia que no están al tanto de los elementos de peso sobre el padre de sus sobrinos.

Según pudo saber este medio en base a fuentes con acceso al expediente, la Justicia se apoya principalmente en tres declaraciones para acusarlo del asesinato. Dos de ellas recolectadas en su barrio y una menos contundente en Nemesio Parma, conduciendo el auto que sería de la víctima.

La reconstrucción del hecho señala que Claudia salió de su casa bien temprano, como se sabe,  para cumplir con un viaje programado. Una vecina expresó que pasados más o menos una media hora también salió Rodríguez en una motocicleta 110.

El vehículo de la víctima fue totalmente incinerado. Foto: Natalia guerrero

En Nemesio Parma otro testigo señaló que se cruzó dos veces con un vehículo ploteado como remis. La primera vez se dirigía en dirección al Campo Francés y la otra cuando el automóvil volvía del lugar -en medio llegó al trabajo y le pidieron que vaya a hacer una compra a un negocio-  en dirección al Parque Industrial.

Aquí un punto central. Sin precisiones, dijo que el conductor era de tez blanca, con anteojos y tenía una campera “inflable” oscura. Las características coinciden con las del detenido, quien esa mañana se fue a cortar el pelo con una prenda de vestir también similar, tal y como declaró su peluquero habitual.

La peluquería tenía cámaras de seguridad y las imágenes son clave para corroborar sus dichos.

En su declaración Rodríguez recordó que la noche del lunes 16 de mayo, encontró a su pareja con una de sus amigas y que un rato más tarde, cuando la visitante se retiró, ambos se fueron a recostar. Recalcó que esa noche no hubo ninguna discusión entre los dos.

A su vez, indicó que antes de dormir Claudia le contó que a la mañana siguiente debía tomar un viaje a la zona del Parque Industrial con varias personas. Y que por el paro de colectivos iba a tener muchos traslados durante todo el martes.

Contó que cerca de las 5.30 su pareja se fue, que la vio vestirse y que ella al rato le envió un mensaje avisando que había dejado la puerta entreabierta.  Siempre desde los dichos del imputado en indagatoria, cerca de las 6.15 de ese martes le envió un mensaje a la taxista pero más allá de que estuviera en línea esa misiva nunca tuvo respuesta.

Luego agregó que tras la salida de su concubina se quedó despierto. Y que después de resolver un inconveniente con un emprendimiento particular que buscaba iniciar, a eso de las 9.30 llegó una comisión policial a su casa de Itaembé Miní para avisarle que el coche de su esposa había sido encontrado incinerado en un camino de Nemesio Parma.

La hipótesis del caso aún contempla la participación de más detenidos, que aún no fueron identificados, según quedó expuesto en la acusación que se leyó a Ramos en su declaración indagatoria. El acusado es un conocedor del Campo Bauer ya que creció allí y trabajaba con su familia en la olería, algo que los investigadores de los homicidios que se lo acusa señalan como algo clave para el ocultamiento de los cuerpos.

Ramos buscó desligarse de la prueba que lo señala directamente y dijo que vendió el teléfono que le pertenecía a la víctima por pedido de uno de sus vecinos, algo que no tiene correlato en las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento. Sobre el día del homicidio expresó que fue a dedo hasta la casa de sus familiares en Parma, estuvo con ellos pero no había trabajo para hacer.

Luego le pidió dinero -tres mil pesos-  a uno de ellos y volvió de la misma forma.

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