Luego de que el Juzgado Federal recharazá la investigación

Preventiva para presuntos sicarios brasileños acusados de matar a Díaz

El juez Miguel Mattos, titular del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, dictó la preventiva por homicidio agravado para David Wesley D.O.S (22) y Gabriel G.D.S (20)
sábado 02 de julio de 2022 | 5:30hs.
Preventiva para presuntos sicarios brasileños acusados de matar a Díaz
Preventiva para presuntos sicarios brasileños acusados de matar a Díaz

Los dos brasileños detenidos por el homicidio a balazos del kiosquero Cristian Díaz fueron procesados con prisión preventiva y seguirán tras las rejas mientras la investigación avanza. Se trata de David Wesley D.O.S. (22) y Gabriel G.D.S. (20), ambos oriundos de Porto Alegre.

La decisión estuvo a cargo del titular del Juzgado de Instrucción Siete, a cargo del juez Miguel Mattos, quien asumió la competencia luego que las autoridades del Juzgado Federal de Posadas rechazaran investigar el crimen. En primera instancia él se había declarado incompetente por considerar la trama narco detrás del caso.

La preventiva es por homicidio agravado por el precio o promesa remuneratoria debido a que se cree que ambos extranjeros son sicarios que llegaron a Posadas para cometer el asesinato.

De todas formas la carátula es provisoria y podría modificarse con el avance de la instrucción, según aclararon las fuentes consultadas por El Territorio. Las partes ya fueron formalmente notificadas.

David Weslley de O. S. (19) es quien se cree que disparó y tiene vínculos con la organización Bala Na Cara, mientras que el otro es Gabriel G. D. S. (20), quien además es el protagonista del escandaloso video bailando en una comisaría pocas horas después de haber sido detenido.

Hay un tercer implicado, un hombre que -según creen los investigadores en base a los elementos que hay hasta el momento- los había albergado, dado las armas y llevado a los extranjeros hasta el kiosco de Díaz, donde lo acribillaron de cinco disparos.

Los detenidos fueron trasladados ante el juez el 17 de mayo, donde completaron la audiencia indagatoria. Allí se abstuvieron de declarar.

La principal hipótesis del caso es que se trató de un ajuste o venganza narco por la pérdida de una carga de marihuana, tal y como reveló en exclusiva este medio. El cargamento estaba frente a la casa que funcionó de búnker de los asesinos y donde la Policía de Misiones incautó el vehículo Fiat Duna en el cual se movilizaron hasta el barrio Yohasá para cometer el asesinato.

El procedimiento antinarcóticos lo hizo Gendarmería Nacional en octubre del año pasado y entonces no se informaron detenciones. Se trata de un cargamento de 155 kilos que estaba en un utilitario estacionado.

Según la información oficial de la fuerza, una patrulla del Escuadrón 50 hacía rastrillajes cuando vieron la camioneta con vidrios bajos, que además emitía un fuerte olor característico de la droga.

Por orden del Juzgado Federal de Posadas, se dispuso el traslado del vehículo a la unidad, donde los uniformados contaron seis bultos que contenían 85 paquetes con marihuana prensada y siete bolsas con cogollos.

Lo que creen los investigadores es que esto ubicaría al prófugo como el dueño o al menos el custodio de esa droga.

El hecho

El crimen de Díaz ocurrió el domingo 7 de mayo, en la chacra 94 del barrio Yohasá.

Según relató la mujer de la víctima, cerca de las 3 de la madrugada llamaron a la ventana de su despensa y el hombre salió a atenderlos. Entonces escuchó la ráfaga de disparos que lo dejaron sin vida en el negocio.

“Ella debe estar sabiendo muchas cosas porque era su compañera, ya que vivía con él”, dijo la mamá de Díaz en comunicación con este medio.

Además, en la escena de los hechos, donde esperaba novedades sobre el crimen repitió llorando en varias oportunidades que “mi hijo debería estar preso, no muerto. Cometió sus errores, pero no merecía esto”.

Asimismo, fuentes de la investigación expresaron a El Territorio que la sospecha es que en el kiosco de Díaz funcionaba una boca de expendio de estupefacientes y que la víctima actuaba en complicidad con su pareja, de 30 años, que fue quien llamó a la Policía y advirtió lo sucedido.

Se cree que la mujer tuvo tiempo de deshacerse de la mercadería e incluso de hasta dos armas que estaban a mano de la ventana donde comercializaba la droga. En el lugar incautaron un teléfono celular que le pertenecía a la víctima, pero ella nunca facilitó su desbloqueo.Las pericias podrían ser clave.

En cifras

155

La principal hipótesis del crimen apunta a que se trató de un ajuste de cuentas por la incautación por parte de GNA de 155 kilos de marihuana.

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