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En agosto de 2021, Santiago Insaurralde armó las valijas y dejó Posadas para irse rumbo a Estados Unidos. Recaló en Miami y, más precisamente, en el Miami Prep, un equipo que funciona como una vidriera.

Es que el objetivo con el que Insaurralde viajó rumbo a Estados Unidos era entrar a un equipo universitario para luego llegar a la NCAA (National Collegiate Athletic Association), el paso previo a la NBA, y también uno de los torneos más competitivos del mundo del básquet, que suele abrir muchas puertas.

El plan tuvo efecto, el posadeño de 20 años tuvo buenos partidos, pudo mostrarse y consiguió una beca en la Florida Palms University para estudiar administración de empresas y jugar al deporte que lo apasiona.

Santiago estampó la firma y en agosto deberá presentarse en la universidad.

“Psicológicamente fue duro. Allá yo jugaba en diferentes clubes y cada dos o tes meses veía a mis viejos. Acá tuve que pasar Navidad, Año Nuevo y mi cumpleaños solo”, recordó el misionero sobre sus primeros meses en Estados Unidos.

Pero el posadeño tiene claro que para alcanzar sus objetivos tendrá que sobreponerse a muchas vicisitudes y que eso también forma parte del camino.

“Vivo en una especie de pensión, hay chicos de diferentes partes del mundo y formamos una familia, así que no estoy solo”, comentó.

Insaurralde está acostumbrado a eso de estar lejos de casa: “A los 16 me fui a Corrientes a jugar en San Martín, pasé por Villa San Martín y Sarmiento de Resistencia y cuando pude viajar vine a Estados Unidos”.

Cuando llegó, el misionero confesó que “venía jugando un buen básquet, pero me encontré con un juego muy diferente”. 

El posadeño pasó por San Martín (C) en el inicio de una carrera que promete.

“Es un básquet más físico, es casi un deporte diferente, más rápido. Me costó al principio, pero mejoré y los partidos me sirvieron para mostrarme”, agregó.

Luego de esos partidos en Miami Prep, al de la Tierra Colorada le llegaron tres ofertas. Una era para un equipo de la máxima división de la NAIA, el paso previo a la NCAA, y otras dos para una categoría menor. El misionero ponderó los minutos de juego antes de la categoría.

“Es como una tercera división, que se parece a lo que era la Liga B en Argentina. Prefiero tener más roce y minutos, porque mi idea es en dos años poder estar la NCAA”, avisó Insaurralde.

La NCAA es el paso de muchos argentinos antes de la NBA. Los jugadores que provienen de la liga universitaria suelen tener un plus a la hora de ser elegidos y si no continúan su carrera en Estados Unidos, también es una gran llave para recalar en Europa o en los mejores equipos de Sudamérica.

El base contó que “el sueño de llegar a la NBA parece más cercano. Todo el tiempo te motivan a que podés llegar”. “En Argentina tenés que ser un top para que te vengan a buscar y lo mismo en Europa, pero acá parece más probable”, cerró.

En uno de sus mejores momentos y tras su llegada a Estados Unidos, el misionero se lastimó el tobillo, regresó a Argentina, se recuperó y se embarcó nuevamente en busca de su objetivo.

En agosto, Santiago Insaurralde tendrá que presentarse en la Florida Palms University y comenzará a desandar el camino de una nueva meta en el país del norte: llegar en dos años a la NCAA y luego seguirá soñando con la NBA.