Un enfermero obereño fue detenido por lesiones agravadas a su ex esposa

La víctima denunció que su ex la subió por la fuerza al coche y quiso asesinarla. Agradeció a quienes la socorrieron y alertó sobre la peligrosidad del acusado
lunes 20 de junio de 2022 | 4:00hs.
Un enfermero obereño fue detenido por lesiones agravadas a su ex esposa
Un enfermero obereño fue detenido por lesiones agravadas a su ex esposa

“Mi vida con él fue un infierno. Violencia y amenazas, pero siempre salió parado. El miércoles me quiso matar, pero Dios siempre pone a sus ángeles en el lugar correcto donde deben estar y me salvaron”, reflexionó R. S. (48), quien se recupera de la brutal agresión que padeció a manos de su ex esposo.

El implicado fue identificado como Ernesto A. (49), conocido enfermero que se desempeña en el ámbito de la Salud Pública y en el sector privado de Oberá, acusado de lesiones agravadas por violencia de género.

La pareja convivió durante 27 años y tuvo cuatro hijas, testigos de la continua violencia contra su madre.

“Me engañaba y maltrataba, pero me decía que si lo dejaba me mataba”, recordó la víctima, quien en enero pasado tomó coraje y, con el respaldo de sus hijas, decidió terminar con la relación tóxica que la agobiaba.

Pero el hombre no aceptó la ruptura y comenzó a hostigarla, al punto que en febrero irrumpió en su domicilio y la encadenó. Más tarde la amenazó con un arma de fuego.

En este contexto, el Juzgado de Familia ordenó la prohibición de acercamiento, aunque no se contempló que el acusado reside en una vivienda lindera al domicilio de la víctima y de sus hijas.

En tanto, el último miércoles se produjo un hecho de extrema violencia que derivó en la detención del acusado, aunque en realidad no fue alojado en una comisaría, sino que se halla internado en el Hospital Samic -uno de sus lugares de trabajo- con custodia policial.

En diálogo con El Territorio, R. S. contó que “el miércoles salí a caminar y apareció mi ex en el auto con la excusa de hablar sobre la organización del 15 de una de nuestras hijas, pero en realidad fue una excusa para forzarme a subir al auto. Estoy segura de que me quería matar”.

Luchó por su vida

Según relató la víctima, el hecho se registró alrededor de las 20.30 en el barrio Villa Svea, a siete cuadras del Hospital Samic.

Precisó que su ex es un hombre de gran contextura física, por lo que no tuvo problemas para tomarla de los brazos y forzarla a subir al auto. Además aseguró que le presionaba el cuello.

“Ni le importó que tengo dos cirugías de cervical con implantes. Cuando quise activar el botón antipánico me sacó el celular. Fuimos por la autovía con la puerta del auto abierta y en un momento me quiso tirar, pero me agarré por la ropa de él. Luché porque no podía respirar más, no sé de dónde saqué tanta fuerza”, reconoció.

Llegando a la altura del Hospital la mujer alcanzó a manotear y sacar la llave y el Ford Focus se detuvo, mientras sus gritos alertaron a varios transeúntes y personas que estaban en los comercios de la zona.

Al respecto, comentó que “se acercó un chico que vio lo que pasaba y empezó a pedir ayuda. Vino más gente y un policía de civil que me ayudó y me contuvo. Enseguida llegó un móvil de la Seccional Tercera, que está frente al Hospital, y un policía me dijo que también me iban a detener por incumplir la restricción de acercamiento. Ahí la gente empezó a reclamar y me dejaron”.

La denunciante afirmó que por su profesión su ex tiene muchos contactos con la Policía.

Incluso, señaló que “el médico policial que me atendió a mí es amigo de él, compañero de trabajo en el hospital. No se acercó para revisarme ni me pidió que me saque la ropa. Me pidió que le cuente lo que tenía, nomás. Al otro día fui a un médico particular para que me haga un certificado como corresponde”. 

Temor latente

Preventivamente, la causa contra el enfermero fue caratulada como lesiones agravadas por violencia de género, aunque con el avance de la investigación podría derivar en homicidio en grado de tentativa, confió un vocero del caso. El expediente está a cargo del Juzgado de Instrucción Dos de Oberá.

Por su parte, la víctima cuestionó el beneficio de la detención en el centro asistencial por un presunto cuatro de hipertensión arterial.

“Tendría que estar preso en una celda, como cualquiera que hace lo que él hizo. Y no sólo que está en el hospital, sino que él trabaja ahí, todos lo conocen y tiene un montón de privilegios. Es más, me contaron que lo vieron tomando mate en la guardia, como si nada”, reclamó.

La víctima también es enfermera, pero tuvo que retirarse por sus problemas de columna. Indicó que durante mucho tiempo soportó violencia psíquica y física por las amenazas que padecía.

En tal sentido, contó que “en mayo lo denuncié porque me amenazó con un arma. El juzgado dispuso un allanamiento para el 23 de mayo, pero al final recién le allanaron el 30 y no encontraron nada. Resulta que dos días antes él le dijo a mi mamá que le habían avisado del allanamiento. Dice que le dijo: “que tonta si cree que me van a sacar mi arma”. Se siente intocable y que puede hacer lo que quiere. Por eso tengo terror de que salga, porque ya me dijo que me va a matar”.

Asimismo, destacó el accionar de las personas que la socorrieron el pasado miércoles, al tiempo que subrayó: “Me gustaría saber sus nombres para agradecerles a uno por uno, porque me salvaron la vida”. 

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