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El Territorio accedió en exclusiva a la carta en la que confesó el hecho

Una hija de Juan Chemes aseguró que asesinó a su padre porque la violó

“Lo maté de un cascotazo y machetazo en el cuello”, confesó Milagros. Y agregó: “Me siento más tranquila después de hacer esto”. Insistió en la inocencia de su hermano

domingo 19 de junio de 2022 | 3:30hs.
Una hija de Juan Chemes aseguró que asesinó a su padre porque la violó
La carta escrita a puño y letra por Milagros Chemes (21), detenida y sospechosa del crimen de su padre Juan (73).
La carta escrita a puño y letra por Milagros Chemes (21), detenida y sospechosa del crimen de su padre Juan (73).

“Soy Chemes Milagros. Me declaro culpable por el asesinato de mi papá Juan Chemes, él era una persona muy agresiva, en varias ocasiones abusó de mí, me manoseaba. Eso pasó cuando tenía 14 años, yo le avisé a mi mamá y nunca me hizo caso. Por esa razón ese día tomé la decisión de terminar con él”.

Así comienza la carta escrita de su puño y letra por Milagros Chemes (21), detenida desde el pasado 24 de mayo como sospechosa por el homicidio de su propio padre, Juan Ángel Chemes (73), hecho por que también está imputado Julio Alberto De Jesús Chemes (32), otro hijo de la víctima.

Ni una pizca de arrepentimiento, más bien todo lo contrario: la satisfacción puesta de manifiesto desde el primer al último párrafo.

“Lo maté porque se merecía (…) Por fin me siento en paz y segura”, se lee en la misiva en la que confesó el asesinato perpetrado el 18 de marzo en las afueras de Oberá, en momentos en que su padre se dirigía a trabajar.

El Territorio accedió en exclusiva a una copia de la carta que consta de dos carillas en la que la joven aseguró que su madre sabía de los presuntos abusos, aunque nunca los denunció.

Y así como se mostró complacida por matar a su progenitor, también reconoció que siente culpa por su hermano detenido “injustamente”, como describió.

En la carta brindó detalles de la mecánica del homicidio, precisó que usó una piedra y un machete; afirmó que luego arrastró el cuerpo y después se deshizo de las pertenencias de la víctima.

Al final, sentenció: “Me siento mucho más tranquila después de hacer esto”.

Ante la consulta de este diario, otra hija de la víctima reconoció: “Sospechábamos que podría salir con eso para confundir, pero no le creemos. Somos 15 hijos y sólo ella acusa a mi papá. Aparte él ya no está para defenderse”.

La confesión escrita
La carta firmada por Milagros Chemas fue incorporada al expediente que se tramita ante el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá.

A continuación se transcribe completa: “Soy Chemes Milagros. Me declaro culpable por el asesinato de mi papá Juan Chemes, él era una persona muy agresiva, en varias ocasiones abusó de mí, me manoseaba. Eso pasó cuando tenía 14 años, yo le avisé a mi mamá y nunca me hizo caso. Por esa razón ese día tomé la decisión de terminar con él”.

“La verdad que mi mamá sabía todo. Esa semana controlé los horarios en que se iba a trabajar, justo se dio y terminé con él. Era el día justo porque estaba cansada de tanto abuso, agresiones, etc. Un 2 de diciembre me quiso cortar la cabeza con el machete. Desde ese día tomé la decisión de ponerle fin a todo esto”.

“Me siento tranquila porque sé que ya no va a abusar más de mí y que no se va a pasar. Por fin me siento con paz y segura. Puedo decir que me siento mal por este tiempo que mi hermano estuvo preso injustamente por mi culpa. Pero dejo claro, toda mi familia sabía de esto. Lo maté porque se merecía”.

“También dejo en claro que mi mamá quería que lo haga porque él la engañaba, y bueno aunque ella no me hacía caso cuando yo le decía que él abusaba de mí. Bueno, también fue su culpa, todo tiene un principio y un final”.

“Las cosas del bolso de él yo las quemé y las que no pude quemar las desaparecí, y no pienso decir dónde están. Yo sé que él tenía muchas cosas de mujer en el bolso, una linterna, herramientas y bolsas y papeles sin importancia. Las cosas de sus bolsillos como las llaves las arrojé al pozo del baño”.

“Yo lo maté de un cascotazo y machetazo en el cuello y luego lo arrastré al campito y lo dejé ahí y me tomé la molestia de tapar toda la sangre con tierra. Me siento mucho más tranquila después de hacer esto. Chemes Milagros”.

Las sospechas
Desde un primer momento su propia madre y varios hermanos desconfiaron de los ahora dos detenidos, pero la investigación policial no permitió involucrar a la chica. Tuvieron que transcurrir poco más de dos meses para que las sospechas del entorno más cercano se confirmaran a partir de la confesión de la propia implicada.

La joven se halla alojada en la Seccional Segunda de Oberá, cuenta con los servicios de un defensor oficial y hasta el momento se abstuvo de declarar.

En tanto, un vocero del caso indicó que aún está pendiente la evaluación psicológica para determinar si comprende la criminalidad de sus actos.

Juan Ángel Chemes fue asesinado el pasado 18 de marzo cuando se dirigía a su trabajo en el Jardín de los Pájaros de Oberá.

Según el expediente, alrededor de las 5.15 la víctima salió de su casa y a los pocos metros fue sorprendido por el o los asesinos. Se presume fue abordado por la espalda y luego fue arrastrado unos 50 metros hacia una zona de malezas, donde horas más tarde hallaron su cadáver casi degollado.

Su hijo Juan Alberto De Jesús fue acusado por sus propios familiares a partir de las constantes discusiones que tenía con su padre, a quien incluso amenazó de muerte.

En un primer momento el sospechoso contó con la asistencia de un defensor oficial y se abstuvo de declarar, pero luego requirió de los servicios de un abogado particular y pidió contar su versión, lo que concretó el pasado 10 de mayo.

Aseguró que el día del homicidio de su papá se levantó a las 6 y a las 7 tomó el colectivo que lo llevó hasta el centro de Oberá. Negó haber perpetrado el hecho.

El hijo negó todo
Indicó que alrededor de las 7.15 llegó a destino, en cercanías del Colegio Nacional. Habló con el patrón, quien luego salió para buscar su paga por la semana trabajada.

También nombró que vio y habló con el hijo y la esposa del contratista, como así también con un vendedor de la ex terminal de ómnibus.

Cerca del mediodía hizo unas compras en un supermercado del centro y volvió a su casa, donde vio los móviles de la Policía y lo arrestaron.

Si bien se preocupó por mencionar que esa mañana varias personas lo vieron en el centro, lo cierto es que el suceso que le imputan sucedió de madrugada, antes de las 7 cuando tomó el colectivo.

Consultado al respecto, reconoció que tenía problemas con el padre y que hacía varios meses que no hablaban. Argumentó que los problemas eran por “chismerío” de los hermanos.

Sobre la denuncia previa por amenazas de muerte a su papá con un machete, argumentó que el día de aquel suceso volvió de buscar abono del monte para las plantas de su señora. Llevaba un machete y una pala.

“Mi vieja estaba llorando y me dijo ‘fíjate que tus hermanas están peleando’, y la que tenía el machete era Ángela”, indicó.

En el final de la indagatoria le preguntaron si podía explicar por qué su propia madre y hermanos lo acusan, a los que respondió breve: “Si le digo le miento, ni idea”.

En el expediente también figuran como sospechosos la concubina del imputado y un cuñado menor de edad que estuvo demorado, pero luego fue liberado, aunque continúa ligado al expediente y por ello no puede salir de Oberá.

 

El peor final

Desde un primer momento los investigadores del homicidio de Juan Ángel Chemes barajaron la hipótesis de la participación de más personas, ya sea en el hecho en sí como en la planificación del mismo.

Tampoco es menor el dato que sus hijos ahora detenidos residían en la misma chacra que su padre y estaban al tanto de sus movimientos. Ambos tenían mala relación con la víctima por la manera en que criaban a sus propios hijos, según declararon otros familiares.

La autopsia precisó que Chemes murió a consecuencia de una herida cortante profunda a la altura del cuello, lo que derivó en un shock hipovolémico, es decir una grave hemorragia.También presentaba golpes y excoriaciones en diferentes partes del cuerpo, lo que marca el ensañamiento del o los agresores. Más allá de los problemas previos con sus hijos, no se descara que el móvil haya sido el robo ya que al momento del hecho la víctima llevaba alrededor de 70 mil pesos en efectivo, según su esposa. Parte del dinero estaba destinado para un préstamo a un amigo y el resto era para pagar una cuenta.

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