Tras fallo de la Corte, brasileños fueron indagados por el juez Verón

Los cuatro brasileños detenidos con un arsenal de armas por Gendarmería Nacional en un control vehícular de San José finalmente fueron indagados por la Justicia ordinaria luego de que la Corte Suprema de la Nación se expida sobre su situación. Lo hicieron ante el juez Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas.

Según pudo saber El Territorio en base a fuentes que intervienen en el expediente, la audiencia se concretó el último martes mediante una videollamada. Es que Fabio Moreira de Oliveira Pereira, José Brink Gutierres, Hemerson Oliveira Machado y José Silva Aguiar se encuentran alojados en la cárcel de máxima seguridad en Ezeiza debido a su peligrosidad ya que se sospecha pertenecen a la organización Bala Na Cara.

Todos designaron un abogado defensor oficial y cuando tuvieron la posibilidad de dar su versión de los hechos se abstuvieron de declarar. El juez Verón los imputó por la adulteración del chasis de una Honda HRV en la que se movilizaban al momento de su detención y que tenía un pedido de secuestro por robo emitido desde Chaco.

Por tratarse de un delito menor, los implicados no están detenidos a disposición del juez más allá de que están privados de su libertad a disposición de la Justicia Federal de Posadas. Todo indica, de todas formas, que esta situación forma parte del final del derrotero de los extranjeros en Argentina.

Como informó este medio en ediciones anteriores, sobre su caso había un conflicto de competencia negativo, ya que las autoridades del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas y las del Juzgado Federal de la misma ciudad se habían declarado incompetentes de investigarlos.

En términos simples, cuando ocurren este tipo de conflictos, define el órgano superior de ambos juzgados. En este caso, como se trata de dos fueros diferentes, la cuestión recayó sobre la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuyos jueces tardaron más de dos años en dar una solución, que fue salomónica.

Se definió que la Justicia Federal investigue la tenencia de esas armas, mientras que el juzgado comandado por Verón se encargará en lo que respecta al vehículo adulterado. Por esta razón el proceso la Justicia provincial inició su curso esta semana.

Pero, mientras se esperaba una resolución de la Corte, en septiembre del año pasado se conoció que, en acuerdo de la Defensoría Pública Oficial Ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas con la Fiscalía Federal, tres de los brasileños -Aguiar tiene otro defensor- reconocieron su culpabilidad y aceptaron una pena de cuatro años de prisión.

Con ello, la defensa también solicitó que sean excarcelados al tener la mitad de esa pena cumplida.

El Tribunal Federal de Posadas respondió entonces que no se podía avanzar al respecto debido a la indefinición de la Corte y en razón de tres condicionantes: el peso de la prueba contra los acusados, la gravedad del hecho endilgado y el latente riesgo de fuga.

Ahora, ante la definición, la Fiscalía insistió con el acuerdo, pero debido a que el Tribunal ya se había expedido, la Cámara Federal de Casación Penal conformó otro tribunal que sí aceptó. Ante esto, con gran parte de la pena cumplida y un delito menor en el fuero ordinario, los brasileños pasan sus últimos días privados de su libertad.

La conexión Nebrisky
La estadía tras las rejas de Oliveira Pereira, Gutierres, Oliveira Machado y Silva Aguiar inició el 14 de septiembre del 2019, cuando fueron detenidos por Gendarmería Nacional en el cruce de San José. Éstos estaban en una camioneta Honda con armas de fuego, precintos, silenciadores y vestimentas de la Policía Federal Argentina (PFA).

La ropa incluso tenía abrojos con los nombres Ortigoza, Nebrisky, Flores. Las investigaciones realizadas por la fuerza arrojaron que habían estado una semana en Posadas marcando rutas y haciendo inteligencia. Se alojaron en una cabaña a la costa del río y fue el posadeño Luis Miguel Barden quien le brindó apoyo.

Ser determinó que el grupo se comunicaba con un teléfono que emitía señal desde Ezeiza y que era utilizado por una persona con alias Negro Parra, que terminó siendo Néstor Fabián Rojas. Las órdenes que recibieron los implicados eran claras: si el procedimiento se complicaba en algo, debían matar al blanco.

Se barajó que querían robar una carga, pero la principal hipótesis es que planeaban el secuestro de un empresario sobre la ruta nacional 14.

En la casa de Baden también hallaron ropas policiales. Foto: Marcelo Rodrífuez

Más allá de eso, la causa primero recayó en el Juzgado Federal, a cargo de la jueza Verónica Skanata quien se declaró incompetente y giró todo al juez Verón. El resto ya se sabe. De todas formas, el círculo se terminó de cerrar cuando en mayo del 2020 fue detenido Baden en Posadas.

En un allanamiento en su casa también se incautó ropa policial, armas y un abrojo de bordado apellido Nebrisky. Entonces fueron detenidos sus cuñados, su pareja y un paraguayo que había sido cuñado de Rojas, todos acusados por ser la pata local para los negocios del narcotráfico de Rojas en Posadas, además de brindar alojamiento a delincuentes internacionales.

También se determinó que El Negro había organizado un plan para matar al juez Fernando Verón meses antes. “Filmá todo, así ya voy armando, es necesario, yo sé lo que te digo. Hacele seguimiento estos días temprano, cuando sale a trabajar. Lo mandamos a un semáforo y chau de última. Preocupate por eso porque ese nos va a traer problemas a todos. Foto, filmación y el horario que sale para el trabajo. Esa es la hora, yo traigo la gente”.

Tal vez el “todos” incluía a los brasileños.