Durante más de tres horas dentro del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, Juan Andrés R. (39) se defendió de las acusaciones que lo apuntan como el responsable del asesinato a puñaladas de su propia pareja, la taxista Claudia Benítez (35), quien fue ultimada el pasado 17 de mayo tras salir de su casa para ir a tomar un viaje y cuyo cadáver fue hallado un día después semisumergido dentro de un pozo de agua de una casa abandonada en Nemesio Parma. 

Acompañado de su representante legal en el proceso, la abogada Roxana Ramírez Moll del Estudio Jabornicky & Asociados, el empleado farmacéutico llegó cerca de las 10.30 de ayer al edificio judicial de calle Pedro Méndez casi Uruguay en donde respondió a las distintas preguntas del juez Miguel Mattos, quien lleva adelante la pesquisa por el caso. 

De acuerdo a los datos que pudo saber este matutino sobre la declaración del acusado, se supo que Juan Andrés negó rotundamente su participación en el crimen y reconstruyó las últimas horas que pasó con Claudia.

Recordó que la noche del lunes 16 de mayo, encontró a su pareja con una de sus amigas y que un rato más tarde, cuando la visitante se retiró, ambos se fueron a recostar. Recalcó que esa noche no hubo ninguna discusión entre los dos.A su vez, indicó que antes de dormir Claudia le contó que a la mañana siguiente debía tomar un viaje a la zona del Parque Industrial con varias personas. Y que por el paro de colectivos iba a tener muchos traslados durante todo el martes.

El segundo implicado en el caso fue detenido el 2 de junio. Foto: Sebastián Volozo

Contó que cerca de las 5.30 su pareja se fue, que la vio vestirse y que ella al rato le envió un mensaje avisando que había dejado la puerta entreabierta. 

Siempre desde los dichos del imputado en indagatoria, cerca de las 6.15 de ese martes le envió un mensaje a la taxista pero más allá de que estuviera en línea esa misiva nunca tuvo respuesta.

Luego agregó que tras la salida de su concubina se quedó despierto. Y que después de resolver un inconveniente con un emprendimiento particular que buscaba iniciar, a eso de las 9.30 llegó una comisión policial a su casa de Itaembé Miní para avisarle de que el coche de su esposa había sido encontrado incinerado en un camino de Nemesio Parma. 

También comentó que los uniformados le pusieron al tanto de la situación pero que al mismo tiempo le tomaron fotografías a sus manos, a sus prendas de vestir y a las prendas que llevaba. Y que por último le secuestraron su teléfono celular tras ser notificado de que había sido demorado como sospechoso. 

Al ser consultado por su relación de pareja describió los conflictos que tiempo atrás tuvieron en donde obviamente hubo discusiones y cortocircuitos “como los tiene cualquier pareja” pero que luego, y tras una larga terapia que ambos realizaron, pudieron recomponer la relación.

Sobre lo que cree que sucedió con su esposa sostuvo que es consciente de que Claudia tenía una firme vocación por ayudar a los más débiles y que por ello si era por ella pararía en cualquier esquina para ayudar a quien lo necesitaba. Y que en ese sentido sostiene que por su afán de ayudar al prójimo se pudo haber metido en algún conflicto con gente peligrosa.

Más allá de esto último, las fuentes consultadas no agregaron más detalles al respecto. Y sí recalcaron que el imputado no hizo más que desligarse del asesinato. Incluso dijo que el primer interesado en que se esclarezca el hecho y que una vez que se compruebe su inocencia pedirá constituirse a la causa como querellante. 

Pesquisa 

Juan Andrés R. (39) fue demorado como sospechoso el mismo día -17 de mayo- del hallazgo del Chevrolet Corsa incinerado. Y tras confirmarse el hallazgo del cuerpo, al día siguiente, quedó formalmente detenido y luego alojado en la comisaría Decimotercera.

Cuatro días más tarde fue llevado a audiencia indagatoria, pero en esa oportunidad, por recomendación de sus patrocinantes optó por guardar silencio. 

Quienes lo representan en el proceso presentaron un pedido de excarcelación que fue desestimado posteriormente por el juez Mattos. Decisión que contó con el visto bueno del fiscal del caso. 

Pero mientras se avanzaba con las demás diligencias en el caso, el expediente tuvo novedades importantes el pasado jueves 2 de junio cuando efectivos de la Dirección Homicidios atraparon a un segundo sospechoso en el caso.

Se trata de Franco Ramos (27), quien fue atrapado en su casa del barrio Sol de Misiones II. Los investigadores llegaron a él luego de que se determinara -mediante el Imei- que el celular de Claudia Benítez estaba nuevamente activo en el barrio Itaembé Miní.

Se había activado con una línea que había sido adquirida de forma legal, lo que facilitó poder ubicar al propietario.

El dueño fue entrevistado horas antes y se determinó que había comprado el aparato de buena fe, algo que las pesquisas hasta ahora confirmaron.

Entonces el comprador señaló a la persona que vendió el Samsung A12 y con esos datos los pesquisas llegaron a Ramos.

El dato estremecedor es que el joven es uno de los cuatro acusados por el femicidio de su pareja Marina Da Silva (19), hecho ocurrido en diciembre de 2013.

El cuerpo fue hallado también en un pozo en Campo Bauer, de Nemesio Parma, al igual que el de la trabajadora al volante.Ramos y los otros implicados por ese caso se encuentran en libertad debido al vencimiento del plazo razonable de prisión preventiva. Si bien la causa fue elevada a juicio y estaba a disposición del Tribunal Penal Dos de Posadas, el debate nunca se hizo y tampoco tiene fecha.

En torno a su implicancia en el femicidio de la taxista, este lunes el segundo detenido se abstuvo de declarar en audiencia indagatoria y fue imputado por el hecho.