El comerciante fue asesinado a balazos en su casa el pasado 7 de mayo en el barrio Yohasá

El juez Mattos se declaró incompetente por el crimen del kiosquero Javier Díaz

Para el titular del Juzgado de Instrucción Siete el hecho se trató de un caso ligado al narcotráfico y por ello remitió todas las actuaciones al Juzgado Federal de Posadas
martes 31 de mayo de 2022 | 6:03hs.
El juez Mattos se declaró incompetente por el crimen del kiosquero Javier Díaz
El juez Mattos se declaró incompetente por el crimen del kiosquero Javier Díaz

El juez Miguel Mattos, titular del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, se declaró incompetente en la instrucción que investiga el crimen de Cristian Javier Díaz (31) en el barrio Yohasá. Por considerar que se trató de un hecho ligado al narcotráfico, remitió sus actuaciones al Juzgado Federal de la misma ciudad.

En este contexto, las autoridades de la Justicia Federal deberán analizar los elementos y los fundamentos de la medida para luego aceptar o rechazar la causa.

En caso de no aceptar el expediente, se daría un conflicto de competencia que deberá ser resuelto por un órgano superior a ambos juzgados.

Como se trata de dos fueros distintos, la Corte Suprema de la Nación sería la encargada.

Según detallaron fuentes ligadas al caso a El Territorio, la medida del magistrado posadeño fue impulsada también por la fiscal Patricia Clérici, quien consideró que el hecho se enmarca en una trama narco.

Por el caso, como viene informando este medio, hay dos brasileños detenidos, oriundos de Porto Alegre y señalados como sicarios. David Weslley de O. S. (19) es quien se cree que disparó y tiene vínculos con la organización Bala Na Cara, mientras que el otro es Gabriel G. D. S. (20), quien además es el protagonista del escandaloso video bailando en una comisaría pocas horas después de haber sido detenido.

Hay un tercer implicado, un hombre que -según creen los investigadores en base a los elementos que hay hasta el momento- los habría albergado, dado las armas y llevado a los extranjeros hasta el kiosco de Díaz, donde lo acribillaron de cinco disparos hace poco menos de un mes.

Los detenidos fueron trasladados ante el juez el 17 de mayo, donde completaron la audiencia indagatoria. Allí se abstuvieron de declarar y fueron imputados por homicidio calificado.

La principal hipótesis del caso es que se trató de un ajuste o venganza narco por la pérdida de una carga de marihuana, tal y como reveló en exclusiva este medio.

El cargamento estaba frente a la casa que funcionó de búnker de los asesinos y donde la Policía de Misiones incautó el vehículo Fiat Duna en el cual se movieron.

El procedimiento lo hizo Gendarmería Nacional en octubre del año pasado y entonces no se informaron detenciones. Se trata de un cargamento de 155 kilos que estaba en un utilitario estacionado. Según la información oficial de la fuerza, una patrulla del Escuadrón 50 hacía rastrillajes cuando vieron la camioneta con vidrios bajos, que además emitía un fuerte olor característico de la droga.

Por orden del Juzgado Federal de Posadas, se dispuso el traslado del vehículo a la unidad, donde los uniformados contaron seis bultos que contenían 85 paquetes con marihuana prensada y siete bolsas con cogollos. Lo que creen los investigadores es que esto ubicaría al prófugo como el dueño o al menos el custodio de esa droga.

Balacera en Yohasá
El crimen de Díaz ocurrió el domingo 7, en la chacra 94. Según relató la mujer de la víctima, cerca de las 3 de la madrugada llamaron a la ventana de su despensa y el hombre salió a atenderlos. Entonces escuchó la ráfaga de disparos que lo dejaron sin vida en el negocio.

“Ella debe estar sabiendo muchas cosas porque era su compañera, ya que vivía con él”, dijo la mamá de Díaz en comunicación con este medio. Además, en la escena de los hechos, donde esperaba novedades sobre el crimen repitió llorando en varias oportunidades que “mi hijo debería estar preso, no muerto. Cometió sus errores, pero no merecía esto”.

Asimismo, fuentes de la investigación expresaron a El Territorio que la sospecha es que en el kiosco de Díaz funcionaba una boca de expendio de estupefacientes y que la víctima actuaba en complicidad con su pareja, de 30 años, que fue quien llamó a la Policía y advirtió lo sucedido.

Se cree que la mujer tuvo tiempo de deshacerse de la mercadería e incluso de hasta dos armas que estaban a mano de la ventana donde comercializaba la droga.

En el lugar incautaron un teléfono celular que le pertenecía a la víctima, pero ella nunca facilitó su desbloqueo. Las pericias podrían ser clave.

Por ahora, la investigación está en pausa y la Justicia deberá definir quién avanzará en este entramado de drogas y sicariato.

 

En cifras

6 los impactos de bala que sufrió el kiosquero por parte de sus agresores durante la madrugada del 7 de mayo en su vivienda del barrio Yohasá.

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