Policías condenados por robar armas incautadas accedieron a la condicional

Los dos ex efectivos de la Policía de Misiones de Eldorado condenados por el robo de armas a depósitos judiciales en diciembre del año pasado abandonaron las celdas de la cárcel de Loreto luego de acceder a la libertad condicional. Se trata de Diosnel Sebastián Vega (42) y Marcelino Segundo Sanabria (43).

Como informó este medio oportunamente, Vega fue condenado a cuatro años y tres meses, mientras que Sanabria recibió tres años y seis meses, ambos considerados coautores por el delito violación de los deberes de funcionario público, asociación ilícita y sustracción de objetos destinados a servir como pruea ante la autoridad competente.

Vega tenía una condena mayor porque también se lo acusaba del delito de encubrimiento de contrabando agravado, sin embargo, logró una reducción de pena de seis meses, por lo que se considerará saldada su deuda con la sociedad en junio de 2023. La condena de Sanabria, en tanto, termina en septiembre de este año.

En este contexto, ambos estaban en condiciones a acceder al beneficio de morigeración de prisión, que fue aprobado y concedido por el Tribunal Oral de Posadas a principios de mes, luego de que el Servicio Penitenciario Provincial diera el aval correspondiente.

Sanabria fijó residencia en la casa de una hermana, mientras que Vega en la de su madre. La buena predisposición de esas referentes, las condiciones del hogar y los informes favorables fueron claves en la aprobación de su libertad. Según el fallo, al que tuvo acceso El Territorio, ambos presentaban conducta y concepto BUENO (5).

Por estos motivos el Tribunal de Conducta determinó que “propició de manera FAVORABLE” la reinserción de ambos. De todas formas, ambos deberán abstenerse del consumo de bebidas alcohólicas y/o estupefacientes, tendrán que adoptar un oficio y no deberán cometer nuevos delitos, entre otros requisitos de rigor.

El caso

Según la investigación del Juzgado Federal de Eldorado, a cargo del juez Miguel Ángel Guerrero, los dos policías -con rango de sargento-  empezaron a realizar la maniobra delictiva desde diciembre del 2018, e hicieron negocios hasta el día en que fueron detenidos. Ambos contaban con lazos estrechos -algunos de familia- con autoridades judiciales, lo que les permitía moverse con mucha libertad. Se creían impunes.

Para la maniobra, fue clave la participación y liderazgo de un civil, identificado como Oscar Alberto “Beito” Ríos. El hombre, oriundo de Bernardo de Irigoyen, fue condenado en la misma causa a cinco años de prisión.

Uno de esos hechos que reconstruye la investigación ocurrió un miércoles de enero del 2019. Los investigadores captaron entonces una comunicación telefónica en la que Beito Ríos le dijo a Vega que iba ir “hasta el kiosco” de Sanabria y éste le respondió: “Algo conseguimos para vos, pero metele, vení porque esto hay que sacar hoy”.

Entonces el civil se subió a su camioneta y se dirigió hasta el edificio donde se encuentran los juzgados locales. Allí ingresó por la parte trasera -calle Malvinas- y permaneció un momento hasta que se retiró rápidamente. El seguimiento de esta secuencia lo hizo el personal de Gendarmería Nacional de incógnito.

Las conversaciones que figuran en las escuchas también registraron que los dos efectivos habían hablado la noche anterior. Entonces Sanabria le contó a Vega que iba a estar de guardia 24 horas y el último le pidió que le mande una foto de lo que, se cree, sería un arma.

Contrario a esto, en su declaración indagatoria Ríos admitió que le compraba las armas a los dos efectivos policiales, asegurando que ellos le avisaban cuando tenían algo que estaba “como descarte” o que “habían dado de baja”. “Yo no sabía que sacaban de los depósitos del Juzgado, yo pensé que habían secuestrado”, expresó.

En las escuchas también se revelaron conflictos que surgieron entre los implicados, como por ejemplo el reclamo de dinero por parte de los policías después de la venta de las armas. Queda claro, en este sentido, que el encargado de hacer este trabajo era Ríos, con contactos en la frontera seca y otras localidades.

“Tenemos que abrir el quiosco”, “está muy quieto”, “qué tenés para mí” fueron algunos de los mensajes extraídos de los teléfonos celulares donde el civil pedía armas o dinero. “Esta semana hay algo lindo, vamos a comer asado y tomar mucha cerveza”, se lee en otra conversación, en la que Sanabria le anuncia a Ríos que tenía algo para él.

En el teléfono de Vega también se detectó un posible plan para asaltar a un grupo de personas en Eldorado, basados en la información habían ido a Buenos Aires a cambiar valores. Le había mandado un mensaje de audio a alguien desconocido, pero nunca se determinó que se compartió esa información con los Ríos o Sanabria.

Beito recibió la pena más alta y está en Chaco

Además de los efectivos policiales, también fueron condenados Yeni Paola Cañiza (30) y Oscar Alberto Beito Ríos (49). Este último recibió la pena más alta y está alojado en una cárcel de Chaco, mientas que la mujer acordó una condicional de tres años y no fue detenida.

La condena se conoció luego de un juicio abreviado que fue firmado por el Tribunal Federal Oral de Posadas, según se publicó en el Centro de Información Judicial (CIJ). Esto quiere decir que todos aceptaron su responsabilidad en los delitos.