Cuerpo tacuara que llenó de selva misionera el centro porteño

El monte misionero se hizo presente en pleno centro porteño. Una suave música selvática auguraba el paso de Takuareté en escena. Un pequeño escenario repleto de tacuaras alimentaba la curiosidad de los presentes.

Tras bambalinas se oyó el grito de arenga de los artistas y rápidamente fueron ingresando desde el fondo armados de sus tacuaras y esquivando personas sentadas en el suelo debido a la excesiva convocatoria.

Figuras geométricas y expresividad corporal plena se fueron desplegando poco a poco.

La tacuara como refugio, el grupo como abrigo, la muestra de fuerza, destreza y equilibrio se potenció en el mensaje de trabajo en equipo, aunque las habilidades particulares fueron celebradas y dejaron a un público embelesado con la puesta acrobática. Los espectadores respondieron a cada acción de cada ‘cuerpo tacuara’. Con lujo profesional pero cercanos y hasta con aparente nerviosismo y desparpajo, cada uno de los intérpretes dejó su impronta en escena.

‘‘Está lleno de bichos’’, dijeron cómicamente hacia los presentes previo convertir las tacuaras de sostén a instrumento musical. Inmediatamente se levantaron las palmas en el desbordado salón de honor del Centro Cultural Kirchner.

Sobre el silencio absoluto que antecedió la sentida ovación del final, el acto último graficó la tacuara en cuerpo y alma y si no quedó claro se reafirmó a viva voz: “brote bambú, de la tierra al cielo. Cuerpo tacuara”.

En espacio reducido y con tiempo acotado -la obra dura una hora y la performance de anoche fue de media- los Takuareté elevaron la energía del CCK y prometieron volver por mucho más.

Tras la liberación catártica, Carli Bastarrechea, director de la obra alegó que ‘‘queríamos traer algo de la selva misionera acá’’ y en ese sentido el grupo eligió las secuencias de movimiento que más representaban el viaje de los personajes.

Tras ser protagonistas en el Nodo Mica que se desarrolló en Tierra Colorada, fueron seleccionados para representar a la provincia en este escenario nacional del Mica. Es que el circo este año tuvo un lugar  de par ante otros sectores dentro del Mercado y se celebró este espacio ganado.

 ‘‘Se valoriza la profesionalización, que es con mucho esfuerzo porque no hay muchos lugares para estudiar circo’’, reconoció Bastarrechea y entendió que esta legitimación ‘‘pone en valor un montón de prácticas que antes tenían menos importancia’’. ‘

‘El circo da trabajo a un montón de gente, iluminadores, acomodadores, entrenadores, kinesiólogos, artistas, técnicos, diseñadores, así que es también una industria y el sostén económico y emocional en nuestro caso de ocho personas que están en el proyecto’’, resaltó.

El fragmento de la obra marcó un paralelismo entre flexibilidad, versatilidad y fortaleza más allá de toda forma vegetal y humana.

Actitud lúdica y destreza que llama a adentrarse en la naturalidad de la jungla sin preocupaciones, etiquetas ni tapujos.