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El consultor Gustavo Córdoba explica por qué crece la figura de Milei

Surge el fenómeno de regionalización de la política, como ocurre en Misiones

Sostiene que será la tendencia en las elecciones del 2023, en rechazo de la excesiva conurbanización. Observa hiperfragmentación en la oposición y oficialismo nacional.

domingo 22 de mayo de 2022 | 2:30hs.
Surge el fenómeno de regionalización de la política, como ocurre en Misiones
Córdoba es especialista en comunicación electoral y gubernamental, estuvo en los estudios de Meta Data. //Foto: El Territorio.
Córdoba es especialista en comunicación electoral y gubernamental, estuvo en los estudios de Meta Data. //Foto: El Territorio.

La política nacional es un hervidero. A más de un año de las elecciones generales para elegir presidente, en espacios como el PRO hay fuerte puja por candidaturas. En el Frente de Todos intentan poner freno a la pérdida de credibilidad hacia sus máximos dirigentes, productos de los desaciertos de gestión y la tensión creciente entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner. Aprovechando tal desconcierto, surge y crece la figura de Javier Milei.

En tanto, las provincias, cansadas del centralismo de lo que denomina la excesiva conurbanización, generan el fenómeno de regionalización de la política. Es lo que sostiene Gustavo Córdoba, quien es director de comunicación en Zuban Córdoba y Asociados y especialista en comunicación electoral y gubernamental, en entrevista en Meta Data, el programa televisivo y político de El Territorio.

Cuando faltan más de un año para las elecciones generales, vemos cómo florecen los aspirantes a la presidencia. ¿Por qué se da este fenómeno?

Vivimos una época de una ansiedad electoral generalizada. Pareciera que vamos a votar presidente en dos meses. La política ha instalado como si la agenda de los argentinos fuera saber quién es el mejor precandidato de cada espacio, cuando está preocupada por la inflación, por la pobreza, la desocupación, la inseguridad y no por las candidaturas. Es el primer dato. El segundo es que la política argentina está en un proceso de hiper fragmentación. Estamos con suficiente cantidad de datos como para decir que el bicoalicionismo del Frente de Todos versus Juntos por el Cambio, hoy es un tripartidismo casi perfecto. Hoy la Argentina se parte en tercios, teniendo en cuenta la irrupción de (Javier) Milei (La Libertad Avanza) en el escenario político argentino. De cualquier modo, a este tripartidismo casi perfecto hay que ponerle algún pero, porque la hiperfragmentación creo que va a seguir porque no veo demasiados incentivos para mantener la unidad del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. Hay que pensar, incluso, que podemos llegar a tener un escenario muy parecido al del 2003, cuando hubo seis candidatos, tres de filorradicales y tres de filoperonistas.

Si las Paso no logran contener las rupturas de las actuales coaliciones, podemos pensar en un escenario de por lo menos cinco candidaturas y ahí realmente podemos ver una gran similitud con el 2003, porque ahí van a entrar a tallar las dirigencias que tienen los niveles de rechazos más altos. Porque a la política argentina hay que pensarla siempre en términos de segunda vuelta y no en término de la primera. No hay ninguna posibilidad de que hoy una fuerza política triunfe en primera vuelta, ni Juntos por el Cambio ni el Frente de Todos. Y esto es porque en el 2015, el radicalismo le dio la estructura a (Mauricio) Macri para su triunfo electoral, que hoy no está. En aquel momento, la posibilidad que el kirchnerismo ganara en primera vuelta era real y concreta y en este momento no. Por eso, hoy la UCR tiene mucho más incentivo para ir sola, porque además de los tres gobernadores que tenía en aquel momento, hoy le agrega a Maximiliano Pullaro, Dionisio Scarpín, Carolina Losada en Santa Fe, Rodrigo de Loredo (Córdoba), Martín Tetaz, Facundo Manes, en provincia de Buenos Aires y Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, en Capital Federal. Es decir, los radicales tienen una dirigencia renovada, joven que se pueden parar tranquilamente en candidaturas a gobernador y aumentar el caudal del centenario partido. En el PRO hay muchas candidaturas para un espacio pequeño, porque en realidad manejan solamente la ciudad de Buenos Aires. Desde el vamos no es bueno que el principal partido o el principal espacio opositor, que puede ser gobierno el año próximo, tenga siete precandidatos a presidentes.

Además, hay que agregar que hay un clima de época, a partir del cual hay que entender que cierta tolerancia que la sociedad argentina le concedía a los políticos -antes lo denominábamos luna de miel- ya desapareció, no hay más. Lo que queda son tiempos de tolerancia que la sociedad le otorga a cada uno de los gobiernos. A Cristina se le dio ocho años y hubo un voto castigo porque la sociedad argentina en lugar de votar a su candidato, por entonces Daniel Scioli, votó a Mauricio Macri, a quien la sociedad argentina le dio cuatro años y luego un voto castigo cuando votó a Alberto Fernández. Al propio Alberto Fernández le dio dos años y hubo un voto castigo fenomenal. Entonces, veamos un poco la secuencia: ocho años, cuatro años y dos años. Efectivamente, hay menos tiempo de tolerancia y un agregado, dos gobiernos de signos económicos ideológicos opuestos fueron castigados electoralmente en el plazo de dos años: el macrismo y el kirchnerismo. Entonces, a partir de acá ¿qué tenemos que pensar? Primero, que el 80% de la sociedad argentina tiene sentimientos negativos para con la política. A partir de ese dato es que uno logra entender por qué Milei para mí es un hijo legítimo de la política argentina: porque evidentemente las razones de su crecimiento hay que buscarlas en el fracaso de los modelos económicos de los últimos gobiernos en Argentina.

Creo que hoy Milei represente un tercio de la política argentina, nadie lo esperaba. Pero me parece que hay un error de lectura. Creo que, como en todos los órdenes de la vida, uno en determinado momento tiene que hacer una lectura intelectualmente honesta desde la realidad en la que uno está parado. Me parece que a la dirigencia política argentina esa lectura le faltó, no existió nunca. Entonces, todavía no terminan de identificar qué hicieron mal, todavía no terminan de identificar por qué la sociedad está enojada con ellos. Milei representa el enojo del estado puro de una gran parte de la sociedad argentina que está esperando resultados económicos, más o menos decentes, no están esperando un milagro, están esperando continuidad de política y mínimos acuerdos. La sociedad no termina de entender por qué en la Argentina de hoy no se puede salir de la inflación y no existe diálogo institucional. No existe ningún país en el mundo que haya tenido índices inflacionarios parecidos al nuestro que no haya habido mínimos consensos y esto es lo reprochable. Milei crece allí. Porque con mucho sentido común, si le dimos la calesita a Macri y chocó, si le dimos la calesita Alberto Fernández y también la chocó, por qué no lo vamos a dejar fracasar también a Milei.

En cuanto a la realidad en las provincias, algunas ya confirmaron que adelantarán elecciones de las generales. ¿Será esta una tendencia a nivel nacional?

Va a ser una tendencia respecto a lo electoral. Nadie va a querer pegar su suerte a un resultado incierto, porque al día de hoy, ¿quién puede decir que el escenario electoral está resuelto el próximo año? Nadie. Entonces, va a ocurrir lo mismo que pasó en el 2019, cuando vimos un festival desacoples de elecciones provinciales. Lo que sí me parece que es un fenómeno relevante y digno de análisis es la regionalización de la política argentina. Fenómenos como la renovación en Misiones, (Gustavo) Sáenz en Salta, el rionegrismo de (Alberto) Weretilneck y Anabela Carreras, el Movimiento Popular Neuquino van a empezar a ser imitados por otros gobernadores. Me parece que hay por lo menos ocho provincias que van a empezar este movimiento de decir ‘vamos a defender más los intereses provinciales’, porque está demostrado que las fuerzas nacionales, si nos atenemos, por ejemplo, al Frente de Todos, es como que ha sufrido una excesiva conurbanización en su manifestación política. Digo, sus intereses están tan ligados al conurbano.

Misiones es una de las provincias que padece el centralismo del gobierno y es relegada históricamente…

Lamentablemente no es la primera vez que lo vamos a decir: vivimos en un país federal, pero en realidad es un país centralista y unitario; es federal en los papeles. Pero cuando los intereses de Capital Federal y de Provincia de Buenos Aires empiezan a moverlos, es muy difícil que los intereses del interior sean reconocidos. Creo que, en este punto, tanto el gobierno de Macri como el actual gobierno tienen este porteñocentrismo, porque el 90% de sus funcionarios son de Capital Federal o de provincia de Buenos Aires; es excesiva esa mirada sobre los propios intereses. De hecho, hay que venir a Misiones para saber -por ejemplo- lo que hace la Provincia en materia de innovación, que es modelo e inédito en el resto de las provincias argentinas, pero prácticamente si uno no viene, no se entera.


En cierta forma, las provincias intentan consolidarse por regiones, como sucede con la Liga de Gobernadores del Norte Grande. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Es como una especie de refugio regional y creo que, además, deberían tener un liderazgo nacional que los potencia; que no sea solamente la búsqueda de ‘vamos a ver cómo nos defendemos entre nosotros de ese porteñocentrismo’. Me parece que llegó la hora de que los gobernadores, como fue en otra época de la Argentina, tengan un peso decisivo; creo que la política argentina requiere de un federalismo cada vez más presente. 

Invitado por la Universidad Gastón Dachary

Paola Zuban y Gustavo Córdoba, de Zuban Córdoba y Asociados, llegaron esta semana a Posadas invitados por la Universidad Gastón Dachary.

Informaron que es para ir preparando la Diplomatura en Comunicación Política a desarrollarse en esa casa de estudios.

De acuerdo a Córdoba, también se encuentra acompañando tal iniciativa Mario Riorda.
Córdoba y Zuban son licenciados en Ciencia Política y están realizando actualmente la Maestría en Comunicación Política (UA).

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