Una vida dedicada a las artes escénicas

Liliana Rizzo multiplicadora de teatro

La actriz, directora y gestora cultural protagoniza hoy un unipersonal de Santiago Loza. Con trabajo y talento cimentó un camino de acceso al arte y la formación teatral
viernes 20 de mayo de 2022 | 6:00hs.
Liliana Rizzo multiplicadora de teatro
Liliana Rizzo multiplicadora de teatro

Llegó a la Tierra Colorada con una mochila de saberes y propuestas. Sin planearlo -y sobre todo sin pensar que quedaría varada en la nada misma- Liliana Rizzo se valió de su talento y compromiso con el arte para hacer camino y multiplicar el teatro en varios rincones del norte misionero.

Hoy es una referente del ámbito cultural de la provincia. Maestra, actriz, directora teatral, asistente, técnica y muchas otras profesiones y oficios del palo teatrero forjaron su carrera y experiencia al tiempo que la convirtieron en una de las mayores difusoras del arte escénico.

A poco de haber cumplido 70 años y 47 como profesional sobre las tablas, encara el unipersonal Nada del amor me produce envidia, una obra que para ella, “representa un gran desafío actoral” mientras deja relucir su experiencia y talento.  

La puesta teatral escrita por el reconocido Santiago Loza cuenta con la dirección de William Sery y la producción ejecutiva de Julia Barrandegui. Se trata de un proyecto en conjunto con el Club de Teatro Eldorado, liderado por Rizzo, y el respaldo del Instituto Nacional de Teatro (INT).

La obra hace referencia a la disputa que existió entre Libertad Lamarque y Eva Perón. La puesta se centra en una talentosa costurera de barrio a quien visita Libertad y le encarga un vestido. Pero resulta que, por su lado, Evita se entera de una modista muy aplicada -que resulta ser la misma persona- y le pide el mismo encargo que Lamarque. “A partir de ese momento empieza un dilema no sólo para las estrellas de cine sino también para la costurera que tiene que decidir a quién de las dos le entregará el vestido. La obra tiene humor, intriga, emoción; es muy completa”, referenció Liliana sobre la propuesta que repite función el 11 y 12 de junio, en el Teatro del Pueblo de Eldorado.

En el unipersonal, Liliana es una talentosa costurera. Foto: gentileza Ismael Cabral

Y aunque es la actriz quien se luce sobre el escenario en el melodrama musical -emotivo y cargado de historia- Liliana asegura que hay un gran equipo técnico que trabaja para que la apuesta brille y coseche tantos elogios.

“Silvana Diedrich, Miriam Marchioli, Walter Villalba, Ismael Cabral, Sandra Peirano, David Pereyra y Lucas Fraga son parte de todo esto”, detalló,  resaltando el trabajo del equipo que la acompaña tras bambalinas.

Es que si hay algo que la destaca es su capacidad para compartir y convidar. Liliana se caracteriza no sólo por brillar con su talento y trabajo constante sino también por hacer brillar a los demás.

“Nuestra intención (reflejando en ese nosotros a Marcelo Calier, su compañero de vida) siempre fue compartir los que sabemos para multiplicar el arte”, reflexionó en diálogo con El Territorio. “Hicimos un camino que está dando frutos. Que hoy en día el público, los vecinos, los colegas y toda la comunidad valore nuestro trabajo y sepa que de verdad dimos lo mejor de nosotros es muy gratificante”, manifestó quien mama arte desde los 4 años y se ha formado a lo largo de su vida con reconocidos maestros del teatro nacional e internacional.

“Cuando llegué a Eldorado acompañando a Marcelo, quien tenía un contrato para organizar  un Encuentro del Mercosur, nos dejaron varados, sin cumplirle el contrato, en la nada”, recuerda la teatrista sobre aquel trágico 1998 que en lugar de hundirla la animó a construir un camino de arte en una ciudad sin espacios para la formación artística.

Con el tiempo, y muchos años de experiencia en el ámbito escénico, fundó la Escuela Misionera de Arte Dramático, en Eldorado, en la que participan jóvenes de distintos puntos de la Capital del Trabajo. Después, fundó la Escuela Municipal de Teatro de Montecarlo y también dirigió -y dirige hasta la actualidad- la Asociación Civil del Teatro del Pueblo, que hoy cuenta con una de las salas independientes mejores calificadas del país por el INT.

Su trabajo no sólo facilitó espacios de formación para los talentos y apasionados del arte en la Tierra colorada, sino también cimentó un camino de acceso a la cultura y el arte escénico en muchos sectores de la sociedad.

En medio de todas las gestiones, Liliana siguió haciendo lo que ama. “Me apasiona el teatro. Soy muy aplicada y responsable, sobre todo por una cuestión de respeto al público. Mis maestros me marcaron que el talento se trabaja y eso es también lo que intento infundir con trabajo y amor”, resumió la multifacética artista que hoy cosecha “la música más linda para los artistas: los aplausos del público”. 

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