Unidas por la sangre y la pasión

Las mellizas Márquez, referentes del femenino en la Capital del Monte

Desde los picados en el potrero con amigos a un presente plagado de títulos con las Decanas. Mariana y Yeni Márquez gozan del privilegio de ser hermanas y jugar juntas

domingo 15 de mayo de 2022 | 6:05hs.

La pasión desde la cuna en una familia muy futbolera, pasando por los picados con los amigos en el potrero del barrio, hasta la actualidad repleta de logros deportivos con las Decanas, el equipo de primera división femenina del Club Atlético Oberá.

Una apretada síntesis de la carrera futbolística de las mellizas Mariana y Yeni Márquez (31), referentes de su club y de la Liga Regional Obereña de Fútbol (LROF), una defensora y otra arquera que se complementan de memoria.

Responsabilidad, compañerismo, seriedad. Atributos de las mellis para cimentar una carrera llena de trofeos y reconocimientos, lo que las ubica como ejemplo para las chicas más jóvenes que se suman a las Decanas.

Pentacampeonas del torneo local, participaron de provinciales, regionales y nacionales. Hasta se dieron el lujo de disputar un amistoso ante la selección nacional en el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Y siempre a pulmón, como el fútbol femenino en general y más en el interior, donde resalta el verdadero amor por la camiseta y se relega tiempo de descanso y con la familia para entrenar y competir.

Actualmente, Mariana se recupera de una fractura de peroné que padeció a principio de febrero en la disputa de la Copa Federal en Buenos Aires. La misma lesión que años atrás sufrió Yeni, también defendiendo los colores de Atlético Oberá.

Pero toda historia tiene su origen y esta se remonta a los picados en el potrero del barrio, literalmente un potrero, ya que jugaban a la pelota esquivando vacas, como recordaron las mellis entre risas.

“Si nos portábamos mal, el peor castigo que nos podían dar no era que nos saquen el celu, como estaba de moda, sino que no nos dejen ir a jugar al fútbol”, rememoró Yeni.

Autogestión

En diálogo con El Territorio, las mellizas Márquez contaron que su niñez y adolescencia practicaron otros deportes, como básquet y vóley, pero en forma recreativa y secundaria al fútbol, su gran pasión desde chicas.

En el arco y la zaga central, las mellis se complementan a la perfección en la cancha.

“En esa época el fútbol femenino no estaba tan desarrollado ni había escuelitas para nenas, como hay ahora. Entonces jugábamos con los chicos y así nos fuimos fogueando. Un día le dije a mi papá que quería entrenar fútbol y fui al complejo municipal, donde conocí a Loly (Fabiola Krzeczkowski) que me invitó a jugar. Eso era a los 14, 15 años y jugábamos interbarriales y Juegos Evita”, explicó Yeni.

En aquellos años la Liga Obereña no contaba con competencia femenina oficial y la actividad era escasa, no había una estructura seria y la competencia se fue disolviendo.

Tiempo después, las mellizas volvieron a coincidir con Loly Krzeczkowski, histórica referente y capitana de la Decanas, quien las invitó a sumarse al equipo que se estaba gestando en Atlético Oberá.

“Tuvimos una reunión con los dirigentes y conseguimos la cancha y un horario para entrenar. Pero no teníamos entrenador. Ahí nos organizamos y empezamos a generar recursos para los gastos”, señaló Mariana.

Además de entrenar y jugar, desde un primer momento las Decanas autogestionaron su participación en la Liga con diferentes emprendimientos, desde venta de empanadas, gorras y camisetas, hasta la creación de una escuelita de fútbol femenino.

Incluso hoy, después de tantos logros, las chicas mandan a confeccionar su indumentaria deportiva con recursos propios. Es más, para participar de la Copa Federal consiguieron 25 auspiciantes. Todo un ejemplo de compromiso con la institución.

Casi imbatibles

Las mellizas Márquez destacaron la labor del profesor Walter Iturbide, el técnico que con el tiempo jerarquizó el fútbol femenino de Atlético Oberá.

“Además del aspecto técnico y táctico, Walter nos inculcó y les hizo ver a los dirigentes que somos un equipo, no sólo un grupo de amigas”, destacaron.

Fue tal el despegue de las Decanas, que empezaron a ganar torneos y a competir en regionales y nacionales.

“Llegó un momento en que los dirigentes nos preguntaron cómo hacíamos para ganar tanto. Nos costó ganarnos un lugar en el club, pero de a poco lo fuimos logrando y hoy por hoy nos permiten participar de las reuniones de comisión directiva”, destacó Yeni.

También valoraron el aporte del actual cuerpo técnico encabezado por el entrenador Miguel Almeida y el preparador físico Miguel Barrios.

En tanto, como a todo equipo ganador y casi imbatible a nivel local, los demás clubes siempre salen a ganar y se potencia la rivalidad, para lo que es clave contar con un grupo muy unido.

El compromiso de las mellis para con el equipo quedó plasmado en una anécdota de Yeni, que no era arquera, pero asumió el desafío de custodiar los tres palos y cumplió con creces, al punto que ya fue dos veces galardonada como la mejor jugadora del fútbol femenino en la fiesta anual del deporte obereño.

“La primera vez que gané mi papá me abrazó y me dijo felicidades, y a partir de ahí empezó a ir a todos nuestros partidos”, contó emocionada la 1.

A su lado, la 6 corroboró el orgullo de compartir una pasión que no conoce excusas, todo por el disfrute que genera correr atrás de una pelota. Tan sencillo y hermoso como eso.