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El hecho se registró el 7 de junio de 2020 en la localidad de Panambí

Reconoció por WhatsApp que violó a su prima y fue condenado a 9 años

El imputado, de 26 años, quedó expuesto por el relato de la víctima, testigos y pericias telefónicas. "Por una pavadita así no vas a hacer un lío", dijo el acusado en un mensaje

viernes 13 de mayo de 2022 | 2:00hs.
Reconoció por WhatsApp que violó a su prima y fue condenado a 9 años
El debate se realizó ayer en el edificio del Tribunal Penal Uno de Oberá.
El debate se realizó ayer en el edificio del Tribunal Penal Uno de Oberá.

“Somos grandes. No me vas a denunciar. Vas a entregar a toda la familia por eso. Dejá todo quieto”, le escribió un joven de 26 años a su prima a las pocas horas de haberla sometido sexualmente, un mensaje de WhatsApp que terminó siendo clave en la condena impuesta ayer por el Tribunal Penal Uno de Oberá.

El imputado fue sentenciado a nueve años de prisión acusado del delito de abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de su propia prima, de 22 años.

El hecho se registró durante la madrugada del 7 de junio de 2020 en la vivienda del imputado, en la localidad de Panambí.

En su alegato de la víspera, la fiscal Estela Salguero enumeró las pruebas que sentaron las bases de la acusación, como ser dichos de testigos que corroboraron la versión de la víctima.

Si bien en todo el proceso el acusado argumentó que aquella madrugada tuvo relaciones sexuales consensuadas con su prima, para la representante del Ministerio Fiscal dicha hipótesis fue desactivada con los mensajes que el encartado les envió posteriormente a la víctima y allegados.

En tal sentido, ponderó la labor del personal de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), que peritó los celulares de los implicados y halló elementos que resultaron demoledores para la defensa.

Salguero mencionó que en un primer momento el imputado trató de minimizar lo sucedido y le dijo a la víctima “por una pavadita así no vas a hacer un lío”, dando a entender que el hecho ocurrió, pero que no era tan grave.

“Pero luego reconoció lo ocurrido”, señaló la fiscal, porque en uno de los mensajes el implicado dijo a su víctima: “Quiero que pienses que lo que pasó fue por la borrachera”.

Pedido de auxilio

Durante la instrucción de la causa el imputado insistió en su inocencia, al tiempo que reiteró que el día del hecho estuvo consumiendo alcohol durante varias horas, lo que para Salguero no significó un atenuante.

Incluso, mencionó que el encartado se movilizaba en moto y esa madrugada condujo, por lo que no estaba tan alcoholizado como prendía hacer creer para desestimar la grave acusación en su contra.

En otro mensaje de WhatsApp enviado a un testigo, al verse acorralado por la situación, el acusado amenazó con implicar a un tercero.

“Si me denuncia y me acusa, voy a negar todo y voy a acusar de todo a Junior”, leyó la fiscal, y agregó: “Sabía que lo que había hecho no estaba bien y eso se plasma en la desesperación de los mensajes que envió”.

Según se probó, el hecho se registró en la vivienda del imputado luego de que éste y su prima compartieron una cena en casa de un amigo donde escucharon música y bebieron alcohol.

La reunión se concretó durante la época de mayores restricciones por la pandemia de Covid-19, por lo que incluso fueron intimados por la Policía para cesar con la música.

En consecuencia se retiraron del lugar y la chica, que entonces tenía 20 años, le pidió a su primo que la acerque hasta su casa. Pero en vez de eso, el joven la trasladó hasta un pinar donde quiso violarla, pero ella se resistió.

“Volvieron a la casa y ahí volvió a forzarla, pero ella no pudo evitar el abuso”, remarcó Salguero.

En ese punto citó a un testigo que “escuchó que la víctima gritaba y le pedía al acusado que no le haga nada”. Esto fue posible porque en pleno forcejeo con su agresor, la chica lo llamó por teléfono y el testigo escuchó su pedido de auxilio.

Pesadillas

Con relación a los testigos, una hermana del acusado reconoció que en la madrugada del hecho la víctima se quedó a dormir con ella y notó que lloraba mucho, aunque dijo que no le contó nada. 

Otra prima, en tanto, fue clave para que la chica radique la denuncia “porque me da mucho asco lo que hizo”, declaró a quien sí la víctima le dio detalles de lo ocurrido.

También reconoció que llegó a la sala de audiencias con temor a declarar porque circuló la versión de que el acusado se vengaría de ella, aunque eso no le impidió ratificar sus dichos de la instrucción.

La representante del Ministerio Fiscal destacó labor de la Saic en el peritaje de los mensajes cruzados entre el acusado y la víctima y allegados.

“Siempre (la víctima) se mantuvo en sus dichos. Fue objeto de pericias psicológicas y se determinó que su relato no fue forzado ni simulado, según se desprende de los correspondientes informes. Los profesionales que la evaluaron detallaron que se presentó angustiada, con llantos constantes, que se sentía sucia, aislada, que tenía dificultades para dormir y tiene pesadillas con el acusado”, indicó la fiscal.

Y agregó: “El hecho se halla probado, no hay ninguna duda de que existió. Lo que declaró la víctima y lo que los testigos corroboraron con sus dichos. El acusado quebró la voluntad de la víctima y abusó de ella en un lugar solitario y apartado, y debe pagar por ello”.

Luego solicitó la pena de nueve años de cárcel, lo que finalmente fue avalado por el Tribunal Penal Uno, presidido por Francisco Aguirre, secundado por José Pablo Rivero y Miguel Moreira.

La defensa

Sandra Llamosas, la defensora particular del acusado, solicitó la absolución o la pena mínima para su cliente.

“Mi defendido argumenta que fue una relación consensuada. Dijo que tomaron alcohol desde las 20 hasta las 4, whisky común con energizante, lo que los afectó”, argumentó en su alegato.

Llamosas hizo hincapié en que la víctima no padeció ninguna secuela física ni hematomas visibles, siendo que “en la denuncia dijo que él la agarró fuertemente de las muñecas mientras la desvestía. Si hacía tanta fuerza debería haber dejado un hematoma”.

“Considero que no ejerció ningún tipo de defensa porque no hubo agresión. Las relaciones fueron consentidas, pero tal vez por vergüenza, porque se iban a enterar, o por culpa, luego decidió denunciarlo”, indicó la letrada.

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