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Cuna de posibilidades

El ex arquero Gastón Molina lleva a cabo un proyecto integral de fútbol en el San Francisco, con el que busca ‘formar personas’ además de futbolistas

viernes 13 de mayo de 2022 | 6:05hs.
Cuna de  posibilidades

El ex futbolista Gastón Molina llegó por primera vez a Misiones en el año 2016 para jugar el Federal A con Guaraní Antonio Franco. Sin embargo, el destino tenía otros planes para él. Luego de un año con poca actividad en el arco de la Franja, el arquero nacido en 1990 en Villa Domínico (provincia de Buenos Aires) se dio cuenta de que era el momento de colgar los botines, pero no de alejarse del deporte que lo apasiona ni de la provincia de Misiones.

A los 27 años Molina reconoció que ya no tenía ganas de seguir viviendo la vida de un futbolista profesional y se retiró. Al mismo tiempo, tomó la decisión de llevar a cabo un proyecto futbolístico en Posadas, una ciudad en la que tanto él como su familia encontraron ‘su lugar en el mundo’. El primer paso lo dio en el club La Cantera con la puesta en marcha de un gimnasio de alto rendimiento y un convenio con Racing de Avellaneda. Luego llegó la pandemia y con ella un nuevo camino que lo llevó hasta el club San Francisco de Posadas, en el que hoy lleva a cabo un proyecto a largo plazo que se encuentra en pleno crecimiento y con el que busca trabajar en las bases para “formar personas”, además de jugadores de fútbol.

“Se me fueron terminando las ganas”

“A los 27 años decidí terminar mi carrera como futbolista profesional. Estuve 10 años compitiendo dentro del alto rendimiento y se me fueron terminando las ganas”, reconoció Gastón Molina en diálogo con El Territorio. “Venía de vivir en una ciudad como Buenos Aires y me encontré con algo muy diferente en Posadas. Mi hija más chica vino con dos meses de vida y para mí es una misionera más”, aseguró.

“Cuando uno juega al fútbol profesional tiene que vivir para el fútbol y yo a los 27 años me di cuenta de que ya no tenía ganas de seguir siendo jugador, pero sí de seguir ligado al fútbol. Vi que acá en Misiones hay mucha materia prima pero falta hacer un trabajo en las bases, en la alimentación de los chicos, en la parte psicológica”, analizó el ex futbolista que, a partir de esa situación, decidió quedarse en Misiones para trabajar en ese aspecto.

“Lo primero que pude hacer fue poner un gimnasio de alto rendimiento en el club La Cantera. Como tenía un vínculo desde chico con Racing de Avellaneda pude hacer un convenio para que La Cantera sea como una sede de Racing acá en Misiones. Después llegó la pandemia y con ella algunas diferencias con la dirigencia del club y por eso decidí dar un paso al costado”, explicó el futbolista formado en las inferiores de la Academia.

Lejos de bajar los brazos, Molina encontró un nuevo rumbo que lo llevó al club San Francisco, en el que desde hace casi un año comenzó una transformación que abarca varios ámbitos y que va desde los futbolístico hasta la infraestructura. 

“Cuando me fui de La Cantera comencé este proyecto en el club San Francisco con Elías Reyes, que hoy es el coordinador. Él conocía a los dirigentes del club, Diego Royg, Jorge Aguirre, Leandro Esperanza y Oscar Vogelmann y gracias a eso comenzamos a trabajar. Ellos confiaron en mí y me propusieron hacer este proyecto. Van 10 meses desde que comenzamos y tenemos aproximadamente 300 chicos, se restauraron las canchas, la cantina, la iluminación”, detalló.

Por otra parte, contó cuáles son los objetivos que se plantean tanto él como sus ayudantes al momento de poner en marcha una escuela de fútbol que alberga cada vez a más chicos y familias que se acercan al club.

“Con este proyecto buscamos formar personas a través del deporte. Yo creo que el fútbol tiene que ver mucho con la vida, por eso es el deporte más popular. Tenés que prepararte, tenés que tener tolerancia a la frustración, capacitarte y competir. Me parece importante que a través del fútbol se puedan formar personas de bien”, dijo.

“Hoy en día los chicos están muy metidos en las redes sociales y con la tecnología. Hace falta que estén más en las plazas jugando, que estén en un club, que socialicen y que ganen valores. Queremos dejar algo a largo plazo. Acá hay mucho material, pero falta formación y a eso es a lo que apuntamos”, remarcó.

Una idea de juego

En otro tramo de la charla con El Territorio, Molina destacó que con sus colaboradores intentan que los chicos del San Francisco sigan una misma línea de juego. “Queremos que se animen a jugar con la pelota al ras del suelo y no a tirar pelotazos y pegar patadas. Por eso trabajamos para que las canchas estén en buenas condiciones. Si bien todos queremos ganar, acá no nos importa tanto el resultado, pero sí lograr una identidad”, destacó

“Tener buenas canchas y buenos profesionales trabajando es fundamental porque eso es el nexo para poder cumplir el objetivo que nos proponemos. Somos un club nuevo y queremos que conozcan nuestro proyecto”, cerró.

La beca maradoniana, una ayuda a los pibes

A los chicos de bajos recursos el club los ayuda con la “beca maradoniana”, una iniciativa de Gastón Molina que los ayuda a pagar la cuota y les otorga la indumentaria del club. Además se les brinda el apoyo en el estudio con maestras particulares y se les pide que presenten el boletín de calificaciones para hacer un seguimiento de los jugadores en el ámbito de la educación.

Dentro del club San Francisco también se encuentra el Complejo Kiricocho, otro de los proyectos que impulsó Molina para poder sustentar económicamente todas las iniciativas y que tiene como temática a Diego Maradona y el Mundial de 1986. Ahí se vende la indumentaria y los productos relacionados al club, además de realizar eventos y alquilar las canchas. “Lo recaudado se vuelve a invertir en el club para que el proyecto siga creciendo”, contó Molina.

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