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Día dos del debate oral por el femicidio ocurrido en agosto de 2020 en Puerto Iguazú

Tres testigos completaron la segunda jornada del juicio por el caso Mereles

La pareja del imputado, un policía y un empleado municipal dieron sus aportes ante el Tribunal Penal de Eldorado. Se espera para hoy que comiencen los alegatos de las partes

miércoles 11 de mayo de 2022 | 6:03hs.
Tres testigos completaron la segunda jornada del juicio por el caso Mereles
La pareja del imputado al momento del hecho, Vanesa Morales (32), testificó ayer en el debate oral. Foto: Matías Bordón
La pareja del imputado al momento del hecho, Vanesa Morales (32), testificó ayer en el debate oral. Foto: Matías Bordón

Durante la segunda jornada del debate oral que se lleva adelante en el Tribunal Penal Uno de Eldorado por el femicidio de Patricia Mereles, la mujer de 32 años que el 6 de agosto del 2020 fue asesinada de un disparo de arma de fuego en la cabeza dentro de una vivienda del barrio Las Leñas de Puerto Iguazú, se escucharon otras tres testimoniales en el caso y se incorporó por lectura al proceso la declaración en etapa de instrucción de un cuarto testigo y del imputado que tiene la pesquisa: Yonathan Ariel “Yony” Da Silva (30).

Ayer se escucharon los aportes de un efectivo policial que intervino en la detención del imputado, de un empleado municipal que casi fue embestido por Da Silva durante su intento de huida con su Chevrolet Onix y de quien en ese entonces era la pareja del encartado: Maura Vanesa Morales (32).

Justamente la mujer remarcó ante los miembros del tribunal que nunca mantuvo problemas con la víctima y reconoció que solía ir con ella al mismo gimnasio en el barrio San Lucas de Iguazú.

Al ser consultada por el fiscal Federico Rodríguez sobre cuándo fue la última vez que vio a la víctima la testigo confió que fue la misma mañana del femicidio en el gimnasio.

Aunque comentó que en esa oportunidad Mereles no la saludó cuando llegó y que durante la hora que estuvo entrenando no le dirigió la palabra. Y que cuando se retiró junto a su hija de 15 años la fallecida le hizo un gesto con la mano y la insultó.

Morales confió que no entendió por qué la madrastra de su pareja la trataba así. Y sostuvo que pensó que era porque el día anterior no la habían invitado a pasar el domingo en casa de su padre en otra localidad.

Nuevamente, ante la consulta del fiscal, la mujer volvió a responder sobre Mereles. Aunque en esta ocasión por la versión que trascendió en su momento en donde la víctima habría engañado al papá del imputado con un joven, supuesto conflicto que habría desencadenado un entredicho entre el acusado y la víctima y que luego derivó en el ataque.

Luego reconoció que en algún momento su pareja le confió que éste había visto que su madrastra se había besado con un familiar durante una fiesta que se concretó pocas semanas antes al hecho y en donde estuvieron su pareja, su suegro y la propia víctima. También señaló que tras ocurrido el femicidio se enteró por familiares de la víctima que la versión de la presunta infidelidad había existido, aunque ella nunca vio nada que acreditara esa cuestión.

Incorporación por lectura

La versión de una supuesta infidelidad de Mereles hacia el padre del imputado fue una cuestión que se mencionó durante toda la etapa de instrucción como uno de los supuestos desencadenantes de la bronca de Da Silva hacia su madrastra.

Es por ello que para las partes se consideraba importante el aporte del tercero en cuestión y que de acuerdo a las investigaciones se sospechó sería un sobrino de Mereles.

Se trata de Jonatan Mereles, quien estaba citado para declarar el lunes pero que ni ese día ni ayer pudo ser ubicado por la Policía. Incluso trascendió que estaría viviendo en Maringá, Brasil, por lo que se dispuso de común acuerdo entre las partes que se dé lectura de su declaración testimonial ante la Justicia de Puerto Iguazú.

En base a los dichos en etapa de instrucción el joven comentó que solía ver a la víctima en casa de su otra tía, aunque luego la vio con más frecuencia cuando Patricia se mudó a su gimnasio para entrenar.

Reconoció que durante un tiempo tuvo que alejarse de ella debido a que en ese entonces, cuando aún estaba en pareja con el padre de sus hijos, el hombre se habría puesto celoso de él por su constante actitud cariñosa ante su tía.

Pero que tiempo antes del hecho volvió a tener contacto con la víctima en el gimnasio. Y que el día del hecho fue la última vez que vio a su tía a la salida del entrenamiento.

“No sabía qué hacer”

Antes de finalizar la segunda jornada, por secretaría se leyó la declaración indagatoria de Da Silva en la etapa de instrucción del caso. A partir de ese aporte trascendió que el imputado contó ante el juez y el fiscal de instrucción que la mañana del hecho, cuando su pareja regresó al local de electrónica donde trabajaba luego de haber ido al gimnasio le contó que Mereles le había dicho guampuda. Y que junto a su hija adolescente se habían burlado de ella.

“Como la señora siempre armaba discordia entre ella y mi pareja” decidió llamar a su papá porque tenía que contarle algo a solas. Pidió que su padre vaya hasta su negocio porque no quería ver a la mujer en casa de su familiar pero como su papá nunca lo fue a ver tomó la decisión de ir hasta lo de su progenitor para “desenmascarar” a su madrastra.

Siempre desde lo expuesto en su indagatoria, el imputado narró que Mereles lo único que quería era que él y su novia se separaran y que por ello inventaba cosas sobre él. Es aquí donde el encartado cuenta a su papá delante de Mereles lo de la supuesta infidelidad de su madrastra, momento en que recibe un cachetazo en la cara por parte de la víctima.

Y que tras ir al auto a buscar un barbijo vio el arma de fuego que llevaba en la guantera de su Onix y que había obtenido tiempo antes como forma de pago por la reparación de un televisor. Que tomó el revólver y lo llevó para asustar a su madrastra.

Luego dijo que cuando Mereles le propina un segundo cachetazo sacó el arma y le dijo “decí la verdad”. Allí admitió que percutó porque estaba seguro que no iba a disparar porque antes había retirado los proyectiles que tenía pero que para sorpresa de él se disparó el arma. “En ese momento no sabía qué hacer y salí corriendo, entré al auto y me fui a las 2000 Hectáreas (Iguazú) y me sentí perdido” se leyó sobre el momento de la huida de la escena por parte del acusado.

Por último describió cómo esquivó el control en el acceso a lalocalidad sobre la ruta 12 y cómo fue detenido por miembros de Gendarmería y luego de la Policía de Misiones en Puerto Libertad.

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