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Una incautación de Gendarmería de octubre del año pasado, en la mira

Detuvieron a dos presuntos sicarios brasileños por crimen en Yohasá

Los investigadores creen que el crimen de Cristian Díaz fue un ajuste de cuentas ligado al narcotráfico. Los implicados son jóvenes de Porto Alegre que estaban por escaparse de Posadas

martes 10 de mayo de 2022 | 5:30hs.
Detuvieron a dos presuntos sicarios brasileños por crimen en Yohasá
Algunas luces del Duna no funcionaban, tal y como se pudo apreciar en las cámaras. Foto: Marcelo Rodríguez
Algunas luces del Duna no funcionaban, tal y como se pudo apreciar en las cámaras. Foto: Marcelo Rodríguez

“Atrás hay algo más grande”, se dijo ayer. La investigación por el homicidio de Cristian Javier Díaz (31) tuvo ayer un importante sprint hacia su esclarecimiento, con la detención de dos sospechosos y la incautación del vehículo que habría sido utilizado para la huida.

Los implicados son David Wesley D. O. S. (22) y Gabriel G. D. S. (20), ambos de nacionalidad brasileña, quienes fueron atrapados por los uniformados de la Dirección de Homicidios de la Policía de Misiones cuando se estaban yendo a la terminal de ómnibus de Posadas. Su intenciones, por lo que creen los pesquisas, eran tomarse un colectivo para volverse a su país.

Al respecto, si bien todavía hay mucha cautela, la información recolectada hasta el momento hace creer a los investigadores policiales que se trata de sicarios que llegaron a la capital provincial para cometer el asesinato. Es decir, que a Díaz lo mandaron a matar.

En este sentido, una trama del submundo del narcotráfico aparece ahora como la principal hipótesis.

Los investigadores llegaron a los sospechosos luego de una reconstrucción que se inició inmediatamente después del crimen, que ocurrió poco después de las 3 de la madrugada del domingo.

Como informó ayer este medio, Díaz tenía un comercio en su vivienda, ubicada en las esquinas de las 74 y 95, en la chacra 94, barrio Yohasá, y recibió varios disparos tras recibir un llamado a la ventana.

Las recorridas y levantamiento de testimoniales pudieron reconstruir que dos personas habían sido vistas corriendo a la hora del crimen y habían subido a una Fiat Duna blanco. De esta manera, solicitaron las imágenes de una cámara de seguridad privada de la zona, que terminó por confirmar esa secuencia.

La comisión abocada al hecho pudo reconstruir, mediante un pedido de colaboración al 911, el camino del Duna, que se fue con dirección a la avenida Quaranta e ingresó al barrio Luis Piedrabuena. Allí, nuevamente se desplegaron rastrillajes y posibles testigos, que dieron un resultado más que positivo.

Se identificó una casa en las esquinas de las calles Montecarlo y Esteban Semilla, en la que - mediante tareas de vigilancia encubiertas - se pudo apreciar un coche con las características buscadas. Allí esperaron los pesquisas hasta que los dos detenidos salieron y tomaron un remís, que los llevó hasta la terminal.



Las autoridades del Juzgado de Instrucción Siete, a cargo del juez Miguel Mattos, ordenaron entonces la detención de ambos y se procedió a realizar un allanamiento en la vivienda, al que se hizo presente con sus colaboradores. En el lugar había un hombre, que por ahora no tiene relación con el caso, y el mencionado coche.

Los efectivos de la Policía Científica hicieron el levantamiento de huellas y material genético que podrían resultar claves en el avance de la pesquisa, pero sobre todo se pudo confirmar que el Duna no tenía los vidrios polarizados y que varias luces no funcionaban, lo que se condice con las imágenes de las cámaras de seguridad.

Se pudo reconstruir que el dúo de extranjeros había utilizado el vehículo y que se habían alojado en esa vivienda para “hacer un trabajo”, pero que una vez que en los medios se conoció el crimen de Díaz estaban más nerviosos de lo habitual. Los investigadores consideran que el rápido despliegue evitó que ambos huyeran otras vez a su país, donde rastrearlos iba a ser muy difícil.

Están ahora alojados en una dependencia policial a la espera de ser trasladados a audiencia indagatoria, que podría concretarse al final de la semana. A la espera de reportes oficiales, sería de Porto Alegre y al menos el mayor de ellos, David Wesley D. O. S. (22), tendría un importante prontuario.

Justamente David es quien aparece como el sospechoso de ejecutar los disparos y no se descarta que forma parte de una organización criminal brasileña. Tenían dos celulares que van a ser peritados por los profesionales de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial.

Se sabe que los implicados fueron asistidos con armamento -una pistola 9 milímetros-, alojamiento y movilidad por parte de una pata local. Esto pone en evidencia la implicancia de otro integrante de la banda, que estaba siendo buscado hasta ayer a la noche, aunque los investigadores prefieren no brindar ninguna información al respecto.

La carga
Poco después de los procedimientos Mónica Lugo, madre de la víctima, dialogó con Radioactiva y pidió que las autoridades “hagan lo posible para encontrar a los culpables que le sacaron la vida a mi hijo”.

Señaló que no tenía mucha información de lo sucedido y ayer a la noche no había recibido el cuerpo de su hijo para velatorio e inhumación.

Consultado por sus sospechas, Lugo expresó que no podía dar detalles de lo sucedido porque temía por su integridad y la de su familia. La mujer expresó que antes vivía en el lugar de los hechos, pero que hace años se retiró del lugar, añadiendo que no tiene relación con su nuera, quien estaba en la casa al momento de que Díaz fue acribillado.

“Ella debe estar sabiendo muchas cosas porque era su compañera, ya que vivía con él”, puntualizó. Además, en la escena de los hechos, donde esperaba novedades sobre el crimen repitió llorando en varias oportunidades que “mi hijo debería estar preso, no muerto. Cometió sus errores, pero no merecía esto”.

Al respecto del posible móvil del crimen, fuentes de la investigación expresaron ayer que la sospecha es que en el kiosco de Díaz funcionaba una boca de expendio de estupefacientes y que la víctima actuaba en complicidad con su pareja, de 30 años, que fue quien llamó a la Policía y advirtió lo sucedido.

Se cree que la mujer tuvo tiempo de deshacerse de la mercadería e incluso de un arma, ya que en la escena había dos proyectiles de diferente calibre. En el lugar incautaron un teléfono celular que le pertenecía a la víctima, pero que hasta ahora no pudo ser desbloqueado por los profesionales.

Se le pidió varias veces el patrón de seguridad, pero no lo facilitó.

Justo frente a donde se secuestró el auto GNA incautó marihuana en 2021.

En este contexto de la comercialización de drogas, uno de los datos con los que cuentan los investigadores es la incautación de un cargamento de marihuana por parte de Gendarmería Nacional justo enfrente de la casa donde fue hallado el Duna ayer.

El procedimiento se hizo en octubre del año pasado y entonces no se informaron detenciones. Se trata de un cargamento de 155 kilos que estaba en un utilitario estacionado. Según la información oficial de la fuerza, una patrulla del Escuadrón 50 hacía rastrillajes cuando vieron la camioneta con vidrios bajos, que además emitía un fuerte olor característico de la droga.

Por orden del Juzgado Federal de Posadas, se dispuso el traslado del vehículo a la unidad, donde los uniformados contaron seis bultos que contenían 85 paquetes con marihuana prensada y siete bolsas con cogollos.

Si bien por ahora no hay elementos de prueba que lo confirmen, esa incautación fue relacionada directamente con el homicidio y se trazó que podría tratarse de un ajuste de cuentas ligado a la pérdida de esa carga. Como se dijo, detrás hay algo mucho más grande.

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