Sanciones contra el petróleo ruso tropiezan en Europa
La unidad europea para seguir imponiendo sanciones a Rusia empieza a mostrar grietas. Los embajadores de los 27 Estados miembros se reunieron en la mañana del viernes en Bruselas con la propuesta de nuevas sanciones sobre la mesa. Incluye un embargo gradual y ciertas excepciones a las compras de petróleo ruso, así como más sanciones financieras y la inclusión de más personas (militares y hasta el patriarca ortodoxo Kiril) en la lista negra de personas sancionadas.
La reunión acabó sin acuerdo. El canciller europeo, el hispano-argentino Josep Borrell, les advirtió que si no tenían un acuerdo antes mañana a la noche (mañana es feriado en las instituciones europeas) el martes convocaría de urgencia a los cancilleres para que se pusieran de acuerdo.
Las objeciones
Varios países ponen obstáculos. Los más reticentes están siendo los embajadores de Hungría y Eslovaquia. En el borrador de este sexto paquete de sanciones se les concede hasta finales de 2023, casi 20 meses, para dejar de comprar petróleo ruso. Para los demás países es a finales de este año.. Pero Budapest y Bratislava consideran que es poco tiempo.
Hungría y Eslovaquia importan de Rusia todo el petróleo que consumen, no tienen puertos para comprar por petroleros y no tienen conexiones de oleoductos con otros países europeos. Sus refinerías funcionan con adaptaciones para el petróleo ruso que deberán cambiar.
La Comisión Europea estima que en 20 meses se podrían construir oleoductos para conectarlos con sus vecinos pero ellos se niegan. Budapest directamente rechaza el plan (el primer ministro húngaro Viktor Orban es el principal aliado del ruso Vladimir Putin) y Bratislava pide más tiempo.
El último borrador hace concesiones. La Comisión Europea permitiría a Hungría y Eslovaquia un año más, hasta finales de 2024, a Chequia hasta mediados de 2024. También a Grecia para que tenga tres meses antes de ejecutar la prohibición de importar con petroleros, que para los demás países sería inmediata.
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