“Hay que ponerle el pecho a lo difícil”

lunes 02 de mayo de 2022 | 6:04hs.
“Hay que ponerle el pecho a lo difícil”
“Hay que ponerle el pecho a lo difícil”

Encontrar un trabajo que más convenza en términos de remuneración económica y guste puede a veces tardar varios años. Pasar por diferentes rubros hasta hallar un lugar donde puede se pueda tejer lazos con la gente, generando no solamente clientes, sino también amistades.

En el Día del Trabajador bien vale reconstruir el periplo de Miguel Molas (63), un vendedor ambulante de Jardín América, quien a lo largo de su vida hizo de todo, fue carnicero, tarefero, en la chacra, en una fábrica y hasta camionero para llevar la yerba.

Hoy en día Miguel es vendedor ambulante, vende frutas en su camioneta que siempre estaciona sobre la avenida San Martín de la ciudad de las diagonales. “Empecé a dedicarme a este trabajo hace aproximadamente diez años, yo no tengo mis propias plantaciones, sino que compro a los colonos y revendo los productos, porque vi una posibilidad de ayudar a los que trabajan en la chacra, además hay una fuente de ingreso para mí y manejo mis propios horarios”, contó en diálogo con El Territorio.

Al referirse sobre lo positivo y negativo que tiene el rubro, el hombre mencionó: “Lo lindo es estar en contacto con la gente, estar al aire libre y tener libertad, a mí todos me conocen entonces tengo buena relación con todos los que se acercan, ya sea para comprar o simplemente para charlar. La dificultad la encuentro más que nada en la inestabilidad del tiempo, aguantar las altas y bajas temperaturas, la lluvia y no contar con un sanitario cerca”. A su vez, dijo que en días de lluvia directamente no sale porque no hay clientela.

Durante su vida realizó distintos oficios de los que pudo sacar provecho para aplicar en su vida. Resaltó que en cada rubro se aprende y hay que quedarse con lo positivo siempre. “De cada rubro se destaca la experiencia que se adquiere y cuántos más oficios se adquiere más posibilidades tenes de salir adelante”, dijo al tiempo que relató: “Cuando estaba en la chacra, me tocó ser operador de tractor, yo era el maquinista en un lugar donde había más bien plantaciones de yerba mate, como también manejaba los camiones para llevar la yerba”.

Entre los oficios que más le costó fue la carnicería y él mismo comentó la razón: “Tuve que aprender todo ahí sobre la marcha, además cuesta porque hay que tener mucha atención y responsabilidad; eso ayuda a uno a crecer como persona”.

Miguel se mostró optimista para continuar, a pesar de cualquier adversidad, personal o laboral. “Lo importante es siempre salir adelante, hay que poner el pecho a las situaciones difíciles no hay que darse por vencido”.

 

El trabajo en la chacra, mezcla de voluntad y perseverancia

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