El transmisor es un pequeño flebótomo

Leishmaniasis: reactivan programa de monitoreo y preocupa su avance

En Posadas volvieron a relevar la presencia del vector que transmite la parasitosis. La enfermedad se volvió endémica y aunque tiene tratamiento, insisten en las tareas de prevención.
domingo 24 de abril de 2022 | 2:00hs.
Leishmaniasis: reactivan programa de monitoreo y preocupa su avance
Leishmaniasis: reactivan programa de monitoreo y preocupa su avance

En 2006 se diagnosticaron en Posadas los primeros casos de leishmaniasis visceral en perros y fue el inicio de un gran brote que conmocionó a la ciudad. Hoy se trata de una enfermedad que llegó para quedarse, se volvió endémica, y allí entran en juego la importancia de la tenencia responsable de mascotas y de mantener limpios los patios, donde generalmente vive y se cría la Lutzomyia longipalpis, vector de la patología, conocido también como carachai.

El perro es el principal reservorio de este parásito que puede incluso llevar a la muerte al can. Es así que en Posadas comenzaron a reactivar el monitoreo y relevamiento del flebótomo.

"Con los estudios que hicimos hasta el momento la realidad es que los flebótomos están presentes y los antecedentes que hay publicados en relación a la ciudad indican que ya está instalado y estaría disperso en todo el casco urbano. Lo que nos resta ver es cuáles son las áreas con abundancia y que indicarían más riesgo por la presencia del vector en sí", explicó a El Territorio Lucrecia Villarquide, bióloga especialista en la materia e integrante de la Dirección de Epidemiología y Vigilancia de la Salud.

Por su lado, Fabricio Tejerina, a cargo de esa dirección municipal, comentó que uno de los relevamiento se hizo en Itaembé Guazú. "Es un barrio nuevo y nuestra hipótesis era que al ser un barrio nuevo y con poca materia orgánica, no iba a haber flebótomos, pero en la realidad nos encontramos con que sí. Quiere decir que el flebótomo ya encontró las condiciones para reproducirse", explicó y agregó que durante el Levantamiento de Índices Rápidos de Aedes aegypti (Liraa) aprovecharon la visita a las casas para elaborar un registro de animales domiciliarios. "Vamos a tener, mediante un análisis estadístico, cuántos animales hay en las casas con dueño, una proyección" para elaborar políticas públicas.

"También hay que tener en cuenta que hay una población de perros callejeros importante que suele ser un foco infeccioso para diferentes parasitosis", acotó.

Ciclo del flebótomo

Villarquide precisó que entre los flebótomos, al igual que con los mosquitos en general, la que pica es la hembra, el macho no se alimenta de sangre. "La hembra se alimenta así cuando necesita poner sus huevos luego de haber copulado", dijo y continuó: "Para transmitir la leishmaniasis, la hembra tiene que haber picado previamente a un perro infectado y después picar a otro animal, entre los que estaríamos también los humanos, y ahí pueden transmitir el parásito que provoca la enfermedad. Es importante aclarar que todos los flebótomos nacen sanos y se infectan al picar a un perro infectado".

Este último es el motivo por el que a los canes se los considera el principal reservorio de la enfermedad. "Es un animal que tiene la capacidad de enfermarse, replicar al parásito y transmitirlo. A diferencia de otros animales, incluso nosotros, que no tenemos posibilidad de transmitir la enfermedad", contó la profesional.

En tanto, la bióloga también hizo mención a la importancia de la tenencia responsable de mascotas.

"Los perros también se pueden infectar por vía sexual y placentaria, de madre a hijo. Por eso son importantes las medidas de prevención no sólo vectoriales, sino también de cuidado a la mascota", indicó y destacó la importancia de la consulta periódica al veterinario.

Cría y reproducción del vector

Estos flebótomos se crían en tierra. "Toda la etapa de huevo, larva y pupa ocurre allí. Necesita que esa tierra tenga materia orgánica en descomposición para poder alimentarse de esa materia orgánica. Son lugares húmedos donde puede haber hojarasca, madera, abono, frutas en descomposición, la materia fecal de los gallineros o criaderos de cerdos también sirve como criadero. Por eso es importante para poder reducir la presencia de los flebótomos que la gente colabore con la limpieza de los patios", remarcó.

"Es importante que esté castrado y existen collares que son repelentes de flebótomos. Todo hay que consultarlo con el veterinario de confianza, pero es clave que si uno va a tener un animal sea porque puede aplicar una tenencia responsable, ya que lastimosamente ellos están involucrados con estas enfermedades zoonóticas", sostuvo.

Por último, Tejerina dijo que el abordaje debe ser integral. "Al ser una zoonosis que incluye al animal y al humano, también incluye a un contexto que tiene que ver con qué escala tiene el perro en la familia. Por eso a la leishmaniasis hay que trabajarla desde lo biológico, entomológico, la veterinaria, la sociología y la antropología para ver cómo creamos una ciudad que respete la tenencia responsable", finalizó.

Afirman que la enfermedad vino para quedarse

La leishmaniosis, enfermedad parasitaria, vino para quedarse a Misiones, según indicó Pablo Castillo, presidente del Consejo Veterinario de Misiones.

Leishmaniasis es la manera en que se denomina a quienes tienen el parásito pero sin síntomas, aclaró. Y agregó que "la enfermedad va a estar presente con mayor o menor cantidad de casos pero se va a mantener. Eso es lo que pasó en Brasil, por ejemplo. Donde ingresa la leishmania es para quedarse. Sospechamos que en el primer brote la prevalencia fue mucho más alta. Hoy es probable encontrar perros con leishmaniasis en uno de cada cinco canes que tenemos en Misiones".

Si bien aclaró que no hay cifras confiables en las que apoyarse para ver la prevalencia en la región, el veterinario también integra la Universidad del Salvador (Usal) en Virasoro, donde se dicta la carrera de Veterinaria, y así recordó que en 2019 relevaron la enfermedad en Virasoro, San José y Oberá y la positividad rondaba entre el 20 y el 22%.

"Son los que dieron positivo a la prueba reactiva. Son perros enfermos, o que tuvieron contacto con el parásito o un porcentaje que se estima que es la mitad y son los que cursan con los síntomas", dijo Castillo.

El profesional de la salud animal habló también sobre que hoy se sabe más de la enfermedad que hace 15 años.

"Sabemos que afecta mucho al funcionamiento del sistema inmune y gran parte de la resolución del caso es cómo el sistema inmune se desempeña contra el parásito. De hecho tenemos perros que no se pueden enfermar, que su sistema inmune sabe cómo combatir y sacarse de encima el parásito y no se enferma. Después están aquellos que no sólo no controlan el parásito sino que empiezan en un mal funcionamiento del sistema inmune y tienen todos los síntomas de la enfermedad", comentó.

Y continuó: "Por lo tanto, hay mejores opciones para el tratamiento, lo normal es que se utilice el Alopurinol"; la dosificación y tiempo del tratamiento varía según cada caso y se estima que un 20% de los perros se puede curar. En tanto, "en forma experimental se consigue Miltefosina, una droga mucho más efectiva con una tasa de cura que ronda el 90%, pero es un medicamento que generalmente no se consigue en el país y es muy costoso".

Por último, insistió que es una patología con tratamiento, que hoy no se habla de sacrificio del animal como algunos aconsejaron en los inicios del brote y recordó que el animal, por más que esté enfermo, debe usar collar o pipeta.

"Sobre el que logra la cura a partir del tratamiento tenemos que evitar que se reinfecte, ahí entran los métodos de control, como las pipetas o collares", cerró.

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