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Informe de Domingo

Prostitución, abolirla o regularla

Las opiniones están divididas sobre el siempre polémico tema de la prostitución, incluso dentro de las organizaciones feministas. Así, por un lado están quienes tienen una postura abolicionista y consideran a quienes la practican como víctimas que están siendo sometidas, y por otro quienes militan por el regulacionismo y proponen que la prostitución sea un trabajo legalizado. En este informe los argumentos de referentes de ambos sectores y testimonios en primera persona sobre la situación.

domingo 24 de abril de 2022 | 1:30hs.
Prostitución, abolirla o regularla
Imagen ilustrativa.
Imagen ilustrativa.

El Matrimonio Igualitario, el Cupo Laboral Trans, la Ley de Identidad de Género o de Cupo Femenino para el ejercicio igualitario y efectivo de los derechos políticos y el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE) son algunos de los derechos conquistados por los movimientos sociales en los últimos años, luego de décadas -e incluso siglos- de luchas e invisibilización. Esto convierte a Argentina en una referencia en Latinoamérica y el mundo en materia de derechos humanos.

En medio de esta constante disputa hacia una sociedad más justa e igualitaria existe también un ítem que no logra consensos y que particularmente tiene opiniones tan dispares como opuestas dentro del feminismo, según admiten las propias referentes: la prostitución.

Por un lado, existe una postura abolicionista, que plantea que toda persona en "situación de prostitución", como se lo describe, es una víctima y está siendo sometida. A esto se le adosa la trata de personas, la pedofilia y el proxenetismo, situando a quienes la practican como un objeto de descarte, de constante maltrato.

Por otro, hay quienes militan por el regulacionismo, que tiene como objetivo reconocer a la prostitución como un trabajo, que esté regulado y legalizado, para que así las y los trabajadores abandonen la clandestinidad e informalidad. Esto permitiría -entre otras cosas- que tengan aportes y una obra social para, el día de mañana, gozar de una jubilación.

A nivel nacional, Georgina Orellano es la principal referente de esta última posición. Tiene 36 años y es secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina en Acción por Nuestros Derechos (Ammar), que nuclea a 6.500 personas afiliadas que eligieron ejercer la prostitución como forma de trabajo con la que sostienen a sus familias.

"La sociedad nos juzga. Nos señala. Nos discrimina. Y creo firmemente que lo hace desde una cultura machista, clasista y moralista. Pero si se pudiesen correr de esos prejuicios, nos verían como lo que somos, trabajadoras que, como todos, queremos subsistir en un país cada vez más empobrecido", dijo en entrevista con El Territorio.

Delia Escudilla (63) también formó parte de Ammar, recibió folletos y fue a charlas, pero se sitúa en la vereda contraria. Oriunda de Chaco, trabajó en una esquina de Buenos Aires durante siete años para mantener a sus hijos, pero ahora lucha para erradicar esta práctica.

"Es un emergente social la prostitución, porque esto nace a raíz de la pobreza, de las diferentes organizaciones que lucran con esto, organizaciones para captar, secuestrar y llevar a las niñas mujeres. Creo que hasta los 23 años las llevan a los prostíbulos, después las llevan a las esquinas porque en un prostíbulo las necesitan un poquito más jovencitas. Hay una necesidad real, una pobreza real que nadie la puede negar, entonces las mujeres son engañadas", dijo en contrapunto.

Esta dicotomía es la que busca abordar este informe dominical, apoyado fundamentalmente en las protagonistas y voces en mujeres que le ponen el cuerpo a la esquina, más allá de su opinión al respecto.

El Territorio, además de hablar con referentes y teóricas, también salió a la calle y relevó la situación de aquellas mujeres que ofrecen servicios sexuales en las denominadas zonas rojas de Posadas. Sus jornadas, sus tarifas, los maltratos y las vivencias que allí atraviesan como una radiografía de la noche.

Al respecto, en los últimos años también emergieron las plataformas de citas y redes sociales, que apuntan sobre todo a una clientela de mayor poder adquisitivo y que generalmente necesitan de un lugar propio para los encuentros.

En Puerto Iguazú, en tanto, por la presencia de una gran cantidad de hoteles y constante llegada de personas de otros lugares, aún persiste el denominado turismo sexual, revela una trabajadora con más de 20 años en el rubro.

La realidad trans no quedó excluida en este abordaje. Dana Valiente, militante por los derechos de la comunidad LGTBIQ+, brindó una mirada sobre su propia experiencia que refleja aspectos de la realidad colectiva de la comunidad travesti trans en particular y a las identidades diversas en general.

Dana estuvo en situación de prostitución durante 35 años, lo que representa la expectativa de vida de una mujer trans, y fue tajante con su postura: "La situación de prostitución es muy deplorable porque desfigura la humanidad en su totalidad sin ninguna oportunidad de nada".

Estos testimonios buscan poner sobre la mesa realidades y posturas para abrir el debate. Son una invitación. Pase, lea, comparta y opine.

 

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