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La marcha de los días: Inflación indomable

La historia argentina siempre estuvo signada por la disparada de precios. Tras conseguir que se convirtiera en ley el acuerdo con el FMI, el presidente Alberto Fernández intenta encontrar una fórmula para frenar la escalada inflacionaria, en la que fracasaron mandatarios de todas las corrientes políticas. Misiones busca revertir el alto precio del combustible y el valor de la yerba nuevamente se definirá mediante laudo.

domingo 20 de marzo de 2022 | 3:28hs.
La marcha de los días: Inflación indomable

A la inflación en la Argentina se la puede comparar con un caballo desbocado, que se descontrola, agarra velocidad y nadie lo puede frenar. Los argentinos sabemos de esa carrera incansable, frenética, que se lleva todo por delante, especialmente los salarios. Muchos gobernantes en el país intentaron domar la inflación, pero terminaron con estrepitosas caídas y hasta expulsados del gobierno. En la generosa mitología griega figura Pegaso, un caballo con alas, que aseguran sólo se dejaba domar por los héroes más nobles. Quizás estemos necesitando una brida mágica -con la que fue controlado Pegaso- para domar las corridas de precios en la argentina. “La inflación es un fenómeno histórico en la Argentina, casi una maldición con la que muchos crecieron, un callejón recurrente del que pareciera ser imposible salir”. Es lo que dijo esta semana el presidente Alberto Fernández, para afirmar que está dispuesto a dar batalla -un término inoportuno en tiempos de guerra- contra los precios altos y luego añadir que el país lleva diez años consecutivos con una inflación de dos dígitos. De hecho, recordó que, al asumir funciones en diciembre de 2019, en ese momento la Argentina que administraba Mauricio Macri registraba una inflación que orillaba el 54% anual.

Estos porcentajes son ahora similares en la gestión actual del presidente, ya que la variación interanual a febrero de la inflación fue del 52,3%. Hay que recordar que esta semana se conoció que la inflación de febrero de 2022 fue del 4,7%, el valor más alto desde marzo último, y acumula en lo que va de este año un incremento del 8,8%. Lo cierto es que prácticamente ningún presidente, sin importar los colores políticos o si son democráticos o de facto, dejó de registrar preocupantes episodios inflacionarios y hasta hiperinflacionarios.

Un estudio realizado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios y publicado en julio de 2018 concluía que, durante los últimos 100 años, la tasa de inflación promedio fue de 105% anual, siendo el máximo histórico de 3.079% en 1989. Números similares planteó en un trabajo el sitio Chequeado, al tomar en cuenta la inflación promedio en el país, desde 1938 hasta 2018. En esas ocho décadas, la inflación anual promedio rondó el 140%. Según esa investigación, esto incluye años que casi no tuvieron inflación, como el período de 1992 a 2001, durante la vigencia de la Ley de Convertibilidad, y años de hiperinflación, en 1989, durante el final del gobierno radical de Raúl Alfonsín, la inflación anual llegó al 4.900%, y en 1990, el primero de la presidencia de Carlos Menem (PJ), alcanzó el 1.300%.

Pero está claro que la historia argentina siempre estuvo signada por alta inflación o precios que se disparan como un caballo desbocado que corre sin control. Desde el primer dato oficial de precios al consumidor en enero de 1943 hasta la muerte de Perón en julio de 1974, fueron 14 los presidentes argentinos, incluyendo los constitucionales y los de facto.
Pero volviendo a lo más reciente, hay que recordar aquella hiperinflación de 1989, cuando los precios subieron más del 3.000% y se llevaron puesto al gobierno de Raúl Alfonsín. En la siguiente década, 1990, apareció la convertibilidad que ató la moneda nacional al dólar e hizo desaparecer por un tiempo la inflación, pero con ello la desindustrialización del país, libre importación de productos y privatizaciones de las joyas del Estado que concluiría de la peor manera con aquel corralito sobre los depósitos bancarios en diciembre de 2001, llevándose puesto también al gobierno de Fernando De la Rúa.

La devaluación de 2002 impactó en el nivel de precios durante la presidencia de Eduardo Duhalde que tuvo una inflación anualizada de 29,3%. Tras un período de estabilidad de precios, la inflación volvió a ser un tema de preocupación nacional desde 2007, cuando la tasa anual superó el 20%. Estos niveles de inflación, que no fueron reflejados en los indicadores oficiales de precios que habían sido sistemáticamente alterados hasta 2015, caracterizaron a la mayor parte de los años de gobierno de Cristina Kirchner. Luego, ya se sabe, Mauricio Macri y Alberto Fernández, se equipararon en los niveles actuales de inflación.


Se debe tener una política macro sana

El economista Fabio Rodríguez también repasó los números en diálogo con El Territorio y observó que, en 70 años, sólo en 13 años, se tuvo un dígito de inflación. Otros 40 años fueron con dos cifras, y aún más en 17 años de tres cifras. Ello, de acuerdo al economista, ilustra el fracaso en todos los ciclos políticos. Planteó que lo de la convertibilidad tampoco era la solución, aunque dio un pequeño respiro. Por ello, desecha la convertibilidad o dolarización. Coincide con otros economistas en que ni el endeudamiento ni la emisión, representan una salida.

Como solución plantea una política económica macro que persista en el tiempo. Detalló que ello llevó a países de la región como Brasil, Perú, Chile o Uruguay, contar con importantes reservas para enfrentar tiempos turbulentos, como sucedió con la pandemia. Justamente, considera necesario contar con una política macro sana que incluya la búsqueda de reservas, apuntar a tener una cuenta corriente positiva, entre lo que se compra y vende al mundo. Recuperar la confianza de la moneda local, es decir una política monetaria que no haga perder a los ahorristas que invierten en peso. Y políticas de ingresos, para coordinar precios y salarios.

Insiste con un término, la persistencia en una política macro sana. Plantea que no hay un gran plan milagroso y no se puede solucionar el problema de la inflación de un día para el otro. Es decir, no se puede solucionar rápido, pero se puede empezar cuanto antes y persistir con la política aplicada.


El desafío de Fernández

Ahora el presidente Fernández se propone buscar la forma de resolver el problema de la inflación en Argentina. Está visto que no es un camino fácil, porque como se dijo casi ningún gobierno logró ponerle un freno. Esta semana, Alberto Fernández tras conseguir que el Senado convirtiera en ley el acuerdo con el FMI, salió decidido a buscar mecanismos para contener la disparada de los precios, que ya supera el 52% interanual. Por ahora sólo brindó algunas líneas generales de cómo pretende encarar el freno a la inflación, pero en principio también apeló a recetas ya conocidas como una canasta de alimentos con precios máximos, que como se dijo en varias oportunidades en esta columna no se extiende a todos los rincones del país. Por caso, en Misiones sólo suelen aplicarse en algunos centros comerciales de las grandes cadenas de supermercados y sólo en Posadas.

Tal vez la principal novedad sea la decisión de crear un fideicomiso para desacoplar el precio internacional del trigo con el del mercado interno; para evitar que, con cada aumento del precio de la exportación del grano, impacte en el país. Representa sólo un aspecto, porque según afirmó el presidente la inflación en un fenómeno multicausal. Con la confirmación del aumento de 2 puntos en las retenciones a la harina y el aceite de soja se busca cuidar la mesa de los argentinos, pero el campo y la oposición ya se manifestaron en contra e indicaron que van a resistir las medidas.


El acuerdo con el FMI

Finalmente, en la semana el Senado convirtió en ley el acuerdo con el FMI para el pago de la deuda contraída por la Argentina en 2018. La negociación encabezada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, demandó dos años. Es decir, la contracara de lo que fue el veloz endeudamiento de Juntos por el Cambio. También fue diferente porque la aprobación del empréstito nunca pasó por el parlamento argentino, como sí sucedió con el refinanciamiento, cuyo entendimiento llegó en fecha límite para evitar un nuevo default. En el caso del Senado, la votación terminó con 56 votos afirmativos, 13 negativos y 3 abstenciones. Juntos por el Cambio fue el que más votos positivos aportó, 32 sobre 33.
También contó con el fuerte acompañamiento de los legisladores de Misiones, tal como lo prometieron tanto el gobernador Oscar Herrera Ahuad como el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira. Así como todos los diputados de la renovación acompañaron en la Cámara Baja, del mismo modo hicieron los senadores Magdalena Solari Quintana y Maurice Closs, quien se destacó en su discurso, al analizar que ir al FMI es como ingresar a un centro de rehabilitación para adicciones, donde hay mucho control. Si bien planteó que ninguna toma de deuda es ilegal, consideró oportuno que se investigue una eventual maniobra de información privilegiada, en el supuesto caso de fuga de los dólares, al que consideró la peor impericia durante la administración de Macri. En tanto, el senador de Juntos para el Cambio Humberto Schiavoni defendió el endeudamiento histórico de Macri con el organismo internacional y sostuvo que la mayoría fue para pagar deudas tomadas en otras administraciones.


Fractura expuesta

Donde se produjo una gran dispersión fue en el Frente de Todos. Desde el primer momento se conocía la oposición planteada por Cristina Fernández y La Cámpora. A su vez, la ruptura la había encabezado Máximo Kirchner, que como muestra de tal desaprobación renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos. Para entender esta posición del kirchnerismo duro, se interpreta que esta reacción en contra es porque consideran que representó una traición a la memoria de Néstor Kirchner, quien, en 2005, había cancelado la deuda con el Fondo. De esta manera, en este espacio político sólo un poco más de la mitad, un 57% de los senadores apoyaron el acuerdo. Es decir, en total 20 senadores votaron a favor y otros 13, lo hicieron en contra y se registraron dos abstenciones.
En esta ruptura interna, nadie sabe cómo se curarán las heridas o si habrá que hacer cirugía fina, entablillar o enyesar los huesos rotos para volver a poner en movimiento al Frente de Todos. Por ahora, a pesar de perder soldados en el camino, Alberto Fernández consiguió por primera vez que el veto de Cristina no pudiera frenar un acuerdo y el espacio de la vicepresidenta quedó en minoría, ante el acuerdo logrado por la administración presidencial que ahora deberá administrar en base a este convenio con el FMI.


Revertir asimetrías

En Misiones comenzó la semana con un fuerte golpe al bolsillo. De un plumazo y por decisión de la empresa de bandera, la provincia lideró en el país el alto costo de los combustibles. Es que, en el segundo incremento en los precios de los combustibles, YPF dispuso suba entre el 9,5% y 11,5% en todo el país, aunque el porcentaje fue aún mayor para las gasolineras misioneras, entre el 13% y 15%. Esta situación fue considerada por el gobernador Herrera Ahuad como una cuestión netamente discriminatoria para Misiones. Por eso tiene previsto mañana reunirse en Buenos Aires con el presidente del directorio de YPF, Pablo González, para plantearle tanto sobre la suba de combustibles como el cupo limitado de envío establecido para la provincia.


Sin precio de la yerba

Una vez más el precio de la yerba mate lo definirá la Nación. De 40 sesiones de fijación de precios, en 24 ocasiones el valor de la hoja de yerba mate fue definido por Nación, mientras que 16 veces hubo acuerdo local. La dificultad para un acuerdo unánime del directorio resultó nuevamente el motivo por el cual se recurrió al laudo de Nación. Por ahora, rige hasta el 31 de marzo en 36,86 pesos el valor del kilo de hoja verde, precio que fue fijado por Nación en noviembre. La canchada, en 139 pesos.

El directorio del Inym resolvió enviar la resolución de precios para la materia prima yerbatera a la Secretaría de Agricultura de Nación, al no arribar a un acuerdo entre las partes. Es que los productores pedían llevar a 65 pesos el valor de la hoja verde puesta en secadero y a 250 pesos en el caso de la yerba canchada, monto que fue apoyado por Producción, Cooperativas, Secaderos y el gobierno de Misiones. Por su parte, el sector industrial mantuvo su oferta de 52 pesos, mientras que el gobierno de Corrientes, también integrante del directorio, se abstuvo de votar.


Sobre la Resolución 170

A su vez, esta semana, la Justicia Federal de Paso de los Libres hizo lugar a una nueva medida cautelar de no innovar y ordenó tanto al Inym como al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca a suspender la aplicación de las resoluciones 170/2021 y 152/2021 y de toda norma complementaria de estas, respecto de la Asociación de Productores Molineros de Corrientes integrada por Establecimiento Las Marías Sacifa, Navar SA y la Cooperativa Liebig. En noviembre del año pasado, una medida cautelar similar había sido presentada, y dado lugar por la Justicia, a favor de la empresa yerbatera La Cachuera SA.

Tanto respecto al primer fallo judicial como a la segunda resolución, el Inym decidió apelar y salió a defender la resolución que apunta a frenar nuevas plantaciones, argumentando que así se evitará una sobre oferta de la hoja verde. Desde el gobierno de Misiones apoyan con fuerza la posición del Inym para regular el mercado, evitando un exceso de yerba que haga caer el precio y perjudique a los productores de la provincia como sucedió en los años 90. El objetivo es que haya muchos productores produciendo en la chacra de forma sustentable y que sea rentable para la familia productora. En cuanto a la importación, desde el Inym aclararon que la provincia cuenta con suficiente yerba para abastecer el mercado local e internacional y no es necesario seguir comprándole a Brasil o Paraguay.

Tanto a partir de los argumentos de las resoluciones judiciales, como las defensas planteadas desde el Inym, dan cuenta que se abre un largo proceso judicial que podría terminar de resolver la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

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