Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

Primeras escuelas y docentes en Misiones

viernes 18 de marzo de 2022 | 6:00hs.

Al finalizar la Guerra de la Triple Alianza, el gobierno correntino creó el Departamento de Candelaria y designó al pueblo Trinchera de San José como sede de las autoridades; su jurisdicción abarcaba casi toda la geografía misionera de entonces.

A la sazón se conformaron las diferentes instituciones del quehacer político y social del medio; atendiendo particularmente al ámbito educativo, una vez establecido el nuevo Departamento, se nombró una Comisión Departamental -conocida como Comisión de Tierras-, integrada por Guillermo Echenique, Pedro Morcillo y Domingo Aldave, la máxima autoridad de la zona.

En marzo del año 1871 un grupo de vecinos reunidos con esa comisión decidieron crear dos escuelas -una para varones y otra para niñas-, con el fin de adquirir muebles y útiles necesarios para iniciar la actividad, realizaron una colecta entre los vecinos y recaudaron 58 pesos. Por unanimidad se designó como primer maestro y director a José Montero -español, dueño de embarcaciones pequeñas y baqueano del río Uruguay- para la escuela de niños que inició clases el 1° de mayo de ese año; el gobierno provincial aprobó la decisión el 24 de mayo de 1871, en el mismo instrumento legal creó una escuela para niñas y designó a Amalia Vera como docente y directora de la misma.

En marzo de 1872 Montero falleció, fue designado en su reemplazo Ramón García, comenzó a ejercer en abril de ese año, en realidad retomó una actividad que había llevado adelante en el pueblo de La Cruz, en ese entonces asistían a clases 21 niños, en tanto 15 niñas concurrían a la escuela respectiva.

Al año siguiente, la Municipalidad entregó a cada escuela un pizarrón; en los primeros meses de 1874 recibieron textos de historia, aritmética, “educación para la mujer” y gramática -con énfasis en ortología y prosodia, atendiendo al uso de la lenguas nativas que dificultaban la correcta pronunciación del idioma castellano-; hasta 1876 la escuela de varones funcionó en la propiedad de Eugenio Ramírez, alquilada por 8 pesos mensuales, la construcción de paredes de adobe y techo de paja resultó pequeña rápidamente, se la mudó a otra vivienda de ladrillos que pertenecía a Eriberto Ramírez.

Por su parte, la escuela de niñas funcionó en la casa de la maestra Vera, el gobierno provincial le abonaba mensualmente un importe correspondiente a alquiler y otro por provisión de agua potable para las alumnas.

Las clases se dividían en 2 turnos de 3 horas cada uno y durante los 4 años dispuestos por el plan de estudios vigente por entonces, se dictaba aritmética, gramática, lectura, historia y catecismo, luego incorporaban geografía, más tarde dibujo lineal y caligrafía, para finalizar, los alumnos debían aprobar instrucción cívica, literatura, álgebra, “teneduría de libros y lectura científica”.

A partir de 1873 se prohibieron los castigos físicos en los establecimientos escolares, sin embargo, erradicar una práctica tan arraigada llevó tiempo y en varias oportunidades se generaron conflictos por este proceder con los padres, algunos llegaron hasta la Comisión para su intercesión.

Al finalizar el ciclo lectivo, los alumnos rendían un examen final ante funcionarios municipales designados, el período de receso estival iniciaba el 25 de diciembre y finalizaba el 31 de enero del año siguiente, era el único existente por entonces.

En 1874, el maestro de niños de Santa Ana fue objetado por el juez Pedáneo Joaquín Almeida, la Municipalidad de Trinchera -entonces a cargo de los establecimientos- aceptó el reclamo y lo reemplazó por Narciso Uviernes, se le asignó un salario de 20 pesos mensuales. También recibieron la donación de José Duclos de 1 mesa y 4 bancos, muy esperados por esos lares.

En el año 1876 se decidió crear una escuela en San Ignacio, a cargo de Antonio Soarez Texeira; sin embargo, estando próxima a inaugurarse la Colonia Marcos Avellaneda que incluía un establecimiento educativo bajo la responsabilidad de Arnold Hilber, se resolvió postergar la designación… la Colonia nunca se creó.

Durante 1875 se fundaron escuelas en Concepción de la Sierra y San Javier, en esta última también ejerció el señor Uviernes, un par de años después se incorporaron Roberto Rodríguez y Ramón Alsina

Durante el transcurso del año 1878, Abel Benítez gestionó para conseguir la construcción de un local para la escuela de varones de Santa Ana - a cargo del maestro Gastón Volta -, con el apoyo del juez Pedáneo Juan Solís formaron una Subcomisión Escolar con Reginaldo Krieger, Francisco de Borja Echenique y Joaquín de Almeida, vecinos notables del lugar

En diciembre del mismo año, en Trinchera de San José, José Frascoli reemplazó al maestro García y un año después la señorita Vera fue suplantada por Brígida Fernández Olmo; poco tiempo más tarde se incorporaron Roque Barreto, Guillermo González y Juan R. Mayol ante la demanda creciente de la matrícula. El 1° de mayo de 1879 se inauguró la escuela de niñas de San Javier con Catalina de Isasa como responsable y 9 alumnas inscriptas, lo que desmoralizó a la maestra.

A principios de 1881 se nombraron en Posadas a Felipa Ruíz Díaz y Casio Moreira -fue el primero con título oficial expedido en Corrientes-; al año siguiente Amalia Vera regresó a la escuela de niñas denominada “Candelaria” de la capital del Departamento, secundada por Dolores R. de Antinori; de igual manera, Rafael Méndez fue designado para ejercer como auxiliar del señor Moreira, quien poco después fue reemplazado por Ernesto Sánchez; para entonces existían escuelas hasta de tercera clase, en la correspondiente a niños fue maestro Clementino Esquivel por varios años.

De acuerdo con los informes remitidos, antes de la creación del Territorio Nacional, en todo el ámbito misionero funcionaban cinco escuelas, con 153 alumnos, 100 de ellos varones. Los establecimientos sumaban –cada uno– 40 bancos, 7 mapas, 1 reloj, 1 globo terráqueo, 1 pizarrón, 2 ábacos y 1 campana de madera.

Hasta diciembre del año 1881, el sueldo de un docente según el monto, era el segundo del Presupuesto Provincial; el primero correspondía a los jueces de paz.

¡Hasta el próximo viernes!

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