Qué es la Ruta de la Seda

jueves 24 de febrero de 2022 | 6:00hs.

La Ruta de la Seda es una creación de China, ya desde el primer siglo después de Jesucristo. Es un conjunto de trazas comerciales que partían y volvían a China hacia y desde otros países y regiones del mundo por el negocio la seda china cuya elaboración era un secreto que solo los chinos conocían. Los romanos –especialmente las mujeres de la aristocracia– se convirtieron en grandes aficionados de este tejido, tras conocerlo antes del comienzo de nuestra era a través de los partos. O sea que esta noción, Ruta de la Seda, tiene casi dos mil años de existencia.

En junio de 2014, la Unesco eligió un tramo de la antigua Ruta de la Seda como Patrimonio de la Humanidad con la denominación Rutas de la Seda: red viaria de la ruta del corredor Chang’an-Tian-shan; un tramo de 5.000 km de la gran red viaria de las Rutas de la Seda que va desde la zona central de China hasta la región de Zhetysu, situada en el Asia Central, incluyendo 33 nuevos sitios en China, Kazajistán y Kirguistán, considerándolo la Unesco, más que un emprendimiento comercial, como un evento cultural histórico.

Modernamente, la nueva Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés) es un gran proyecto internacional lanzado por China en 2013. Esta iniciativa consiste en el establecimiento de dos rutas combinadas, una de infraestructuras terrestres y otra marítima, que mejorarían las conexiones chinas tanto en el continente asiático como hacia el exterior, dando a China más influencia económica y política a nivel mundial. Este proyecto debía ser implementado por Zhang Gaoli –ex primer ministro chino– y los fondos disponibles llegaban a casi un billón de dólares.

Una de ellas es la ruta ferroviaria entre la ciudad china de Yiwu y Madrid, de más de 13.000 kilómetros, la traza férrea más larga del mundo.

La BRI es un programa que ya está en marcha, donde hay 69 países y organismos involucrados, desde Singapur a Siria. Todos pueden integrarse, no hay requisitos. Estimaciones oficiales indican que todo el proyecto cubre 65% de la población mundial, tres cuartos de los recursos energéticos globales y 40% del PBI.

Oriente está ofreciendo al mundo lo que Occidente no puede ni quiere ofrecer, si es que hablamos del mercado como la fuerza más poderosa del mundo. Es así que la Ruta de la Seda puede marcar el inicio de un nuevo orden mundial con Asia y China liderándolo.

En la semana pasada, para el congresista republicano –de extrema derecha– Matt Gaetz, el acuerdo alcanzado entre China y Argentina podría estar ligado a un paquete de políticas del Partido Comunista Chino –el partido gobernante–. Por ello se refirió al acuerdo y sostuvo que la Ruta de la Seda amenaza la seguridad de los EEUU. Para este sector norteamericano, el mundo geopolítico sigue dividido en un bloque capitalista y otro comunista, aunque tanto China como Rusia tienen un creciente capitalismo; Rusia desde la presidencia de Putin y China desde que el presidente Xi Jinping habló sobre la necesidad de mejorar la conectividad entre los tres continentes Asia, África y Europa.

Según analistas occidentales, hay una lógica económica detrás de esta transformación de China y su apertura económica. Si bien China es el país que más relaciones fronterizas tiene en el mundo, a la vez de ha convertido en el principal socio comercial de más de 120 naciones del mundo.

“La BRI sirve para desahogar a la economía china: exporta inversión, canaliza el exceso de productividad y ayuda a la industria de la construcción que prácticamente colmó su capacidad local. También se reorienta a la enorme cantidad de reservas internacionales, de modo que los activos chinos se empiezan a trasladar de bonos del tesoro estadounidense, de valor fluctuante, a proyectos de infraestructura concretos”, afirman analistas económicos del prestigioso diario chileno El Mercurio.

Por dicho motivo, con motivo de la reciente visita de nuestro Presidente a China, han insistido en la inversión de 23 mil millones de dólares –que se realizará en dos tramos– en infraestructuras nacionales relevantes para el sector energético, la red de agua y cloacas, el transporte y la construcción de viviendas, aunque con su dirección técnica.

Estos dos tramos son: 1°) 14 mil millones de dólares aprobados bajo el mecanismo del DECCE (Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica) que comprende 10 proyectos de infraestructura; y 2°) 9.700 millones de dólares, que la Argentina presentará en el Grupo Ad Hoc creado entre ambos países para iniciar el trabajo tras la adhesión a la Franja y la Ruta de la Seda. 

Analistas geopolíticos y otras fuentes informativas occidentales consideran –y yo lo comparto– que con todo esto, Oriente está ofreciendo al mundo lo que Occidente no ha podido ni querido ofrecer –si es que hablamos del mercado como la mayor fuerza orientadora económica del mundo– por lo que la Ruta de la Seda puede marcar el inicio de un nuevo orden mundial, con Asia y China liderándolo, y con Rusia en un segundo plano, más preocupada en esta época por cuestiones territoriales y militares.

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