“Riquelme confía en mí”

El misionero Jorge Martínez es flamante técnico de Las Gladiadoras y espera seguir en la senda del éxito, con la Libertadores entre cejas
miércoles 23 de febrero de 2022 | 1:00hs.
“Riquelme confía en mí”
“Riquelme confía en mí”

Un nuevo representante misionero se hace camino el andar en Boca Juniors, club siempre revolucionado por su grandeza. Se trata de Jorge “Negro” Martínez, ex jugador de la institución en tiempos del Virrey Carlos Bianchi, quien a finales de enero fue oficializado como flamante técnico de Las Gladiadoras.

El desafío es mayúsculo para el montecarlense de 48 años. No solamente porque será su primera experiencia comandando al equipo femenino, sino porque tomará las riendas del último campeón de Argentina. Lo hará junto a Jorge Álvarez y Pablo Jerez, otros dos ex jugadores con pasado azul y oro.

El Negro se desempeñaba como entrenador en las divisiones menores del club y aceptó este nuevo cargo para reemplazar a Christian Meloni.

En plena pretemporada, Martínez dialogó con El Territorio y contó sus sensaciones de esta nueva aventura.

Si bien tuviste paso por las formativas de Boca, ¿cómo te llegó esta oportunidad?

Me llamaron los chicos del Consejo del Fútbol porque sabían del interés que tenía de dirigir el femenino. Ellos pidieron que me hiciera cargo y hoy estoy contento y feliz en este nuevo desafío. Se puede decir que siempre apuesto a grandes cosas.

¿Qué expectativas tenés con este equipo que está acostumbrado al éxito?

El objetivo máximo es ser protagonista, más allá de que sabemos que Las Gladiadoras lo son en todos los torneos. Hoy buscamos otras cosas, cómo mechar a la gente grande con las chicas que vienen apareciendo de las juveniles y la Reserva. Boca te obliga a ser protagonista tanto en el ámbito local como el internacional, estamos trabajando para eso.

¿Qué podés decir de la misionera Yamila Rodríguez?

Yamila tiene muchas condiciones. Estamos corrigiendo algunas cosas para que siga creciendo aún más como profesional y futbolista. Es una chica muy técnica y una gran persona.

¿Cómo ves al fútbol femenino nacional? ¿Qué falta para igualarlo a las grandes potencias?

Nos falta mucho pero estamos en el buen camino. Venimos de un proceso importante y hay que seguir…aparecen nuevos valores con otra contextura física y otra genética, son más atletas y con un mejor metabolismo...todo esto hace que se empiecen a equiparar las fuerzas.

Cuando la liga argentina tenga un ritmo estable vamos a poder competir realmente con el fútbol europeo, siempre teniendo en claro que todavía estamos lejos.

Lo tuviste a Juan Román Riquelme como compañero y ahora como dirigente del club, ¿qué concepto tenés de él?

Tengo un concepto excelente de Román. En lo laboral hay una relación muy fluida donde podemos charlar constantemente, con idas y vueltas; él confía mucho en mí y por eso me puso en este cargo.

¿Qué plus le puede dar a los distintos equipos que se apueste a técnicos con historia en Boca?

Sabemos lo que es el ADN del club, su idea; podemos inculcar los valores que siempre nos resaltaron, pero primero hay que formar una persona y después a un futbolista, que vayan aprendiendo a ser ganadores desde el primer momento.

Muchos ex jugadores que pasamos por la institución nos ponemos la camiseta y vamos todos alineados por el mismo objetivo, logramos eso y ha dado muchos resultados porque aparecieron juveniles en cantidad y calidad (Exequiel Zeballos y Valentín Barco, por ejemplo).

No se puede obviar tu gran trayectoria como futbolista. ¿Dónde te sentiste mejor?

En Independiente estuve siete años; también pasé por River, Boca y la selección nacional, además de Europa…en todos lados disfruté el día a día y traté de aprender un poco más. Siempre le digo a los chicos y hoy a las chicas que uno tiene que dejar su legado tratando de hacer bien las cosas.

Pasé en tres grandes clubes del fútbol argentino y en todos me respetan, hice bien las cosas y el nombre Jorge Martínez quedó sentado, eso es más importante que una trayectoria.

Lo tuve a Diego Maradona cuando daba sus primeros pasos como entrenador, esos recuerdos también están presentes siempre y me ayudaron a encarar todo lo que vino después.

¿Hay muchas diferencias entre el fútbol actual y el de tiempo atrás?

Es diferente. El fútbol ha cambiado para ser más atlético, no hay un jugador pensante que haga la pausa como antes.

Se formaban equipos y estos duraban dos o tres años, tenían una base. Hoy el mercado mismo te hace variar y los planteles no tienen continuidad.

¿Venís de vez en cuando para Misiones o ya estás totalmente instalado en Buenos Aires?

No voy mucho porque los tiempos me limitan, acá en Buenos Aires es más acelerado todo. La vida de un entrenador se acorta porque una vez que termina el campeonato hay que sentarse a diagramar la pretemporada.

Cada vez que puedo me mando, tengo primos y amigos en Montecarlo. Mis padres están en Buenos Aires porque me los traje cuando era más chico.

¿Qué representa vestir la camiseta de la selección?

Fue lo máximo. Defender a tu país es el sueño de todo jugador. Haber salido de donde salí, de un pueblo muy chiquito, y vestir la camiseta de la selección argentina es un logro importante.

También me tocó jugar la final del mundo con Boca…estoy orgulloso de mi carrera.


Pupilo del Diego y  con pasado en la selección nacional
Martínez inició su carrera en 1993 defendiendo los colores de Mandiyú de Corrientes, club donde jugó hasta el 95 y fue dirigido nada menos que por Diego Armando Maradona.

Tras lograr buenos pasos por Independiente, River y Real Zaragoza (España), en el 2001 selló su amor con Boca, equipo en el que disputó poco más de 25 partidos, convirtió dos goles y fue parte de la final de la Intercontinental como titular (en 2001) ante Bayern Munich.

Su trayectoria cuenta con tres ciclos en el Rojo, además de pasos por Olimpo, Colón, Nueva Chicago y Platense.

Con la selección disputó la Copa América 1997. Además formó parte de varias convocatorias en las Eliminatorias de 1998.

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