Final de la tragedia de Caibaté
La de Caibaté fue la última batalla de la guerra guaranítica, librada el 11 de febrero de 1756, en la cual, el ejército misionero fue derrotado por una fuerza unida muy superior de los reinos de España y Portugal. Nuestros bravos se negaban a entregar los siete pueblos misioneros al oeste del Río Uruguay cedido por España, en cobarde actitud, merced al Tratado de Permuta.
Estimado Padre Superior
Contesto vuestra interrogación
Partiendo del mismo momento
En que nuestra congregación
Allegó por superior mandato
A suplir a la hermandad Jesuita
Expulsada en forma ignominiosa
De esta portentosa y vital nación.
¿Situación actual?
Ha pasado más un año de nuestra llegada
Y el escenario no puede ser más confuso.
Siguen guaraníes abandonando los poblados
Yendo unos al norte adentrándose a la selva
Y otros hacia el sur en busca de cobijo y pan
Porque aquí nadie planta ni cosecha nada.
¿Y los bienes de la hacienda?
Rapiñadas entre los neo amos de estos lares.
Puesto si resultó en extremo malo a los vecinos
Que le hayan sustraídos los bienes terrenales:
Industrias, inmuebles, semovientes y yerbales
Muchísimo peor y todavía más conmovedor
Ver niños llorando en busca de sus padres.
¿La venta de las tierras parceladas?
Fue realizada bajo un modelo inmoral
En el cual inescrupulosos funcionarios
Hicieron pingües y turbios negociados
Favoreciendo a una rancia camarilla
A hombres del poder con sus amantes
Y a surgentes capistotes indecentes.
¿Las subastas de las grandes estancias?
Fueron repartidas entre pícaros criollos,
Mestizos acomodados y jueces tramposos
Apoderando lo mejor de enormes campos
De manera que pocos arrasaron con todo.
Y por necesidad los indigentes indios
Son sirvientes de esta naciente oligarquía,
Que al ser amos de haciendas y de personas
Se erigieron en nueva casta de caudillos
Brutos ignorantes sin lustres ni brillos.
¿La expulsión de los hermanos jesuitas?
Fue inmensamente nefasto e indigno
Porque dio el golpe final que liquidó
El entramado socio-cultural y político
Y destruyó las pujantes reducciones
Que de haber seguido subsistiendo
Hubiera servido de modelo integrador
Con nuevos colonos que vinieran
A convivir en este régimen socializado
Y en relación a otros pueblos afincados.
¿Y nuestra actual función?
Se limita a observar con mucha pena
El ocaso de los prósperos pueblos,
De la nación Misionera y Guaraní
Que paulatinamente son abandonados
Y en breve se convertirán en taperas.
Impotentes asistimos a la diáspora
De habitantes que todo lo abandonan,
No porque no sepan gobernarse,
Sino porque mantienen el alto concepto
Que en un sistema de libertad y justicia
No existe imposición ni expoliación
Y porque tampoco jamás aceptarán
El avance de la inmoralidad y la codicia.