Juan José Zuárez Carballo, de Oberá

"Estoy casi ciego y limpio vidrios para sobrevivir, pero me dijeron que si sigo me van a meter preso"

Esta mañana fue abordado por una patrulla de la UR II por una supuesta infracción a una ordenanza. Desde el Ejecutivo precisaron que la norma excluye cuidacoches y limpiavidrios
viernes 21 de enero de 2022 | 15:21hs.
"Estoy casi ciego y limpio vidrios para sobrevivir, pero me dijeron que si sigo me van a meter preso"
"Estoy casi ciego y limpio vidrios para sobrevivir, pero me dijeron que si sigo me van a meter preso"

Juan José Zuárez Carballo (41) perdió la visión del ojo derecho y con el izquierdo ve cada vez menos, lo que le impide conseguir un trabajo formal y por ello empezó a limpiar vidrios en el semáforo de avenida Sarmiento y Juan Manuel de Rosas, frente al monumento del Cincuentenario de Oberá.

En esa esquina se lo ve todas las mañanas soportando el sol y las altas temperaturas del verano para hacerse de unos pesos que le permitan "parar la olla", como él mismo graficó.

Pero hoy fue abordado por integrantes de una patrulla de la Unidad Regional II de Policía que lo intimó a dejar el lugar por una supuesta ordenanza que prohíbe la actividad callejera que realiza.

"Estoy casi ciego y limpio vidrios para sobrevivir, pero me dijeron que si sigo me van a meter preso", lamentó.

Más tarde Carballo se dirigió a la Municipalidad, donde le informaron que no existe tal normativa. Al respecto, ante la consulta de El Territorio, una fuente del Ejecutivo precisó que la ordenanza general tarifaria alcanza la venta callejera, pero excluye actividades como ser artistas callejeros, cuidacoches y limpiavidrios.

"Nunca me gustó pedir. Lo único que quiero es que me dejen trabajar en esto (limpiando vidrios) porque otra cosa no consigo. Por un accidente perdí la vista derecha, después una infección me afectó el ojo izquierdo y cada vez veo menos. Tuve muchos trabajos, pero ya no consigo nada por mi problema", señaló.

Puras trabas

Carballo reside en el barrio Oasis junto a su concubina y la hija de ambos. Mencionó que no percibe pensión por discapacidad y tuvo que abandonar el tratamiento médico por falta de recursos.

"Hace dos años el oftalmólogo del Hospital Samic me derivó a Posadas, pero justo vino la pandemia y ahora no tengo plata para viajar. Ni siquiera puedo comprar las gotas que necesito para tratar el ojo izquierdo", explicó.

Hasta el año pasado hizo changas en la explotación forestal, oficio que se vio forzado a dejar por el riego que implica su baja visión. 

"Ahí empecé a vender verduras en la calle, pero la Municipalidad me puso trabas y tuve que dejar. Lo único que me quedó fue limpiar vidrios, pero ahora la Policía tampoco me deja trabajar. Tengo miedo de ir a limpiar y que me metan preso", reconoció.

Por otra parte, señaló que concurrió a la delegación local de la Anses para tramitar una pensión, pero hasta el momento no pudo obtener un turno.

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