Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

¿Notarios o escribanos?

viernes 21 de enero de 2022 | 6:05hs.

El origen de la actividad del notario o escribano se encuentra en el siglo VI, durante el reinado de Justiniano I, cuando se redactaron las ‘Novellae constitutiones post codicem’, conocidas como las ‘Novelas de Justiniano’ -uno de los cuatro pilares del Derecho Romano- que reguló la actividad, tanto de los documentos como de la función, por aquella época se los denominaba tabeliones.

Más cerca en el tiempo, el antecedente español se remite al reinado de Alfonso X de Castilla, apodado el Sabio, en la segunda mitad el siglo XIII, con las ordenaciones notariales realizadas en tres etapas: el Fuero Real del año 1255, la incluida en el Espéculo de 1260 y Las Partidas de 1270 a 1280.

Sin embargo y como lo determinara Eduardo Bautista Pondé -un notable notario argentino, precursor de la creación de la Universidad Notarial en nuestro país- “(…) su origen es indeterminable porque ni siquiera la aparición de la escritura constituye un límite, como que se llegó a suponer la existencia de formas notariales en pueblos que no conocían la comunicación por escrito (…)”.

En América, los conquistadores españoles los trajeron en sus barcos y actuaron con los nombres de Escribanos Reales o de Su Majestad, de Número, de Gobernación, de Audiencia, de Rentas de Tabaco, entre tantos otros.

La primera mención -conocida- sobre la presencia de un escribano en nuestra zona data del 2 de abril de 1614, en la ciudad de Santa Fe, donde haciendo uso de ese oficio, García Torrejos certificó un bando firmado por Hernando Arias de Saavedra, donde se comisionó a algunos sacerdotes jesuitas a convertir indios en la zona, así lo consignó Miguel Ángel Alterach en un texto titulado ‘El notariado de Misiones’, de septiembre de 1969, que entiendo aún es inédito.

Siglos más adelante, producidos los hechos de mayo de 1810 en el Virreinato del Río de la Plata, se iniciaron tímidos cambios institucionales; así, cuando se reunió la asamblea del año XIII, se sugirió a los escribanos españoles adoptar la “ciudadanía local” para continuar ejerciendo su “profesión”. En esos tiempos significaba adoptar la ciudadanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

La primera escritura conservada en el Archivo del Poder Judicial de Misiones data del 31 de julio de 1875, está firmada por Felipe Tamareu en Trinchera de San José, donde oficiaba como juez de Paz del departamento de Candelaria “ante la falta de escribano público”, y como una de las atribuciones de los jueces hasta 1895, en la provincia de Corrientes.

Íntimamente relacionados con la profesión de los notarios estuvieron y están los títulos de propiedad de tierras -privadas o públicas- e inmuebles en el acervo popular, tanto que el relato histórico los perpetúa desde esa práctica.

El 22 de diciembre de 1881 se creó el Territorio Nacional de Misiones y a partir de la sanción de la Ley N° 1.532/884 de Territorios Nacionales, los concejos municipales fueron autorizados a conceder tierras dentro de los municipio, las escrituras correspondientes fueron expedidas inicialmente por los concejales en ejercicio y luego por los presidentes de los concejos ante el juez de Paz respectivo; tiempo después, en el año 1902, se implementó la autorización del Poder Ejecutivo Nacional en caso de tierras públicas, pero como se mantuvo vigente la Ley de Inmigración y Colonización para los Territorios Nacionales, no se aplicó en nuestro caso.

El primer titular de Registro Notarial en Misiones fue Augusto V. Blanco, el 20 de marzo de 1890, en Posadas, el acta de Apertura del protocolo se conserva(ba) en el Archivo del Poder Judicial provincial, un año más tarde se sumó a la actividad Domingo Sasso; en el interior misionero el primer Registro Notarial otorgado fue para Ramón F. Soria, en el año 1917, en Concepción de la Sierra.

En 1944, el gobierno nacional estableció la incompatibilidad en el ejercicio simultáneo de secretario de Juzgado y titular de Registro Notarial; entonces existían los juzgados Letrados N° 1 y 2 en nuestro medio, cada uno con dos Secretarías, a su vez a cargo de los Escribanos Ramón E. Espeche, Luis Jorge Rojas, Emilio J. Gueret y Emilio S. Galián, ante la situación planteada ellos eligieron continuar con la actividad notarial y fueron designados titulares de los Registros Notariales N° 1, 2, 3 y 4 respectivamente.

En 1950 se crearon nuevos Registros Notariales en Misiones, el N° 7 fue adjudicado a la escribana Elsa Judith Delgado, egresada cinco años antes de la Universidad Nacional del Litoral y la primera mujer en esa profesión en nuestro medio –fue miembro de la Academia Nacional del Notariado, presidenta del Consejo Directivo del Colegio de Escribanos de la Provincia en 1983/4 -.

Cuando se convirtió a Misiones en provincia argentina por Ley 14.294 del año 1953, los escribanos misioneros siguieron dependiendo del Colegio de Escribanos de la Capital Federal y Territorios Nacionales hasta 1956, cuando se dictó el Decreto de Ley N° 1.652 para esta profesión y se creó el Colegio de nuestra provincia.

Pocos meses antes, un puñado de profesionales, ansiosos por constituirse colectivamente, se reunieron en el Museo de Bellas Artes de Rivadavia 321 de Posadas -hoy llamado Areco-, y el 19 de junio de 1955 crearon la Asociación de Escribanos de la Provincia de Misiones. La primera Comisión Directiva estuvo conformada por Francisco Victorino Ripoll como presidente; vicepresidente Emilio Julio Gueret; secretario Humberto García; y vocales Hugo Riosa, Aníbal Cambas, Luis Ángel Ripoll y Elsa Judith Delgado.

El Estatuto de dicho Colegio se inspiró en el de Capital Federal, Córdoba, Santa Fe y San Luis.

Entre nosotros los términos notario y escribano operan como sinónimos, con mayor uso de la segunda palabra en lo coloquial; es una actividad casi misteriosa, de la que se tiene poca referencia. Sin embargo, muchos de estos profesionales han combinado la tarea diaria con la política, docencia, historia, artes plásticas, actividades culturales y sociales, en una contribución silenciosa nuestro devenir misionero.

¡Hasta el próximo viernes!

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