Pasturas, maíz y agua, recursos que escasean

Producción láctea local registra hasta 65% de pérdidas por la prolongada sequía

Para este año se proyecta una disminución del 40 por ciento en la elaboración de quesos y de leche. En Pozo Azul, cooperativas sostienen que la situación del sector es crítica
sábado 15 de enero de 2022 | 6:06hs.
Producción láctea local registra hasta 65% de pérdidas por la prolongada sequía
Producción láctea local registra hasta 65% de pérdidas por la prolongada sequía

El prolongado déficit hídrico que desde hace tiempo afecta a la provincia ya genera estimaciones negativas en diversas actividades agrícolas respecto de las producciones de este 2022 que recién empieza. Ningún sector escapa al drama de la sequía y por ello, días atrás el gobierno provincial decretó la emergencia agropecuaria por el término de 180 días a fin de atenuar los efectos del fenómeno meteorológico que desde hace poco más de dos años y medio aqueja la región.

Entre las actividades perjudicadas está la producción láctea misionera, que avizora un año complicado y con una pérdida del 40% en los rendimientos, según las estimaciones de varias cooperativas.

La alimentación de los animales se ve perjudicada por la falta de pasturas y los daños a la cosecha de maíz, cuyas plantas, que constituyen la principal fuente de alimentación del ganado, se secan por la falta de lluvias y por las altas temperaturas.

Si bien en los últimos meses la actividad ganadera se fue consolidando en la provincia, sumando animales para la diversificación en los campos misioneros, el fenómeno climático de La Niña trajo consigo un panorama complicado para los próximos meses. Los efectos ya están a la vista: por ejemplo, en Pozo Azul, la producción de leche disminuyó notablemente: de 120 litros diarios a apenas 25 por jornada.

La proyección para este año trae consigo un arrastre de déficit en la producción láctea local, de un 30% del año pasado, según los cálculos realizados por la Cooperativa Alto Uruguay Limitada (Caul). El denominador común: los estragos de la sequía en la producción.

Si bien a nivel nacional se estima un crecimiento del 1,7%, alcanzando los 12,1 millones de litros, desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla) estiman una desaceleración en el aumento en la producción, tanto por los efectos del déficit hídrico como por la presión de los incrementos en los costos de los insumos, advirtieron.

Un año complicado
La actividad láctea misionera atraviesa tiempos complejos. “Venimos complicados con el tema de la sequía y la emergencia hídrica que nos viene golpeando desde hace dos años. Ahora estamos viviendo una situación más grave, intentando llegar a los productores con algún tipo de asistencia, pero ahora la situación es verdaderamente crítica”. Con esos términos se expresó Fernando Da Silva, gerente de la Caul, para describir el estado de situación de la producción lechera en la tierra colorada.

En este contexto de faltante de lluvias, que complicó severamente a la elaboración de forraje, “estamos estimando que este año vamos a llegar a un 40 por ciento de merma en la producción, no sólo por las pasturas, sino también porque parte de los silajes que se preparaban para el invierno se están consumiendo ahora para garantizar la alimentación de los animales”, dijo al respecto.

La falta de buena alimentación para los animales complica de lleno a la producción, que no tiene los mismos rendimientos que cuando se cuenta con buenas pasturas o maíz para la ingesta. A ello se suma la poca disponibilidad de agua para consumo de la hacienda.

Recordó que la actividad ya viene de una merma del 30 por ciento, que se registró el año pasado como consecuencia del panorama complejo que se vive a raíz del déficit hídrico, que arrancó en junio de 2019 y que en el último trimestre de 2021 se acentuó más. Los pronósticos para los primeros tres meses del 2022 no son para nada alentadores, como viene informando este matutino.

Si bien Da Silva reiteró que la situación es complicada, hasta el momento no hubo casos de colonos que abandonaran la actividad por falta de animales.

“Esperemos que se solucione, porque tendremos un impacto fuerte y muy negativo. Sin embargo, hasta el momento no tuvimos ningún productor que se haya bajado de la actividad. Hay que recordar que el sector lácteo crece, con productores que arrancaron con el cultivo de tabaco, se fueron a la parte láctea, y hoy están abocados exclusivamente a la producción”, planteó Da Silva, al tiempo que insistió que “la situación meteorológica actual juega en contra, pero es algo que afecta a todas las producciones”.

“Todavía no cubrimos el mercado local del queso, por lo que no habría mayores complicaciones más allá de la situación actual por la sequía. Lo que ocurre en el verano es siempre una disminución en los precios y para Semana Santa, un incremento. Por el momento, el mercado viene bastante estable, está funcionando, pero hay que ver cómo sigue la producción láctea en otros puntos del país, ya que en otras zonas también están en una situación igual por la sequía”, subrayó el gerente de la Caul.

Del auge a la merma
En el departamento de San Pedro son dos las entidades que se dedican a la producción de quesos. Ambas se ubican en el municipio de Pozo Azul y tras estar en pleno auge, el sector tambero pasa por un momento crítico, tanto por todo lo que significó la pandemia como ahora con las condiciones climáticas. La sequía disminuyó en más de un 50% la pastura y en consecuencia la producción de leche bajó alrededor del 65%.

La falta de lluvia es la principal preocupación en la actividad agropecuaria, siendo muy pocos los sectores que están exentos a daños e incalculables pérdidas.

En el caso de la elaboración de quesos, una alternativa que viene a poner en valor la diversidad en las chacras y generar crecimiento económico en la zona, atraviesa serios inconvenientes por la disminución de pasturas, impidiendo a las cooperativas asumir compromisos de ventas, ya que cada semana la cantidad de materia prima es menor.

Pastos completamente secos, una postal que prolifera en la provincia y afecta al ganado local. Foto: Carina Martínez

En la zona de Pozo Azul, la falta de pastos lleva a que algunas familias tengan que suspender la venta de leche, más cuando la situación se viene arrastrando desde hace tres años, con pocas lluvias, lo que a su vez impacta en el cultivo de maíz, una segunda alternativa impulsada en el lugar, justamente para la alimentación del animal vacuno.

En algunos de los casos, una familia contó a El Territorio: “Nosotros a esta misma altura del año pasado estábamos produciendo 120 litros de leche; hoy por hoy llegamos a 25 litros por día, es una diferencia notable y triste, perdimos cuatro animales por la sequía”.

“La situación se agrava cada vez más porque la sequía agarró el maíz en floración y perdimos todo”, señaló Nelci Rohden, productora de Pozo Azul.

En otro de los casos, la familia Sánchez, que integran la Cooperativa Agropecuaria y Forestal de Paraje Polvorín en Pozo Azul, donde se cuenta con una fábrica de quesos, relata una situación similar, dando cuenta de que, por la disminución de la materia prima, la producción de quesos cayó en más del 50%.

“En agosto llegábamos a producir 70 litros de leche, hoy como mucho 25 por día. Los daños en la pastura comenzaron con las heladas y por la falta de lluvias el pasto no se recuperó. Sería bueno contar con tecnologías que nos permitan realizar silos ya que el maíz no se desarrolló”, indicó por su parte Rosa Ostapiuck, productora y una de las queseras de la fábrica.

En esa misma línea, en la fábrica de quesos de esa entidad estaban procesando entre 1.600 y 1.700 litros de leche por día, número que bajó a 800, es decir, en la entidad llegan menos de mil litros por recolección, lo que varía según el día de la semana.

“No sólo disminuye la cantidad de kilos de queso sino la calidad del producto, porque al no contar los productores con los mismos nutrientes en alimentos, varía mucho la acidez de la leche y eso influye. La cooperativa es una entidad que beneficia a las familias y ahora, con esto, vemos la necesidad de mejorar cuestiones tecnológicas para la alimentación de las vacas”, precisaron desde la Cooperativa Agropecuaria y Forestal de Paraje Polvorín en Pozo Azul.

En el caso de la Cooperativa Azul Limitada, la merma en la producción de materia prima supera el 30 por ciento, pese al incremento de vacas lecheras.

 

En cifras

30% Según estimaciones de la Caul, el año pasado cerró con una merma en la producción como consecuencia de la prolongada sequía.

25 Una cooperativa de Pozo Azul en enero del año pasado producía 120 litros por jornada, y en lo que va del mes, apenas elabora 25 litros por día.

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