Djokovic, derrota tan necesaria como simbólica

viernes 07 de enero de 2022 | 6:00hs.

Por Pablo Amalfitano Para Página 12

Cuando se trata de Novak Djokovic, acaso llamado a convertirse en el tenista más ganador de la historia, no hay espacio para los vacíos ni para los grises. El número 1 del mundo, al parecer, se siente cómodo en los extremos, en los márgenes de la opinión pública y, sobre todo, en el centro de la polémica. El cúmulo de sucesos controversiales que desarrolló desde el inicio de la pandemia colisiona con la lucha que emprendió desde sus comienzos en el tenis por exhibir las facetas positivas de Serbia.

Djokovic sufrió de chico el peor de los males: la Guerra de los Balcanes lo tocó de cerca durante su formación en Kopaonik, una de las principales cadenas montañosas de Serbia, que contiene una porción al norte de Kosovo. Esa zona fue bombardeada en 1999 durante los ataques de la OTAN a Yugoslavia, cuando el pequeño Nole tenía apenas 12 años. Aquellas vivencias lo movilizan para representar a los suyos y modificar la mirada hacia su país, una noble causa que tiene un contrapeso.

El número 1 del mundo es acaso el militante más famoso del movimiento antivacunas. Jamás se movió un ápice de su postura contra las medidas de salud por la irrupción del Covid, incluso desde la organización del Adria Tour -junio de 2020-, exhibición itinerante que no cumplió con ningún cuidado sanitario, hasta el escándalo diplomático que desató por haber recibido una exención médica para jugar el Abierto de Australia sin tener la vacuna.

La sucesión de los hechos generó una victimización característica en su personalidad. Su padre Srdjan llegó a compararlo con Jesús: “Ahora intentan crucificar a Novak de la misma manera para ponerlo de rodillas”. Djokovic fue erigido como un mártir para mostrar que se sacrifica por la libertad. Por eso es necesario que pierda sus privilegios: su derrota es tan necesaria como simbólica. Resulta imprescindible para enviar un mensaje certero: nadie puede poner en peligro la salud pública. Ni siquiera si se llama Novak Djokovic.

¿Que opinión tenés sobre esta nota?