Una nueva Buenos Aires

martes 21 de diciembre de 2021 | 6:00hs.

Antes de renunciar a su banca en el congreso, el senador Esteban Bullrich, con su salud afectada por una esclerosis lateral amiotrófica, presentó en sociedad su libro ‘Una nueva Buenos Aires’ con la presencia de funcionarios y antiguos cuadros de diversos espacios políticos, algo poco frecuente y que refleja el interés que despertó la publicación. 

El libro propone dividir en cinco nuevos distritos una provincia que por sí sola tiene la escala de un país, con una superficie mayor a la de Italia con 307.571 kilómetros cuadrados y con una población similar a la de los Países Bajos, 16,6 millones de habitantes. Incluso, se propone además dividir al municipio de La Matanza en dos, ya que hoy es una comuna con la misma cantidad de habitantes que toda la provincia de Mendoza.

Las cinco nuevas provincias serían: una llamada Luján, con esa ciudad nucleando a la mayoría de los distritos que pertenecen al conglomerado del Gran Buenos Aires; Buenos Aires Norte tendría su capital en San Nicolás; otra, denominada Río de la Plata, conservaría la centralidad en La Plata; Buenos Aires Atlántica, con Mar del Plata como centro; y Buenos Aires Sur con su cabecera en Bahía Blanca.

Políticamente, el proyecto contempla no aumentar los cargos públicos de gobierno, pero si aumentarían las bancas en la Cámara Alta nacional, ya que el artículo 54 de la Constitución Nacional establece que deben ser tres por provincia. Los tres que hoy representan a la provincia de Buenos Aires pasarían a ser quince senadores.

Sin embargo, esta no es la primera propuesta que se presenta al respecto.

En el año 2007, un estudio de la DAM, Dirección de Asuntos Municipales de la Universidad Nacional de La Plata, también asumía el desafío de domar una provincia de semejante tamaño. Un equipo del que formaba parte el arquitecto Horacio Martino propuso dividir a Buenos Aires en seis regiones, teniendo en cuenta su geografía, su historia y a lo largo y ancho de la provincia.

La región 1 es similar a la que llamamos Luján en la propuesta de Bullrich, municipios que pertenecen al Área Metropolitana de Buenos Aires. La región 2 es el noroeste bonaerense, también con San Nicolás como enclave protagonista. La región 3 hace hincapié en el eje transversal denominado Cuenca del Salado. La región 4 es llamada Centro Bonaerense y establece una cabecera en la ciudad de Olavarría. La región 5 coincide también en reconocer en la costa atlántica y en Mar del Plata un carácter que le es propio, de turismo y pesca. Y por último la región 6, dándole también en el sur un rol clave a la ciudad de Bahía Blanca. 

La diferencia sustancial de la propuesta que hicieron desde la UNLP es que no se trataría de nuevas provincias, sino de regiones, atendiendo a las variadas economías y a los corredores que presenta Buenos Aires. 

Resumiendo, podemos afirmar que ambos trabajos coinciden en que la provincia de Buenos Aires no puede seguir gestionándose como una unidad homogénea y cada parte de este pequeño país necesita ser abordada con estrategias y ejes de desarrollo propios.  La propuesta de la UNLP reconoce con mucha precisión las realidades diversas de la provincia y las agrupa con certeza, incluso lo logra varios años antes de que contemos con instrumentos al respecto como el Plan Estratégico Territorial, publicado con motivo del Bicentenario en 2010. El trabajo realizado por el equipo de investigadores del DAM es un antecedente clave para cualquiera que quiera pensar hoy en el crecimiento de nuestra Pampa húmeda bonaerense. Pero su solución pertenece a un paradigma propio de su tiempo, la descentralización. Gestiona de manera diferente en cada sector, pero mantiene la capital y el poder político provincial existentes. 

Curiosamente, el proyecto de Esteban Bullrich también pertenece al paradigma propio de su tiempo. Actualmente ya no hablamos de descentralizar, hablamos de distribuir. A cualquier escala, esto se trata de que cada uno tenga sus propias autoridades y tome sus propias decisiones, sin dejar de convivir solidariamente con sus vecinos. Los procesos de gobernanza actuales se acercan más a un modelo donde las decisiones del sur de esta provincia se tomen en Bahía Blanca y no siga teniendo la última palabra un funcionario en La Plata.  

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