Apostaron al cultivo hidropónico y hoy registran demanda en alza

La pandemia trajo consigo diversas oportunidades para reinvertarse, de buscar alternativas para generar ingresos y sostenerse económicamente. En este sentido, en Jardín América, una pareja planteó un desafío innovador para la comuna, iniciativa que resultó efectiva. Y a un año y medio de su puesta en marcha, se convirtió en un éxito.

 Melissa Flach (25) y Guillermo Martínez (28) comenzaron con los cultivos hidropónicos, teniendo las primeras lechugas mantecosas y crespas en producción para la venta, lo que generó una salida laboral exitosa y con repercusiones que no se imaginaban: “Tuvimos un gran impacto y actualmente las ventas se expandieron y va en aumento constantemente. La demanda se eleva día a día”.

El proyecto arrancó como un desafío en plena cuarentena estricta, con clases virtuales y con la duda si iba a tener buena aceptación. Se propusieron estudiar juntos, invertir y emprender un nuevo camino. “Yo había dejado la fuerza de seguridad en Tierra del Fuego, soy jardinense y había llegado a Misiones por unos días cuando arrancó la cuarentena”, dijo Guillermo. Melissa es maestra de educación especial, pero al no poder dictar clases, se pusieron el mismo objetivo.

Los cultivos hidropónicos son plantas que jamás tocan el suelo, son germinadas y producidas en sustancias nutritivas, se realiza sobre unos perfiles profesionales que son caños de PVC virgen, por los cuales circula el agua y las sustancias. Y lo que empezó con poco se acrecentó, ya que en sus inicios tenían sólo 42 plantas  -lechugas mantecosas y crespas-, ahora superan las 3.000 y añadieron rúcula.

“La gente cada vez nos empezó a hacer más pedidos y tenemos venta en distintos puntos de la provincia”, expuso la mujer. Son ellos mismos que trasladan los pedidos, llegando a vender en San Vicente, Aristóbulo del Valle, Dos de Mayo, Puerto Rico y Eldorado. En este último caso, Martínez contó que cuando comenzaban con las ventas, en una oportunidad les tocó llevar 32 cajas con 12 plantas de lechuga.

“Fue uno de los impulsos para que los pedidos aumenten: todo lo que nos solicitan, armamos y entregamos nosotros”, mencionó.

Si hay algo que los identifica es la presentación del producto, bien hecho y puesto en bolsas de polietileno, además de la calidad, ya que debe pasar por tres fases.

“En época de calor y más aún en la siesta hay que estar atentos. Hay que tener en cuenta el PH, la conectividad eléctrica, cuáles son los niveles adecuados para que la planta pueda crecer bien. Además no hay que descuidarse, ya que se puede tapar un caño y no llegar el agua a las plantas y así se puede perder la producción”, explicó Martínez.

“Estamos súper contentos con lo que logramos en este tiempo, porque con el esmero que hemos puesto, se ven los buenos resultados y cómo lo va tomando la gente nos llena de satisfacción”, dijo Flach.

A su vez, su pareja agregó: “Valió la pena la inversión y el trabajo que conlleva el día a día, por supuesto queremos crecer, pensamos agrandar el invernadero a corto plazo debido al aumento en la demanda y como siempre, nos vamos a perfeccionar aún mas como para ofrecer productos saludables y de calidad”.

En las primeras épocas de este desafío, familiares y amigos de ambos les marcaban adversidades que podría haber al empezar algo nuevo y no tan conocido, ellos siguieron en el camino que empezaron a recorrer.

 “Hay que proponerse y cumplir, donde si se quiere llegar a una meta hacia eso hay que llegar por más dificultades que haya en el camino”, mencionó Martínez. Hoy ellos se proponen crecer, demostrando que la voluntad está por sobre todo.