Llegarían hoy para la vigilia

Una tradición de fe que se renueva

Tras la imposibilidad de viajar el año pasado, los misioneros retomaron este 2021 la tradición de pedalear a Itatí. Camaradería, unión y una devoción intacta de los fieles a María
martes 07 de diciembre de 2021 | 5:00hs.
Una tradición de fe que se renueva
Una tradición de fe que se renueva

Con la luna aún de guardiana, poniendo a punto las bicis, despidiendo a familiares, el monumento a las banderas de la costanera posadeña se colmó de ciclistas ayer a la madrugada.

Felices, y sobre todo agradecidos de poder volver a cumplir con su demostración de fe, los peregrinos se prepararon durante meses para poder realizar nuevamente este desafío en honor a la Virgen. Con destino la ciudad correntina de Itatí, donde el 8, Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, hay una gran concentración y celebración.

“Acá no se mide, acá es amistad fe y somos todos hermanos en esta realidad que nos castigó en estos años. Vamos a agradecer, a pedir por la familia. Y por todo lo que pasamos en esta pandemia”, refirió Hugo Pedrozo, de Posadas.

Con un grupo de siete ciclistas, Hugo es uno de los que hace muchos años llega a Itatí en la vigilia del Día de la Virgen. Con uno de sus hijos -el otro no tuvo permiso en el trabajo como para ir- y el apoyo de un viejo amigo que pedaleó 30 años pero este 2021 debió tomar otro rol, Hugo  destacó la camaradería no sólo de los peregrinos, sino de fieles amigos como Juan Suárez, que abren habitualmente las puertas de su casa para que los ciclistas descansen, coman y se repongan. Cada uno aporta a la causa, quienes animan desde los autos, quienes cocinan para multitudes, todos se reúnen bajo una misma misión de fe y compañerismo.

‘‘Hay que sentir y agradecer, cuando llegamos no hay hombre que no llore’’, remarcó Pedrozo, en coincidencia con el relato de tantos feligreses y recordando que hace años también pide por la salud de dos de sus hermanas. Con tantos años pedaleando sobre la ruta, Hugo recordó algún que otro inconveniente que le tocó sortear e incluso una vez tuvo que entrar a la ciudad caminando porque su bicicleta estaba en las últimas. ‘‘No es fácil subir a un auto como si no importara nada y decir ‘llegué’. Son la prueba de la fe, por algo te pasó lo que pasa, algo va a venir. Por eso, si llegás es mucho mejor. Esa es la fe’’, indicó sobre no querer claudicar en el desafío físico y mental.

Respecto de hazañas, Carlos Da Silva Miranda fue uno de los amigos de Hugo, que comenzó alentando al grupo como músico, ya que integra la banda de Los Caballeros del Taraguí y terminó sumándose a la bicicleteada. En pleno fin de año y con la agenda completa, Carlos no tuvo tanto tiempo para entrenar o incluso descansar correctamente todo el fin de semana, ya que además de presentarse con los Caballeros el sábado en el Festival Nacional de la Música del Litoral, el domingo hizo lo propio en la Fiesta del Cordero de Fachinal.

La particularidad de este año es que el punto de salida cambió, a pedido de Teófilo Zurdel, uno de los impulsores de esta cruzada hace 40 años. En vez de concentrarse en la habitual rotonda de Uruguay y Quaranta, los ciclistas más experimentados se reunieron en la Costanera. De allí, tomaron la avenida Tierra del Fuego y sumaron, a más ciclistas en la rotonda, claro y otros puntos hacia adelante, hasta cruzar finalmente el arco que divide Misiones de Corrientes.

Apostado cerca de la rotonda y con un grupo que iba sumando integrantes ya cerca de las 5 de la mañana, Ramón Hector Vargas destacó que “es una felicidad grande otra vez volver poder hacer de nuevo esta peregrinación”.

“Yo hace 30 años que voy. Siempre dando las gracias a la Virgencita por lo que nos da, por la salud, la familia, por todo”, detalló.

Abuelos que se sacaban fotos para despedir a sus nietos, otros que sumaron a sus filas a los más adolescentes y novatos que escuchaban hasta las últimas recomendaciones, se codeaban en una salida a pura alegría y chamamé.

Cuando se menciona que familias enteras son parte ya de esta tradición, no es una declaración simbólica. La Familia Ríos, de Garupá por ejemplo, congregó a 15 integrantes ciclistas y algunos más que irán de acompañantes en cuatro ruedas, para su viaje a Itatí, lugar al que llegarán con su propio carrito conteniendo la imagen de la Madre.

Los primeros comenzaron hace unos 20 años y ayer por ejemplo a Fabri, de 17 era uno de los que se estrenaba en la odisea familiar.

‘‘Viva la Virgen, vivan los peregrinos’’, se escuchaban como primeras arengas en el calentamiento de piernas que significó arrancar el pedaleo ya en la ruta 12. ‘Con alegría, agradecidos y sin miedo, volvemos a tu casa madre’, se leía en las remeras de uno de los  grupos protagonistas, resumiendo un poco los sentimientos de poder volver a poner el cuerpo para honrar a la Virgen, en tamaña travesía.


En detalle

Pasando Ituzaingó, más ciclistas se unirían a la travesía de fe mientras la ciudad de Itá Ibaté sería la elegida como punto de descanso durante la noche de ayer, para retomar nuevamente a la madrugada. Hoy, finalizando la jornada, los encontraría ya en la Basílica de Itatí, donde se espera en la vigilia de la celebración, una misa especial para los biciperegrinos.

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