Chance a tiro

El básquet en Misiones vive hoy un momento histórico que debe ser aprovechado para que el deporte pegue un salto de calidad. OTC marca el camino desde la Liga Nacional, Tokio pretende seguirlo, aunque la realidad de los demás clubes necesita ayuda
domingo 05 de diciembre de 2021 | 6:00hs.
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A principios de los 90 Luz y Fuerza se alzó como el estandarte del básquet en Misiones. Tras un breve paso por los Argentinos de Clubes, llegó al ex TNA, estuvo un par de temporadas y ascendió a la Liga Nacional. Todo vértigo, nada de proyecto.

A ese Luz y Fuerza de mediados de los 90, con nombres rutilantes como el de Rubén Magnano, Donald Jones, Fernando Posetto y Pablo Hoya, todo se le dio rápido y sorprendió en sus primeros partidos en la temporada 1995/96 de la Liga Nacional.

A Misiones llegaron Atenas, Boca, Ferro y otros históricos. Por el polideportivo El Zaimán pasaron los jóvenes Emanuel Ginóbili, Fabricio Oberto y Rubén Wolkowyski, que arrancaban el camino que terminaría con la medalla de oro en Atenas. Desde el banco del Eléctrico los miraba el futuro entrenador campeón de los Juegos Olímpicos.

Pero todo ese vértigo terminó como suelen terminar esas historias: de repente y con un gran dolor. El gobierno de Ramón Puerta decidió no financiar más las aventuras de Luz y Fuerza en la Liga Nacional, la plaza no se vendió, pasó a manos de la Asociación de Clubes y luego a Estudiantes de Olavarría. Misiones se quedó sin Liga Nacional, pero la herida tardó en sanar.

Tuvieron que pasar años para que la Tierra Colorada contara otra vez con un equipo en la elite del básquet argentino. Fue OTC con su debut en la temporada 2020/21 el que puso a Misiones otra vez en el mapa de la Liga Nacional, pero con una gran diferencia. El Celeste llegó al máximo nivel tras casi dos décadas de darle forma a su proyecto y no en una meteórica escalada como Luz y Fuerza.

Esa base, esas constantes reformas le dieron al Celeste la chance de ir puliendo su organización. De profesionalizar su estructura interna, de hacerse un nombre en el mundo del básquet argentino y también de convertirse en el espejo a nivel provincial.

Hoy el básquet de Misiones vive un momento histórico, que nada tiene que ver con el de mediados de los 90. Este informe no viene a decir quiénes son buenos y malos, qué está bien y qué está mal, sino a dejar en claro que, por varios motivos, hay una chance que no puede ser desaprovechada y que depende de muchas personas que se esa posibilidad sea para mejorar el deporte en general y el básquet en particular.

De OTC a la provincia
En 2002 y en la Liga Provincial, OTC arrancó su sueño que hoy lo tiene en la Liga Nacional, máxima categoría del básquet nacional.

Atravesó buenas y malas campañas y hasta se analizó la chance de dejar el básquet profesional cuando la situación económica era mala. Pero el proyecto se sostuvo.

Eso hizo que el Celeste, más allá de los nombres propios, esté en la elite del básquet argentino.

Que un equipo de la provincia esté en la máxima categoría del básquet argentino abre un sinfín de posibilidades para los jugadores y clubes de Misiones, pero eso debe estar acompañado por dirigentes y también por un Estado presente, para que a la par de OTC las demás instituciones también puedan crecer.

Tokio aparece hoy como el siguiente en el escalafón. El Japonés regresó al torneo Federal, pero lo más importante es que ordenó cuestiones internas para empezar a hacer más grande su estructura. Esa base organizativa vital para poder dar un salto de calidad.

Los posadeños tienen una buena base de formativas, pero a ello le sumaron la remodelación de su estadio y un recambio generacional en la dirigencia, que pretende revitalizar y encaminar el rumbo que se plantearon hace algunos años.

Fuera de esos dos clubes la realidad es muy diferente. “El básquet en la provincia no terminó de despegar. Misiones tiene mucho potencial en cuanto a talla de jugadores, a aptitudes físicas, a cantidad de entrenadores capacitados, pero la escasez de clubes en la provincia sumando un total de once y la escasez de recursos recibidos por parte del gobierno provincial hacen que la competencia sea muy difícil”, se lamentó Román Queiroz, presidente de la Federación Misionera de Básquet.

“El único club que recibe fondos por parte del Estado es OTC y ese dinero el club lo invierte en las categorías formativas; por eso se destaca, porque tiene recursos. El resto de los clubes se arregla con la cuota del socio, con la rifa, con distintos rebusques...esto hace que cueste hacer una competencia integral en toda la provincia. Básicamente no hay muchos partidos porque hay pocos equipos, y hay pocos equipos porque no hay dinero, es un círculo vicioso”, agregó.

Una competencia interna fuerte a nivel provincia es primordial para sentar las bases de los clubes top. Corrientes, por ejemplo, combinó apoyo del Estado y un certamen provincial fuerte. El resultado es claro: tres equipos en la Liga Nacional.

Jugadores, orden institucional y apoyo económico, tanto privado como del Estado, son, a grandes rasgos, los ítems necesarios para que un club pueda surgir, llegar a competir en buenas condiciones y, lo más difícil, mantenerse.

“A nivel formativo hemos caído mucho en los últimos seis años por muchas variantes y nos encontramos lejos de la realidad del resto del país. Hubo un retroceso. Los clubes no tienen dinero para invertir en entrenadores. Si vos le pagás 20 mil pesos a una persona por mes para que se haga cargo de todo es imposible. Entonces la culpabilidad es compartida”, indicó Mariano Marcos, hoy en Siglo XXI de Puerto Rico.

“Es difícil cambiar esta realidad sin dinero, pero se puede con motivación. Yo estuve 11 años en El Coatí y hubo momentos que se conseguía plata de todos lados para sostener un cuerpo técnico... hoy Siglo XXI está tratando de hacer lo mismo. Si laburás y le ponés ganas, los padres empiezan a ver eso y ayudan”, compartió el entrenador.

A la par de esta realidad que fluctúa entre lo profesional y lo amateur, las mujeres ganaron su espacio. “Hay muchas escuelas nuevas y creció el básquet femenino, te diría que hay más escuelas formativas de básquet femenino que masculino”, analizó Marcos.

“Hoy los clubes les dan los horarios centrales al femenino; está creciendo pero va a llevar un tiempo enorme tomar el ritmo nacional, se empezó y lo aplaudo”, expresó el entrenador.

En los 90 los malos manejos, el poco interés y los negociados privaron a Misiones de crecer a nivel básquet.

Hoy, a base de proyectos y con otra realidad a nivel país y provincia, el deporte de la naranja volvió a tener su oportunidad. Estará en manos de dirigentes, jugadores y del Estado, como generador de políticas deportivas, aprovechar el momento histórico que vive el básquet e Misiones.

 

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