Canción del adiós para María Helena, a 52 años de su partida

sábado 04 de diciembre de 2021 | 6:00hs.

El bello texto de José Ángel Buesa, musicalizado por Horacio Guaraní como ‘Canción del adiós’, quizá nunca fue tan hondo y sentido como en la voz de María Helena.

Me queda tu sonrisa grabada en el recuerdo

y el corazón me dice que no te olvidaré…

…pero te digo adiós para toda la vida

aunque toda la vida siga pensando en ti.

Muchos han pensado eso de María Helena desde hace 51 años. Es que en ella confluyen lo fugaz con lo perdurable, la ternura con la fuerza, lo luminoso con lo trágico. ¿Cómo es posible?

La niña María Kalasakis, nacida en Remedios de Escalada, Buenos Aires, el 4 de agosto de 1946, se convirtió en la festejada cantante María Helena. Su madre Angélica Hisijos, era descendiente de griegos y su padre Jorge Kalasakis, era un griego nacido en la isla de Creta. Elena era, en realidad, el nombre de su hermana mayor, a la que María quiso mucho.

En su colegio religioso de Banfield, María fue una alumna excelente, inquieta, amistosa y muy querida. Allí se recibió de maestra, profesión que no ejerció más que por un año por dedicarse a cantar, su verdadera pasión.

Comenzó su carrera como cantante en 1965, antes de cumplir 19 años. Convocada por el conductor Roberto Galán, se presentó en el programa ‘Remates musicales’ de Canal 9 de televisión, y en Radio El Mundo de Buenos Aires. En el sello CBS Columbia grabó un primer disco simple con las canciones ‘Ribereña’ y ‘Canto islero’.

María Helena fue “revelación” del III Festival Nacional de Música del Litoral, realizado en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez de Posadas, Misiones, en 1965. En Marcos Juárez la llamaron Sol del Litoral. Se presentó en los mayores festivales del país, pero fue en Misiones donde se la bautizó como “La novia de Posadas”, en 1968. Allí la gente que colmaba el anfiteatro no la dejaba retirarse del escenario. Fue “mejor voz femenina” en un programa de Antonio Carrizo y se lució en los ‘Sábados Circulares’ de Canal 13, conducido por Nicolás Pipo Mancera, como también en Radio El Mundo, Radio Nacional y otras emisoras del interior del país.

Eladia Blázquez la describió como “una muchacha inquieta, estudiosa y con auténtica vocación por el canto”. Y acertó al decir: “La canción litoraleña, está plenamente identificada con el metal de su voz; o para decirlo más concretamente, la voz de María Helena tiene color de litoral, y tantos matices como el paisaje al que canta”. El músico José Carli dijo de ella que era “una chica buena, simpática, agradable… que canta bien… tiene ‘ángel’... usa flequillo, es nerviosa, se mueve mucho. Cuando grabamos en el estudio, trae muchos caramelos, chocolates... Puede ser agresiva, dulce, soñadora, tierna; en fin, tiene todo lo que puede llegar a formar una buena cantante”. El conductor Julio Marbiz declamó, como en un poema: “Cuando pasan los cantores se quedan solos los pueblos y la lluvia es bienvenida en los sembrados. Tras la fiesta, la vida continúa. Pero en Misiones, cuando pasan los cantores, la voz de una muchacha florece cada mañana en la tierra colorada”.

Sus colegas músicos y cantantes la sintieron cercana: Hernán Figueroa Reyes, Tránsito Cocomarola, Mario Bofill, Mercedes Sosa, Ernesto Montiel, Horacio Guarany, Roberto Rimildi Fraga, Amelita Baltar, Nélida Argentina Zenón y Luis Landriscina entre muchos otros. María Helena interpretó bellísimas canciones de autores de Misiones como Fermín Fierro, Ramón Ayala y José Vicente Cidade.

El último encuentro de María Helena con el público del Litoral ocurrió en el VI Festival del Folklore Correntino, en el anfiteatro Genaro Berón de Astrada de Santo Tomé, Corrientes. Falleció en un accidente automovilístico a 35 kilómetro de esa ciudad, en el empalme entre la ruta nacional 14 y el acceso a la ciudad, en el kilómetro 720, en horas del mediodía del 17 de diciembre de 1969. Su automóvil Valiant IV, dirigido por su representante artístico Alberto Heredia, volcó; la puerta delantera del lado derecho, donde María Helena viajaba, se abrió, fue despedida y el vehículo cayó sobre ella produciéndole una muerte instantánea. ¡Tenía 23 años! María Helena está sepultada junto a su padre en el cementerio de Lomas de Zamora, Buenos Aires.

A la revista Folklore Nº111, del 10 de enero de 1966, le aseguró que el festival de Posadas le había parecido el mejor: “Es el que tiene más gratos recuerdos para mí. La gente fue muy buena conmigo... Piense que era la primera vez que me presentaba ante una cantidad de público tan grande”. Una placa recordatoria colocada en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez de la ciudad de Posadas reza así: “María Helena, La novia de Posadas, por la juventud y pueblo de

Misiones, como ofrenda de cariño, perenne admiración. 28-11-1970”.

Su carrera se extendió desde los 19 años hasta los 23, de los cuales han quedado grabadas unas 60 canciones (aunque ningún video). María Helena ya no está. Quedan sus discos (simples y de larga duración), además de algunas placas compartidas con otros artistas: ‘Ribereña’ (1965), ‘Mi serenata’ (1965), ‘Presentando a María Helena’ (1966), ‘Consagrada…!!! María Helena’ (1967), ‘María Helena canta canciones escolares’ (1967), ‘La dulzura de María Helena’ (1967), ‘Correntina de ley’ (1967), ‘Pescador y guitarrero’ (1968), ‘María Helena IV – Canción del adiós’ (1970, lanzado después de su muerte), ‘El recuerdo de María Helena’ (1972), y ‘Los más grandes éxitos de María Helena’ (1977).

El perfil de María Helena, más su manera de cantar, la hicieron inolvidable. Su final prematuro produjo un enorme impacto y una congoja prolongada en el tiempo. Destacaron su sinceridad y simpatía, su sencillez y equilibrio, su afecto y sensibilidad, su cariño manifiesto y su sonrisa contagiosa. Su voz era inconfundible, nítida, cálida, natural y desafectada. Imposible olvidar tanto derroche de talento, ternura y autenticidad. Así lo había dicho José Ángel Buesa: “Pero te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti”.

Doctor Daniel Oscar Plenc
Entre Ríos

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