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Quienes tienen la vocación de sanar y de salvar vidas hoy celebran su día

viernes 03 de diciembre de 2021 | 13:56hs.
Quienes tienen la vocación de sanar y de salvar vidas hoy celebran su día
Foto: Federico Gross
Foto: Federico Gross

El Día del Médico se celebra en honor al médico cubano Carlos Juan Finlay Barrés, nacido el 3 de diciembre de 1833. Finlay Barrés confirmó la teoría de que la propagación de la fiebre amarilla era a través del mosquito Aedes aegypti, un hallazgo de trascendencia mundial que evitó miles de muertes en América Latina.


Durante las guerras por la independencia cubana fue convocado por el ejército de EE.UU. para que analizara las bajas de los soldados por la fiebre amarilla y allí comprobó que el mosquito era el transmisor de dicha enfermedad. Esto no fue aceptado en su momento, ya que en esos años se consideraba que el contagio se concretaba por objetos o ropa que estuvieron en contacto con enfermos.
En 1881 pudo establecer que la enfermedad era transmitida por el mosquito Aedes aegypti y luego de casi 20 años no hubo avances sobre la enfermedad hasta que en 1901 se creó en Estados Unidos una comisión para luchar contra la fiebre amarilla. Recién en 1955, la Confederación Médica Panamericana (CMP) estableció el natalicio del doctor cubano para conmemorar el Día del Médico, ya que por su descubrimiento se salvaron miles de vidas.


En 1956 el Colegio Médico de Córdoba se adhirió a la conmemoración promovida por la CMP; este hecho fue avalado por la Confederación Médica Argentina y el gobierno nacional de la República Argentina oficializó la fecha de la conmemoración por decreto.


La Medicina es una carrera muy tradicional, y en la actualidad una de las más elegidas entre el amplio panorama académico que se ofrece. Las personas que eligen estudiar Medicina deben llevar a esta carrera como una verdadera vocación, ya que en nada se parece a las demás. Son muchos los estudiantes que optan por ella por tradición familiar o presiones de su entorno y luego se arrepienten.
Se trata de una de las carreras más largas de las universidades tanto públicas como privadas, y quienes ingresan a cursar saben que su vida cambiará por completo. No es una profesión para cualquiera, es indispensable sentir la necesidad de ayudar al prójimo cotidianamente poniendo sus derechos por encima de los propios.


“Esto es una pasión. Se empieza a estudiar medicina a los 18 y se termina a los 80. En medicina no podés dejar de estudiar, es una carrera que tiene mucha vocación y una dedicación a sus enfermos incansable, yo no le recomendaría que siga medicina a alguien que no ama esta profesión. Es muy triste cuando perdemos un paciente y es muy gratificante cuando vienen a atenderse y confían en nosotros”, expresó José María Blariza, director de la carrera de medicina de la Universidad Católica de las Misiones.


La carrera de Medicina, que ahora se puede estudiar en Posadas, tiene una dificultad que se condice con el nivel académico que se espera de los futuros profesionales; deben cursar alrededor de 60 materias y cada una tiene diferentes etapas que se tienen que aprobar para pasar a las instancias finales, en las que deben pasar el examen clínico objetivo y estructurado, con diez estaciones donde hay pacientes reales que atender.


“Un 73 por ciento de la carrera es práctico. La Ucami cuenta con la sala de simulación donde los alumnos practican y eso nos ayudó mucho en la pandemia, donde se vio reducida la visita a los hospitales”, explicó Blariza, que además hizo hincapié en que la formación de los profesionales también es humanista, por lo que jamás se olvida que el paciente primero es un humano y luego un cuerpo que debe ser sanado.


“Nuestros médicos, que van a entrar a la medicina general, lo hacen con una formación basada en la vivencia, en lo humanístico. Hay alumnos de todas las religiones, porque no se trata de religión sino que se pone en valor el trato al enfermo, el valor a la vida. Es interesante cómo los estudiantes se motivan en ayudar al otro. Durante la pandemia colaboraron en la atención de muchos pacientes en diferentes puntos de la provincia y cuando terminaba el horario en el que fueron convocados por los docentes ellos seguían ayudando a los abuelos por ejemplo”, comentó el médico y docente.


Así, ser un buen médico no tiene que ver con pasar todas las instancias sino con sentir que esto vale la pena y convertirlo en una verdadera vocación.

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