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Juicio por el homicidio de Hugo Miguel Wasyluk, día 5

“Wasyluk estaba esposado en la comisaría y los policías le pegaron”

Un testigo acusó a los policías de Villa Bonita. Ana Wasyluk también apuntó a los imputados. En tanto, dos efectivos de la Primera ratificaron la presunta negligencia de los superiores

viernes 03 de diciembre de 2021 | 8:25hs.
“Wasyluk estaba esposado en la comisaría y los policías le pegaron”

La quinta audiencia del debate oral por el homicidio de Hugo Miguel Wasyluk (38) dejó varios testimonios que comprometen a los trece policías imputados, tanto a los integrantes de la patrulla de la Comisaría de Villa Bonita que detuvo a la víctima como a los efectivos de la Seccional Primera de Oberá, donde fue hallado muerto.

 
Dos de los policías que entre la noche del 25 y la madrugada del 27 de abril de 2011 estuvieron de guardia en la Primera -pero no fueron imputados- declararon que Wasyluk estaba muy malherido, se quejaba de fuertes dolores y la superioridad estaba al tanto de ello, aunque nadie ordenó que lo viera un médico o su traslado al Hospital Samic.


Los funcionarios a cargo de la dependencia habrían actuado con negligencia, lo que derivó en el fatal desenlace.  

 
También declaró Ana Wasyluk, la cual aseguró que vio cuando los policías de Villa Bonita golpearon ferozmente a su hermano que se hallaba esposado.


Pero el relato más sólido y contundente, ya que apuntó a quienes habrían sido los agresores directos, fue efectuado por Elvio Neris, residente en Villa Bonita, quien la noche del 25 de abril de 2011 se encontraba detenido en la dependencia local.

 
“Wasyluk estaba esposado en la comisaría y los policías le pegaron mucho. Le dieron una terrible golpiza. Él pedía por favor que paren, se escuchaba clarito. Decía: “por favor déjenme”. “Eso fue una masacre”, subrayó.

 
Según el testigo, pudo observar la escena a través de una abertura en el acceso a la celda.  “Se veía clarito, entre todos le patearon. Le pegaron con los bastones de goma y le saltaron arriba. Cómo le van a pegar así a un hombre esposado”, lamentó en la víspera ante el Tribunal Penal Uno de Oberá.

 
Amenazas posteriores

 
Neris apuntó su acusación contra Pedro De Mattos, Carlos Antonio Gómez y Ricardo Javier Rodríguez y Jorge Antonio Heijo. Los tres primeros llegaron a juicio imputados por tortura seguida de muerte, mientras que el restante está acusado de omisión de denuncia e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

 
La misma imputación alcanza a Wilson Ricardo González, aunque el testigo no lo identificó entre quienes habrían golpeado a Wasyluk. 


Además, aseguró que luego del deceso de la víctima, De Mattos fue hasta su casa en el Barrio Evita de Villa Bonita y lo amenazó. Más tarde le ofreció dinero para comprar su silencio, aseguró.

 
En tanto, dijo que recién ayer contó sobre la presunta amenaza y el intento de soborno porque “tenía miedo que me pase lo mismo que a Wasyluk. La verdad que todavía tengo un poco de miedo”.

 
También en la víspera declaró Ana Wasyluk, quien señaló que a consecuencia del asesinato de su hermano se encuentra en tratamiento psiquiátrico. 

 
“Por culpa de ellos que le hicieron esto a mi hermano. No tienen perdón de Dios”, dijo señalando a los imputados, y agregó: “Veo un patrullero y tiemblo. Tengo miedo porque ya tuve amenazas”.

 
Por su estado emocional se procedió a la lectura de lo que declaró en la instrucción de la causa. Contó que tras la detención de su hermano la comisión de Villa Bonita lo llevó a la comisaría local, donde lo sometieron a una paliza.

 
“Escuché gritos de mi hermano y ruido de chicotazos (…) Vi que un policía le dio una patada sobre la camioneta y después lo tiró sobre las piedras. Estaba esposado en ese momento”, indicó.

 
“Estaba con mucho dolor”

 
También ayer declararon varios policías no imputados que estuvieron de guardia en la Primera durante las 27 horas que Wasyluk permaneció en el lugar.

 
Nelson Orlando Cáceres precisó que ingresó de guardia el 26 de abril a las 7 y habló con el detenido: “Se lo notaba dolorido por su forma de moverse y expresarse. Su voz era muy baja. Por orden de Silva (jefe de guardia) a las 8.30 me constituí en la celda número 2 y Wasyluk me dijo que estaba con mucho dolor en el cuerpo. Estaba acostado en posición fetal en la cucheta. Se levantó y me dijo que tenía dolor en el cuerpo”.

 
“El jefe de guardia le avisó al oficial de servicio, que a su vez le informó al jefe de la comisaría. Silva dijo que deje constancia que pedía para ir al Hospital. A las 17.30 estaba dormido, lo llamé y sin darse vuelta ni levantarse me dijo que le dolía mucho el cuerpo. Le avisé de eso a Silva”, detalló Cáceres, ratificando que la superioridad estaba al tanto del malestar del detenido, pero no ordenaron que lo vea un médico.

 
En el mismo sentido, Cristian Sena declaró que durante la guardia le preguntó quién le había golpeado, a lo que Wasyluk respondió: “Los que me trajeron anoche”.

 
“Caminaba despacito, estaba sin remera y se le notaban golpes de bastones de goma en el pecho y la cara. Se notaban muy claras las marcas en el pecho (…) La superioridad sabía que estaba golpeado. Escuché que Silva y Cáceres iban a dejar constancia que la avisaron al jefe”, indicó.

 
El rol de Chimiski

 
A su turno, José Barboza, quien al momento del hecho era el segundo jefe de la Unidad Regional II, apuntó sus críticas hacia el accionar de Marcelo Chimiski, oficial que estaba al frente de la Comisaría de Villa Bonita pero no nunca fue imputado.

 
Señaló que el 25 de abril, después de las 21, recibió un llamado de Chimiski quien le manifestó que tenía un detenido que era muy violento para alojarlo en Villa Bonita y en la Seccional Segunda no había lugar, por lo que le solicitó para ubicarlo en la Primera.

 
Lo que Chimiski no le dijo fue que antes el propio jefe de la UR II, Julio Bordín, había ordenado que Wasyluk sea alojado en la dependencia jurisdiccional.

 
“Por pedido de Chimiski dispuse que sea alojado en la Primera, pero después me enteré que el jefe de la Primera habló con Bordín, quien dispuso que regrese a Villa Bonita. Chimiski no me había dicho eso. Me indujo al error, no fue honesto conmigo. Debería haberlo alojado en su comisaría porque era el instructor de la causa y responsable de todas las diligencias”, remarcó.

 
Ante la consulta de las partes, Barboza indicó que lo que hizo Chimiski “no es normal en una institución verticalista. Al recibir la orden del jefe no tenía por qué llamarme a mí. De alguna manera se quería sacar de encima al preso”.

 
No pudo defenderse

 
Otro momento trascendente en la víspera fue la exhibición de las fotos de la autopsia sobre el cadáver de la víctima, lo que fue solicitado por la querella que representa a la familia Wasyluk.

 
Horacio Marín, médico forense que realizó la autopsia junto a su par Gabriel Flores, detalló que el deceso fue originado por “lesiones gravísimas” en diferentes partes del cuerpo.

 
Se marcaron traumatismos en el tórax y marcas compatibles con el enrejado de la carrocería del móvil policial, lo que corrobora que estando tendido boca abajo, la víctima padeció el aplastamiento de por lo menos dos personas.

 
También tenía marcas de bastonazos de goma en el pecho, lesiones en las muñecas por las esposas, múltiples hematomas en piernas y brazos, cabeza y cuello.

 
Como contrapartida, el profesional indicó que “no se observa ninguna lesión defensiva en las manos. Y las lesiones en muñecas indican que estaba esposado”. Esto confirma que Wasyluk estaba indefenso y no pudo resistirse. 

 
Tenía lesiones en la cara producidas por el roce contra el suelo rugoso, como también de arrastre en otras partes del cuerpo.

 
El deceso se produjo por asfixia por aspiración de su propia materia fecal. “Los pulmones se llenaron de líquido intestinal”, precisó el forense.

 
Previamente llegó a un estado de obnubilación y pérdida de conciencia, lo que demanda varias horas para desencadenar el deceso, señaló, lo que marca la agonía de la víctima.

 
El examen forense descartó la presencia de sustancias tóxicas en el cuerpo de la víctima.

 
Consultado respecto a la labor del médico policial que revisó a Wasyluk a la intemperie mientras comía un asado, Marín explicó que debería haberlo hecho “en un lugar cerrado, sobre una cama limpia y con buena iluminación”.

 

Declaran más imputados
En la continuidad del debate, previsto para hoy a las 8.30 en el salón principal del Oberá Tenis Club (OTC), se prevé la declaración de varios de los imputados, tanto de quienes cumplían funciones en Villa Bonita como de sus pares de la Primera.

 
Existe gran expectativa en lo que respecta a Rodríguez, quien en la instrucción acusó a De Mattos y Gómez de propinar el mayor castigo a Wasyluk. Incluso dijo que se autolesionaron con el cuchillo que le plantaron a la víctima. 

 
En tanto, para el lunes están previstos los alegatos de la querella y los actores civiles. El martes será el turno del ministerio fiscal, las respectivas defensas y el civil demandado, es decir el estado provincial. La sentencia se conocería el próximo jueves.

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