Juicio por el homicidio de Hugo Miguel Wasyluk, día 2

“En Villa Bonita se les fue mano y me confié en el certificado médico”

Miguel Ángel Espíndola, ex jefe de la Primera, apuntó hacia el personal que detuvo a la víctima y al médico policial. También cuestionó el rol de otro imputado: Marcelo Chimiski
viernes 26 de noviembre de 2021 | 6:03hs.
“En Villa Bonita se les fue mano y me confié en el certificado médico”
“En Villa Bonita se les fue mano y me confié en el certificado médico”

Sólo dos de los trece policías imputados por el homicidio de Hugo Miguel Wasyluk (38) decidieron hablar ayer ante el Tribunal Penal Uno de Oberá, durante la segunda audiencia del debate oral y público que pretende determinar las responsabilidades del caso.

“Queríamos que salga el juicio, nunca pusimos obstáculos”, subrayó el comisario mayor retirado Miguel Ángel Espíndola (51), quien era jefe de la Seccional Primera de Oberá cuando la víctima fue hallada sin vida en una celda, en los primeros minutos del 27 de abril de 2011.

Al igual que seis subalternos de la citada dependencia, Espíndola está siendo juzgado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, ya que para la Justicia de Instrucción subestimó la gravedad del cuadro que presentaba el detenido, no le brindó asistencia médica y eso derivó en su deceso.

La misma imputación alcanza al médico policial José Orlando Morales (60), quien revisó de manera superficial a la víctima y certificó sólo excoriaciones.

De todas formas, desde un principio la principal acusación recayó sobre la comisión policial que en la noche del 25 de abril detuvo a Wasyluk y lo sometió una brutal paliza que le ocasionó gravísimas lesiones.

Se trata del ex sargento Pedro De Mattos (48), el ex cabo Carlos Antonio Gómez (33) y el ex agente Ricardo Javier Rodríguez (37), acusados de tortura seguida de muerte, delito que contempla la pena de prisión perpetua. 

En tanto, Jorge Antonio Heijo (37) y Wilson Ricardo González (56), quienes también integraban la patrulla, están siendo juzgados por omisión de denuncia e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

“En Villa Bonita se les fue la mano y me confié en el certificado médico”, reconoció Espíndola en la víspera.

Acusaciones cruzadas

En la segunda audiencia también declaró la oficial Roxana Andrea Harasimezuk (43), quien era oficial de servicio la noche en que Wasyluk fue ingresado a la Seccional Primera.

Al respecto, si bien durante la instrucción varios de los imputados instalaron la idea de que la víctima era una persona violenta, tanto Espíndola como Harasimezuk plantearon otra realidad.

“Conmigo no estuvo agresivo”, aseguró el comisario mayor retirado, mientras que la mujer policía indicó: “Conmigo nunca fue agresivo. Nunca tuve problemas”.

Incluso, en un tramo de la declaración de Harasimezuk, la querellante María Vanela Vignoles le hizo notar que durante la instrucción varios implicados dijeron que todos le temían a Wasyluk, a pesar de lo cual en la noche del 25 de abril de 2011 la oficial ingresó a la celda del detenido y charló con él.

En ese punto, Vignoles también le hizo notar que declaró que en dos ocasiones durante su guardia el preso la confundió con Rosa Berley, quien entonces era oficial en la comisaría de Villa Bonita, para graficar el estado de confusión en que se hallaba Wasyluk producto de los múltiples golpes que padeció y que desencadenaron su muerte.

A pesar de ello, ni Harasimesuk ni los posteriores oficiales de servicio y ni jefes de guardia tomaron medidas para evaluar el estado del detenido.

En ese punto, Espíndola hizo hincapié en la responsabilidad del oficial Marcelo Chimiski, quien era jefe de la comisaría de Villa Bonita, superior y responsable de la comisión que detuvo y golpeó a la víctima.

“La gran pregunta es por qué no está Chimiski acá”, remarcó ante el Tribunal, al tiempo que explicó que el citado no sólo era el instructor de la causa, sino que el 26 de abril (con Wasyluk alojado en la Seccional Primera) actuó como jefe de turno de la Unidad Regional II. “Estuvo a cinco metros y no fue a ver a su detenido”, agregó.

Apuntó a Chimiski

Espíndola remarcó que “si hubiéramos sabido que Hugo estaba herido se lo hubiera asistido. Me confié que antes de ir a la Primera pasó por el hospital; pero el personal de Villa Bonita estaba acéfalo de jefe, nos dejaron a Hugo y se fueron todos”.

Precisó que Wasyluk fue detenido por una contravención y debería haber sido alojado en la comisaría de Villa Bonita.

“Yo no sabía que en Villa Bonita lo habían golpeado, no estaba al tanto de lo que había sucedido y Hugo nunca se quejó de dolores ni pidió asistencia médica. Confié en el certificado”, remarcó.

Precisamente, desde un primer momento resultó llamativo que Chimiski, actual jefe de la Unidad Regional XI de Aristóbulo del Valle, no haya sido imputado.

Según Espíndola, el jefe de la comisaría de Villa Bonita argumentó que tenía muchos detenidos y pidió alojamiento en Oberá.

Si bien en primera instancia Julio Bordín, quien era jefe de Unidad Regional II de Oberá, ordenó que el detenido sea regresado a la dependencia de origen, Chimiski obvió dicha orden y llamó al segundo jefe, José Barboza, quien “sin saber lo que había decidido Bordín ordenó que sea alojado en la Primera y eso sucedió”, detalló Espíndola.

“Nadie, ni siquiera la familia, nos alertó que en Villa Bonita se les había ido la mano. Sólo nos pidieron alojamiento para el detenido y se borraron, pero en realidad nos dejaron un hombre herido de gravedad y con peligro de muerte con un certificado que marcaba excoriaciones en rostro y tórax”, puntualizó.

Las alertas

A su turno, la fiscal Myriam Silke le mencionó que en el libro de guardia del 26 de abril se cita que ese día a las 9 un subalterno anotó que Wasyluk pidió que lo lleven al hospital, a lo que Espíndola respondió que se enteró de esa constancia recién después del deceso. 

También el jefe de guardia Gustavo Javier Fontana (otro de los imputados) dejó asentado que el detenido tenía lesiones en manos y muñecas, compatibles con las producidas por las esposas, pero que no figuraban en el certificado médico.

En tanto, Luis Alberto Silva, otro de los implicados, le manifestó que el detenido le pidió “pastillas porque le dolía el cuerpo”.

A todo esto, Espíndola insistió como que se guió por el certificado emitido por el médico policial.

“Relacioné los magullones que tenía en el rostro con lo que constaba el certificado, pero se veía bien. Mi error fue confiar en el certificado de Morales”, mencionó.

Por su parte, Harasimezuk contó que tomó su guardia el 25 a las 19, se dirigió por otro motivo a la casa de Chimiski y llegando a destino “nos cruzamos con un patrullero”, dando a entender que era el móvil de Villa Bonita con el detenido.

“Chimiski me avisó que probablemente iban a llevar un detenido a la Primera porque en la Segunda no había lugar. Cuando llegué a la Primera ya estaba alojado”, declaró. 

Una vez en su puesto entró a la celda para ver a Wasyluk, quien la confundió con Rosa Berley, esposa del imputado de De Mattos y quien al momento del hecho también era oficial en Villa Bonita.

Aseguró que el detenido no le dijo que estaba mal, que la insultó y no quiso hablar con ella.

También se comunicó con el oficial Heijo, de la patrulla de Villa Bonita que trasladó a Wasyluk hacia Oberá, quien le dijo que “no iban a informar nada” en el parte a la superioridad.

Se exhibirá la autopsia

En el inicio de la segunda audiencia el Tribunal Penal Uno resolvió cuestiones preliminares solicitadas por las partes.

En tal sentido, avaló el pedido de los querellantes Rafael Pereyra Pigerl y María Vanela Vignoles respecto de la exhibición de las fotografías del cadáver y la autopsia de Wasyluk por pedido de la madre y el hijo de la víctima.

La petición fue avalada por la fiscal Silke quien ponderó que “es por mandato de la madre de la víctima que considera que es una forma de que su hijo esté presente en el debate. Por eso estimamos que si es un deseo de la familia es oportuno que se haga lugar”.

En ese contexto, el Tribunal autorizó la exhibición fílmica de la autopsia por única vez en una fecha a determinar dentro del juicio. Sin dudas una medida que permitirá dimensionar la brutalidad que padeció la víctima a manos de los asesinos.

El cuerpo también rechazó un planteo de nulidad de las indagatorias de los imputados de la Seccional Primera, por considerar que ya fue resulto en 2016.

Sobre la prescripción de la imputación al doctor Morales, solicitaron informes a los organismos competentes para determinar desde cuándo pasó a retiro.

También rechazaron un planteo por incompatibilidad en el cargo de querellante de Pereyra Pigerl, actual diputado provincial.


Los cargos

En la víspera los trece imputados se sentaron frente al Tribunal y escucharon un resumen de la imputación en su contra.

La seguidilla de golpes que padeció Wasyluk incluyó su detención, en el trayecto hacia la comisaría de Villa Bonita, luego en la misma dependencia, después camino hacia Oberá y hasta en el acceso a la Seccional Segunda.

“Ya al abrir la puerta De Mattos lo golpeó, después lo agredió con la tonfa (cachiporro) y Gómez con bastón de goma. El propio De Mattos reconoció que lo golpeó. Dos detenidos en Villa Bonita declararon que el móvil estacionó atrás y escucharon un ruido seco, como cuando se tira una bolsa de papa en el suelo. Por su parte, Rodríguez no vio que Wasyluk tenga un cuchillo y dijo que sus camaradas Gómez y De Mattos se autolesionaron”, se detalló por lectura.

Otro testigo vio cómo Gómez le propinó rodillazos en el pecho cuando estaba sentado y esposado en la carrocería del móvil. Por su parte el médico subestimó las lesiones y luego en la Seccional Primera no hicieron nada para que lo atiendan. 

Un policía de la Primera lo vio a Wasyluk en posición fetal y este le pidió que lo lleven al médico. “Se informó, se dejó constancia, pero no se hizo”, subrayó el Tribunal.

La evolución de las lesiones que sufrió la victima demandó entre 24 y 36 horas y le generó un intenso dolor, aseguró el informe forense, que también menciona que Wasyluk se podría haber salvado si era atendido a tiempo.

El debate continuará el martes, desde las 8.30, con la presencia de los primeros testigos.

Quien también declaró ayer fue la oficial Roxana Harasimezuk (43). Fotos: c. valdez
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