Está en Andresito y depende del BOP 117 de Puerto Iguazú

Conflicto en aula satélite de una comunidad mbya

Integrantes de la aldea presentaron una denuncia ante el CGE en la que alegan irregularidades y malos tratos, mientras que ella asegura que no existen pruebas
miércoles 24 de noviembre de 2021 | 6:05hs.

Un enfrentamiento tiene en vilo a la comunidad Kaaguy Porá (1 y 2) de Comandante Andresito debido a un conflicto existente entre miembros de la aldea y la directora del aula satélite del Bachillerato con Orientación Polivalente (BOP) 117, Marcela Molina.

Integrantes de la comunidad, reunidos en asamblea general, solicitaron al Consejo General de Educación (CGE) que la directora “no venga más a la escuela”, pedido que argumentan con una serie de irregularidades detalladas en la nota presentada, que está firmada por los caciques y representantes.

Entre los primeros puntos aducen “falta de respeto hacia las autoridades de la comunidad, metiéndose en cosas que no le corresponden y promoviendo problemas entre las familias”, así como autoritarismo y amenazas.

Asimismo, aseguran que la directora en cuestión no cumple con su horario correspondiente como cabeza de la institución ni con las horas cátedra que le corresponden como docente y entre otros puntos, la acusan de maltratar a sus colegas y alumnos.

“Después que presentamos la denuncia ella sacó licencia y terminó el viernes. Hoy, (por ayer) anunció que vuelve normalmente como si no hubiese pasado nada. Si no tenemos respuestas pronto vamos a salir a reclamar a la calle”, afirmó a El Territorio Victor Sayas, profesor de la institución y miembro de la comunidad.

Además aseguran que de no ser escuchados su reclamo, cerrarán las puertas de la comunidad a Molina para que no pueda continuar ejerciendo su cargo, “y una vez solucionado el problema haremos una asamblea en la que se buscará entre los profesores del BOP 117 a la persona que guíe a la institución”.

“Quiero restituir derechos”

Este diario se comunicó con la directora Molina a fin de conocer su versión, quien alegó que las acusaciones tienen un trasfondo mediante el cual algunos miembros de la comunidad buscan el beneficio propio.

“No hay nada comprobable de todo lo que se me acusa. Hace siete años trabajo en el proyecto educativo, soy la coautora. Viajé 19 veces a Posadas para conseguir que se abra este satélite, trabajé mucho, se arregló la escuela. La peor calumnia que me pueden hacer es decir que yo maltrato a los niños, yo quiero restituirles derechos”, comenzó diciendo en su descargo.

En este sentido, aseveró que su objetivo es colaborar con las familias dentro y fuera del aula, por lo que busca involucrarse en temas como la alimentación de los niños y evitar la desnutrición: “Trato de ayudarlos a que cuando cobran sus becas compren provistas para asegurar la alimentación de las criaturas, que hay hasta diez por familia”.

Desde este punto de vista, comentó que se encuentra realizando un compilado de todo el trabajo realizado en el aula a modo de pruebas que serán presentadas ante el CGE como defensa, entre las que se destaca la creación del primer Espacio de Primera Infancia (EPI) en las comunidades.

“Empezamos de cero dando clases debajo de un árbol”, recordó y manifestó que terminará el ciclo lectivo con sus alumnos, “porque ellos no se merecen truncarles sus estudios por gente sin escrúpulos, y después haré lo que tenga que hacer ante la Justicia y pediré mi derecho a réplica a las personas que me calumniaron sin tener pruebas, porque no existe tal maltrato”.

Por su parte, desde el CGE, aseguraron que “se está dialogando con todas las partes, no sólo con la gente de la escuela sino con toda la comunidad. Hay actas, hay informes que se realizaron y se sigue trabajando. Se están llevando adelante las actuaciones correspondientes”. Mientras tanto, la tensión continúa entre ambas partes quienes hasta ayer no habían podido solucionar sus diferencias.

El aula satélite ubicado en la comunidad Kaaguy Porá de Comandante Andresito funciona desde el 2018 y depende del BOP 117 de la Reserva Yryapú de Puerto Iguazú.

La comunidad está dividida en dos sectores, distantes entre sí, y a cada uno de ellos se accede por dificultosos caminos de tierra, que en días de lluvia perjudican la presencialidad de las clases y la movilidad en general. 

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