Preocupación de los vecinos por la reinvención de estos búnkers en la zona

En 2017 fue condenado por un kiosco de droga y ahora le desmantelaron otro

Marcos L. (45) fue detenido el domingo en el barrio Gauchito Gil. En 2016 había caído por lo mismo y recibió cuatro años de prisión. Ahora enfrentará otra causa
martes 23 de noviembre de 2021 | 8:36hs.
En 2017 fue condenado por un kiosco de droga y ahora le desmantelaron otro
En 2017 fue condenado por un kiosco de droga y ahora le desmantelaron otro

Un kiosco de drogas fue desmantelado el domingo en el barrio Gauchito Gil de Posadas y por el hecho hay dos detenidos, uno de ellos con antecedentes e incluso una condena por administrar otro búnker en la misma zona.

De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por El Territorio, el procedimiento fue realizado en una vivienda de la manzana C, donde los efectivos de la Dirección Drogas Peligrosas de la fuerza provincial detuvieron al dueño de la propiedad, además de secuestrar drogas, dinero y armas.

Las fuentes señalaron que el operativo comenzó a las 17.15 del domingo, pero los uniformados ya venían vigilando desde hace varias semanas el sindicado inmueble, en donde se sospechaba que se comercializaba estupefacientes.

Así fue que al recabar las pistas necesarias, ese día pidieron autorización y el Juzgado Federal de Posadas dio el “ok”. De esta forma, los agentes policiales irrumpieron en el lugar, interceptando además a un presunto comprador de 40 años, en cuyo poder hallaron 82 gramos de cogollos con flores de marihuana y como consecuencia de ello también acabó detenido.

En el lugar habían otras cinco personas de entre 13 y 29 años, además del propietario del inmueble, quien resultó ser un viejo conocido: Marcos David L. (45), condenado en 2017 por administrar otro puesto de venta de drogas en la misma zona.

Las fuentes agregaron que el allanamiento culminó con la incautación de dos motocicletas, 304 gramos de marihuana, 165 gramos de cocaína, 50.670 pesos en efectivo y dos revólveres calibre .38 y .22 milímetros, además de una escopeta calibre .16. En el lugar también había municiones, celulares y dos balanzas de precisión.

Tras su detención, el dueño del búnker quedó a disposición de la Justicia Federal y ahora deberá enfrentar otra causa.

Segunda detención
Según los registros periodísticos y judiciales, no es la primera vez que Marcos David L. cae preso por dedicarse al comercio de drogas en el barrio Gauchito Gil, en la zona sur de Posadas.

Su primera detención se concretó el 23 de septiembre de 2016, cuando los agentes de la ex Dirección Toxicomanía irrumpieron en un domicilio ubicado sobre la calle 147. Allí lo detuvieron junto a un cómplice de 27 años.

Ambos implicados pretendieron escapar de ese operativo, pero los efectivos los persiguieron y atraparon. En el lugar incautaron 1,900 kilogramos de marihuana, tres tizas de cocaína y cerca de 22 envoltorios de la misma sustancia. También había una escopeta de aire comprimido con municiones y armas blancas.

Desde ese día quedaron detenidos e imputados en una causa federal por el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, que derivó en una condena de cuatro años de prisión para ambos, pena que iba a quedar extinta en 2020.

Los últimos registros que aparecen en el Centro de Información Judicial (CIJ) indican que Marcos David L. permaneció detenido en la Unidad Penal 17 de Candelaria, dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPP), y a mediados de 2018 comenzó a gozar del beneficio de salidas transitorias.

Preocupación vecinal
El reciente allanamiento no sorprendió a los vecinos del barrio Gauchito Gil, quienes aseguraron que es el cuarto búnker de este tipo que se desmantela en los últimos años, aunque los delincuentes siempre logran reinventarse para mantener activo el negocio.

“Este vendría a ser el cuarto lugar que se desmantela en la zona. El problema es que constantemente se vuelven a reciclar y vuelven a aparecer. Los clientes son siempre los mismos, vienen desde el centro a comprar en la zona. Tratan de permanecer lo más escondido posible, pero antes eran muchos más abiertos. El primero que hubo era alevoso porque la gente hacía fila para comprar. Después la zona se fue urbanizando y se escondieron un poco más”, señaló un vecino que optó por el anonimato para evitar represalias.

En esa línea, apuntó que un factor clave para terminar con la problemática es avanzar en las obras de urbanización. “En la actualidad es una lucha que tenemos para que la zona se vaya urbanizando cada vez más, que las calles se vayan abriendo, que se coloque alumbrado público. Cuando la zona va mejorando ellos se van escondiendo y cuanto más se oculta se va viendo como disminuye todo”, agregó.

Es que para los vecinos del barrio la problemática de la droga en la zona también se traduce en hechos de inseguridad. El entrevistado indicó que desde agosto los casos de robos fueron creciendo exponencialmente e indicó que llegaron a registrar cuatro hechos en tan solo una semana.

Pero esa no es la única preocupación, ya que el otro riesgo es el contacto con los niños. “Los kioscos se van reciclando y cada vez vemos que hay chicos más chiquitos rondando en la zona. Eso preocupa y mucho porque después terminando compartiendo juegos en la plaza con otros chicos del barrio. Es nuestra responsabilidad como vecino contener y también ayudar a esos chicos”, aportó otra vecina.

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