Peregrinación a Loreto

Diferentes vías, un camino

Miles de fieles honraron ayer a la Virgen en el santuario emblemático. Llegaron a pie, en bici, a caballo y otros medios para revivir con entusiasmo una fiesta de fe y encuentro en un lugar de gran carga histórica
lunes 22 de noviembre de 2021 | 6:05hs.
Diferentes vías, un camino
Diferentes vías, un camino

‘‘Nadie llega solo porque todos llegamos de la mano’’, se escuchaba desde los micrófonos como arenga a los peregrinos que se acercaban a venerar a la Virgen en Loreto.

Junto a la imagen también presente de la Virgen de Itatí, el chamamé y el aroma a las carnes asandose tenían tinte de recompensa.

Más allá del desafío físico, palpable en los músculos, peregrinar reviste un sentido espiritual que trasciende lo religioso.

‘‘Aprendí a andar en bici hace un año’’, cuenta Caterina Dornelles (26), que junto a Diego Godoy (35) llegó por primera vez pedaleando a Loreto. Hace dos meses también la bici los llevó a Itatí. ‘‘Justamente es una prueba de fe. Tengo muchas cosas para agradecer este año’’, consideró la joven que abrazó con entusiasmo el ciclismo en poco tiempo.

En tanto, un referente de viajes largos en bici, el virasoreño Eduardo Festey (76), tuvo que sortear algunos inconvenientes en el camino ya que se le rompió un cambio y la cadena quedó suelta. Llegó así, por tercera vez a Loreto, con las manos engrasadas pero sumando energías con su compañera Rosa López.

Por estar vivos, sanos, por el encuentro, fueron los ejes que se repitieron en la voz de los locutores y las historias de fieles.

A pesar de ser disperso, el éxodo dio cuenta de la cantidad de fieles presentes. Foto: Fede Gross

Desde Posadas, Candelaria, Jardín América, Pipó, Roca, Santa Ana y otras ciudades cercanas se sumaron también caminantes que llegaron una vez más o por primera vez a honrar sus creencias.

Con sencillez y humildad vamos a tu encuentro. Desde antiguo, en medio de nuestro pueblo, fuiste auxilio y amparo en pruebas y necesidades, reza la oración a Nuestra Señora de Loreto. Y resuena en las almas de los peregrinos, que llegan a agradecer, despojados de todo lastre.

La masividad de los presentes fue una vieja característica que se repitió en la celebración tras el año pandémico plagado de virtualidad. Así incluso lo destacó el obispo de Posadas Juan Rubén Martínez, al referir que fue impresionante la cantidad de gente que llegó a pie, en bici, a caballo y en autos a expresar su fe.

En coincidencia con el día de Cristo Rey y los santos mártires jesuitas Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo, el obispo lideró la celebración de la misa central, pasadas las 9 de la mañana, junto a decenas de colegas.

Un coro de niños de la aldea Chapá de Yacutinga dio el puntapié recordando la amalgama de culturas de estas emblemáticas Misiones.

Al rememorar las obras de los jesuitas y en particular la historia de Roque González, Martínez estimó que si bien ‘‘evangelizar no es fácil, es exigente’’, tenemos que encontrar la forma de dar testimonio en este tiempo, entendiendo sus características particulares. Enfocado en el amor y en encontrarnos, destacó que ‘‘nunca podemos evangelizar si nuestra actitud es de condena’’ y por eso llamó a salir, a romper estructuras y ejercer un cristianisno samaritano, que no pase por alto las necesidades del otro ni se pierda en la individualidad del consumismo. ‘‘Este va a ser el signo más fuerte de la evangelización’’, expuso al instar por una actitud cristiana que salga, que ame y sea misericordiosa.

En esa línea, ponderó el simbolismo de Loreto, tierra que habitaron estos jesuitas mártires. ‘‘La memoria nos permite tener identidad y más personalidad para discernir. Por esto recuperamos la memoria, ya no solamente como un lugar turístico para sacarle foto sino con la devoción de nuestro pueblo, acercándose y viviendo esta experiencia de fe. Hace falta que los misioneros tengamos en cuenta nuestra historia que muchas veces fue silenciada’’, enunció.

Con un sol abrazador, los árboles oficiaron de refugio ideal para muchos feligreses que optaron por disfrutar de la misa en modo picnic, ya preparando toda una jornada extendida de festejo en familia.

Tal como refirió el obispo, el llamado hoy es a la sinodalidad, ‘‘a caminar juntos, encontrarnos, para discernir y dar respuesta’’.

Por eso, el volver a reunirse, pedaleando juntos, caminando con distintas intenciones pero hacia un mismo destino, fue otro motivo de celebración. Lo tenemos levantado hacia el señor, repiten los fieles en modo automático y una vez concluida la misa no sólo los corazones parecen hinchados sino que los ánimos se enaltecieron y toman envión en pleno fin de año.

Muchos se acercaron ayer a venerar a la Virgen de Loreto. Foto: Fede Gross

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