Antúnez de Olivera recibió tres balazos y en la moto hubo un solo tirador

Fueron tres balazos. Los tres, directo a la cabeza. Los primeros informes de la autopsia practicada al cuerpo de Rafael Antúnez de Olivera (45) grafican con crudeza la gravedad y la magnitud del crimen registrado el jueves a la tarde-noche en Bernardo de Irigoyen.

El estudio forense fue una de las primeras medidas ordenadas por el Juzgado de Instrucción Uno de San Pedro, a cargo del magistrado Ariel Belda, y las diversas fuentes consultadas por El Territorio señalaron que el informe preliminar indica la existencia de tres heridas de arma de fuego en el cuerpo de la víctima.

Según detallaron, los tres orificios de bala fueron localizados en la cabeza, dos en la zona parietal izquierda y el restante debajo de la oreja del mismo lado, en tanto que dos de los proyectiles causantes de esas heridas quedaron alojados en el cuerpo y pudieron ser rescatados.

Tras su extracción, las municiones fueron preservadas y enviadas a la Dirección Criminalística de la Policía de Misiones para que se realicen las pericias que permitan determinar a qué calibre corresponden y a qué tipo de arma de fuego son compatibles.

Mientras la necropsia se realizaba, en tanto, los investigadores intervinientes continuaban ayer recolectando más pistas que puedan orientar el caso.

En este contexto, se supo que mediante el análisis de los registros de las diversas cámaras de seguridad ubicadas en cercanías a la escena del hecho se pudo confirmar que hubo un solo atacante.

“Prácticamente desde el momento del hecho se estuvo analizando cámaras y tenemos información que nos permite descartar otras hipótesis que habían anoche (por el jueves), como por ejemplo la cantidad de personas en la moto. En principio se hablaba de dos ocupantes, pero con estas imágenes se observa que se trata de un solo ocupante”, precisó ayer el comisario mayor Leonardo Viera, jefe de la Unidad Regional XII, en diálogo con la radio provincial LT46, de Irigoyen.

El jefe policial además indicó que después del hecho se montaron operativos en las localidades de San Antonio, Dos Hermanas, Pozo Azul y otras zonas de la jurisdicción, aunque admitió que “la particularidad de nuestra frontera siempre es un factor que influye negativamente en estas situaciones”.

Es que, dadas las características del suceso, la principal hipótesis indica que el hecho pudo tratarse de un ajuste de cuentas o un crimen por encargo y que el autor del hecho aseguró su impunidad huyendo hacia Brasil, lo cual ya ocurrió a mediados de marzo en otro asesinato con tinte mafioso cometido en la misma ciudad.

“Pasadas las 18 tomamos conocimiento del hecho, que involucraba a una persona que había sido víctima de disparos de arma de fuego. En el semáforo de la avenida Guacurarí y empalme con Independencia se hallaba la camioneta Montana con el conductor (Antúnez de Olivera) ya sin vida. Los primeros indicios fueron que una moto se detuvo a la par del vehículo de la víctima y efectuó varios disparos”, reconstruyó Viera.

El comisario también indicó que junto a la víctima viajaba un adolescente de 14 años, quien resultó ileso, pero sufrió un cuadro de shock. Al respecto, precisó que el menor de edad no se trata del hijo de Antúnez de Olivera, sino un adolescente allegado a la familia.

Independientemente de la revelación de la cantidad de atacantes, los investigadores continuaban analizando cámaras de seguridad con el objetivo de reconstruir los recorridos previos y posteriores al hecho, realizados tanto por la víctima como por el motociclista asesino.

Los efectivos abocados al caso también indagaban respecto a las actividades de la víctima. Lo que se sabe es que tanto él como allegados suyos se dedicaban al comercio de comestibles, principalmente vinos, cuyo contrabando a Brasil se transformó en un boom durante la pandemia por la suculenta ganancia que atrae.

Justamente, esa misma arista también emerge como trasfondo del crimen del abogado Juan María López (50).

El hecho ocurrió 15 marzo de este año, mientras el letrado, que además tenía una distribuidora de bebidas, estaba dentro de su camioneta junto a un colega hasta que una motocicleta con dos ocupantes los cruzó y desde allí abrieron fuego.

Los sicarios efectuaron cinco disparos en total y tres impactaron contra López, que alcanzó a ser llevado al hospital de la ciudad, pero murió horas después.

Miedo y preocupación

La sucesión de esta clase de hechos ya preocupa seriamente en la zona.

“Es un caso de extrema gravedad y que preocupa mucho, principalmente por ser en la vía pública y en un horario donde hay muchos peatones transitando, entre ellos niños”, señaló a El Territorio Elsa Segovia, presidenta del foro de seguridad vecinal de Irigoyen.

“Creo que es un tema a tener en cuenta al momento de hablar de seguridad por todas las autoridades de nuestra ciudad. Es un tema delicado, más que nada por el tinte, pero creo que debe haber un tratamiento serio al respecto y nosotros desde el foro vamos a insistir en ese tratamiento”, agregó la mujer.

Segovia aseguró que “lo más preocupante de todos los hechos de estas características es que lo hacen sin escrúpulos y ante la mirada de todos, dejando un sabor amargo y un ambiente raro para todos”.

Por su parte, Sandra, otra vecina de la ciudad, indicó que “la situación es realmente preocupante. Estos hechos dejan conmovida a toda la sociedad. Hace pocos meses hubo un hecho de las mismas características en pleno mediodía y ahora otra vez en un horario en el que anda mucha gente por las calles. Esto ocurrió frente a una plaza de juegos, pero para estos delincuentes nada importa”.